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CAPÍTULO 11

ADEUS

Camino a mi carro esperaba encontrarme con mis madres o con mis padres pero solo logré verlos de lejos y levantar la mano para saludarlos a lo que mis madres me mandaron un beso al aire y mis padres levantaron su pulgar, era fácil reconocerlos aún así con el pasamontañas. Su altura era lo llamativo de ellos, mucho mas esos ojos azul grisaceo de mi padre y cabello negro como la noche de mi madre.

Se me hizo algo extraño, ya que normalmente mis madres van corriendo hacia mí y me abrazan como si fuera a irme para siempre, mi madre dice que lo hacen porque uno nunca sabe lo que pueda pasar y tiene razón. Probablemente estaban hablando sobre los nuevos bebés o su plática estaba muy interesante.

Me dirigí a la línea de inicio y vi a Cod estacionar mi bugatti, a un lado de este estaba el carro de Sebastian, era bueno, pero tiene mucho que ver quien maneja semejante bestia

—Ey, aquí están las llaves— dice entregándomelas

—Tu y yo tenemos que hablar—dije en un tono serio

—¿Si?¿de que?

—De Jayson no te hagas Cod

—Ohhh, de eso— dice sonrojado

—Ohhh si, de eso

—Es...

¡La carrera va a empezar fuera del camino!

—Te salvo la campana— dije y vi como dejó caer sus hombros despreocupados. Me acerque a su oído y susurre— pero recuerda que vivimos juntos y que soy tu transporte, no te salvas Cody— sentí una mirada en mi nuca y el cuerpo de Cod tenso

Me aleje de él y fui a mi carro, lleve mi mirada a Cod y él se dirigía con Jayson y los chicos, como creía la mirada en la nuca era de Jayson ¿como lo supe? el imbécil vio cómo seguir a Cod con la mirada, cuando lo tuvo más cerca lo abrazó intentando marcar territorio, en ningún momento le aparté la mirada, pero eran tantas mis ganas de reirme que solo di una sonrisa y dirijo mi mirada al organizador

—¡Por cuestiones de seguridad tápense la cara con un pañuelo o un pasamontañas!— dice el organizador—¡tenemos a un nuevo!, ¡Sebastian!, hijo del comisario!— pensé que él no tendría público, pero una buena bola de personas gritaron a saber quién era—¡Y por otro lado, tenemos a nuestro ya ganador de varias carreras!, ¡Diablo!

La mayoría de personas empezaron a gritar, gritos de mujeres, de hombres, me encantaba tener la atención aquí a diferencia de la escuela

¡DIABLO! ¡DIABLO! ¡DIABLO!

No es muy interesante la historia de ese apodo, surgió a mis inicios, cuando iba muy rápido e intentaba tomar una curva quemaba la llanta —aun lo hago, pero ya menos— antes me podía acabar una llanta en una sola carrera. También es por que cuando acelero sale una llama roja por el tubo de escape. El representante levantó las manos a señal de que hagan silencio

—¡Silencio!¡bien, recuerden que aunque sea una carrera ilegal la nuestra tiene reglas, se han apostado 3 mil dólares!— a la gente se les abrieron los ojos como platos, tenían razón de hacerlo ya que era la apuesta más grande a la que yo haya participado—¡Si alguno llega a hacer trampa se pagarán mil dolares mas. ¿Cómo sabremos que hicieron trampa? unas motos los estarán siguiendo!— en seguida unas motos paran a un lado de nosotros, el que está a mi lado tiene una silueta diferente, es una mujer, jum—¡Sin nada mas que decir, a sus coches y que gane el mejor!

La gente empieza a gritar como loca y los de las motos empiezan a hacer ruido, Sebastian sube a su carro y yo al mío. Bajo la ventana a dirección de la chica de la moto cuando veo que sube la visera de su casco, se saca un guante y se frota el ojo.

GoosebumpsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora