Can you love me, again? | Traduccion | Clexa

Fotografie

POV LEXA

Estoy en el techo.

Acostada en mi pared habitual, admiro las estrellas.

Hay algo en su eterna quietud que me tranquiliza.

No sé cómo explicarlo.

Es como si fueran conscientes de que tienen que quedarse allí para siempre, y por eso han decidido pasar todo el tiempo de su vida siendo perfectas y hermosas.

No hay nada que pueda tocarlas o dañarlas. No tienen otro propósito que brillar más que los demás.

No tienen las preocupaciones de los humanos.

Quién sabe cuántas cosas vieron desde su lugar privilegiado, allá en el azul profundo del cielo.

Quién sabe cuántas vidas han visto nacer, consumir y morir en el curso de su eterna inmovilidad. Quién sabe si ellas también me han visto.

Quién sabe si al menos recuerdan mi vida pasada.

Un pensamiento martilla mi cerebro.

Dos labios, para ser precisos.

Los sigo viendo.

Dos labios suaves y sensuales.

Los veo apoyados en los mío y los siento dándome un beso absurdamente real.

Un beso desesperadamente lleno de deseo.

Un beso que sabe a llegada, pero al mismo tiempo de partida.

Un beso que me hace temblar el estómago.

Quién sabe quién eres ... Ni siquiera sé si realmente existes.

Miro las estrellas.

Cómo desearía ser como ellas.

Consciente de quién soy y de lo que me depara la vida.

Oigo abrirse la puerta de las escaleras.

Miro rápidamente y veo a Anya llegar con algo en la mano.

Me levanto y me siento.

Me sonríe.

"Pensé que, dado que nos vamos mañana, es posible que necesites uno de estos ...", me guiña un ojo. Abre una especie de fajo de trapos y aparecen dos espadas.

Son más bonitas que las demás.

Pero mis ojos se detienen en una en particular.

Es una espada simple.

Una empuñadura. Una cuchilla.

Sencillo.

Puro.

Me encuentro pensando que se parece a mí.

No tiene baratijas que cuenten su historia de antes, y yo no tengo recuerdos que cuenten mi vida de antes.

Somos iguales.

Yo la elijo.

La tomo en mi mano y es como si siempre hubiera sido mío.

Es perfecto. Ligero pero fuerte.

A partir de ahora escribiremos juntas nuestra historia. Anya sonríe.

"Estaba segura de que habrías elegido esa ...", me sonríe y yo le devuelvo la sonrisa.

"¿Qué tal una última sesión de entrenamiento antes de la salida?" Pregunto, pero ya sabiendo la respuesta.

Nos acomodamos y sacamos las espadas.