Capitulo 3; Crusificado

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{Narrador homónimo}

Había pasado una semana, Louis se había acostumbrado de a poco al correr del tiempo en ese lugar, no así completamente a las peleas tontas de Liam y Zayn, a quienes a veces llamaba papá y mamá, claro que después se ganaba un golpe en el hombro por parte de cada uno.

Sus horas libres las pasaba leyendo algún libro o viendo musicales en su laptop, el internado ofrecía actividades extra, pero no había algún club relacionado con el ámbito artístico, Louis encontraba eso un poco extraño, pero no había que pensar mucho, simplemente supuso que no había mucho interés entre los alumnos a ese tipo de cosas.

También había hecho otro par de amigos en el patio, en sus tardes de lectura, había hablado con un chico llamado Oliver que, de piel morena y cabello claro, solo hablaron de música y ahora se saludaban en los pasillos, igual que a un chico llamado David que se acercó a preguntar qué libro estaba leyendo e irónicamente acabó en un debate muy intenso sobre porque la pizza debería o no llevar piña.

Esa misma tarde de sábado, Louis se encontraba hojeando un libro bajo uno de los árboles cercanos al muro de piedra que rodeaba la escuela.

Una sombra se dibujó en el pasto y el alzó su cabeza para mirar.
—hola guapo— Liam sostenía un bote de arroz con leche con la cuchara de plástico encajada dentro.
—mamá— Louis sonrió con burla—¿hubo suerte hoy?—
—nop, asqueroso como siempre— Liam se sentó a un lado de él, bajo el árbol.
— ¿y papá?, ¿ya pelearon tan temprano? —
—Cállate— Liam le dio un golpe en el hombro—puedo tener tiempo y vida lejos de Zayn ¿sabes?—
—está en el club de ajedrez ¿no? —
—si— Liam rodó los ojos —estoy aburrido—
—¿solo me buscas porque estás aburrido? —
—¿no es lo que dije?—
—te odio—
—awww, Louis, estas siendo malo, que tierno—
—oh cállate— Louis cerró su libro y lo colocó sobre sus piernas extendidas—y bueno ¿Qué quieres hacer?, ayúdame a ayudarte—le guiñó un ojo.
—¿quieres hacer algo que no deberíamos hacer? — Liam pronunció las palabras de un modo eufórico.
—me asusta que estés tan emocionado con eso—Louis suspiró —pero bueno, ¿Qué es lo que quieres hacer, peor mamá del mundo? —
Liam arrastró a Louis hasta la parte trasera del edificio C, bajo unos árboles frondosos y espesos, una zona con poca luz, se sentaron muy cerca del muro.
—a esta hora, todos los padres están en la reunión sabatina en la parroquia— Liam comenzó a hablar mientras buscaba algo en los bolsillos de su sotana.

Sacó una bolsita transparente con lo que parecían ser trozos de algo verde, Louis procesó todo apenas vio la pipa pequeña de madera que Liam sacó después.
—¿eso es marihuana? — Louis reaccionó con algo de susto y mucha inquietud.
—¿el cielo es azul? — Liam introdujo la pipa en la bolsita y recogió un poco, guardó la bolsa en su sotana y buscó por su encendedor plateado.
—yo no voy a hacer eso Liam y tú tampoco deberías—
—¿te da miedo? —
—podrían vernos, podrían oler, podrían...—
—shh— Liam miró hacia arriba con fastidio— Lou, Zayn y yo hacemos esto siempre, después vamos a mi cuarto y el efecto pasa antes que tengamos que ir a las oraciones del ocaso—
—¿no les queda la ropa impregnada? —
—Hazme caso, no—

Louis miró como Liam le daba caladas largas a la pipa, esto no es realmente lo que esperaba de un internado católico, pero la reflexión de que esto era lo más cercano que podría estar de algo ''común'' en una adolescencia ''normal'' lo golpeó de repente.

Y si, no debía, pero Dios podía absolverlo de pecar, recordó lo que dijeron Liam y Zayn la primera vez que les cuestionó por qué fumaban, y Louis no era así, pero qué diablos, ¡sería perdonado! Y si se auto-convencía de cometer el acto y después pedir perdón lo borraba completamente entonces tomar la pipa no se veía tan difícil ni tan descabellado.

La Sinfonía de lo Divino; Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora