「𝘊𝘪𝘨𝘢𝘳𝘳𝘦𝘵𝘵𝘦𝘴 𝘈𝘧𝘵𝘦𝘳 𝘚𝘦𝘹」• 𝙏𝙤𝙪𝙮𝙖 𝙏𝙤𝙙𝙤𝙧𝙤𝙠𝙞

007| La vivienda Takami

—Boulevard a la izquierda...—susurraba Nagant, mientras analizaba sus alrededores, intentando recordar lo que el ser de humo había dicho.

—Creo que la veo—Dabi Levanto la mirada, viendo un edificio, ciertamente grande y de color crema.

—Bien.—Nagant comenzó a acelerarse.

—¡Eh! Ven acá payasa.

—¿Perdón?

—No puedes correr así como así, vas a llamar la atención. Iremos despacio, recuerda que es lo que intentamos hacer.

Mientras tanto tú cantabas en voz baja, tus auriculares conectados a todo volumen, nada podría distraerte.

Llevabas tres bolsas de plástico en mano, sacando las llaves de tu bolsillo con la otra.

Comerías pasta para el almuerzo, habías traído varios tipos, pero siempre terminabas haciendo tu favorita.

Frente a la puerta del apartamento introdujiste la llave en la cerradura, causando que la puerta hiciera un pequeño "clic".

Retiraste tus zapatos, dejándolos en la entrada, colocando las bolsas de plástico en una mesa cercana a la entrada pausaste tu música y suspiraste, entrando nuevamente en tu soledad.

Caminaste hacia tu habitación, de la nada habías perdido motivación para hacer tu comida.

Desanimada, sin razón alguna te recostaste, quedando dormida.

Mientras te encontrabas en sueño, un par de personas habían llegado a visitarte.

El rechinar de la puerta casi los delata, pero sin ningún problema, ambas personas entraron a el apartamento, en donde se sentía una atmósfera tranquila, sana y tal vez hasta... llena de amor.

Sin siquiera molestarse en dejar sus zapatos en el llamativo tapete de la entrada caminaron en el pasillo hacia las habitaciones sin remordimiento, una de ellas se encontraba vacía, una hermosa pintura frente a lo que parecía ser una cómoda cama, al ver las prendas en el armario, se dieron cuenta que esa habitación era de el héroe profesional, Nagant se quedó hurgando entre las pertenencias de el hombre, buscando lo que quería, mientras que Dabi, fue a por su amada.

Entrando lentamente en la segunda habitación te encontró, durmiendo tranquilamente, como si de un ángel en las nubes se tratase. Te miro con aprecio, finalmente teniendo la oportunidad de verte a la cara y tocar tu suave piel.

lentamente abriste tus ojos, observando al chico, —¡¿QUIEN CARAJOS ERES?!—Claro, sin saber quien era, alterada te alejaste de él y gritaste, lanzaste almohadas e intentaste alcanzar tu celular.

—Sh...Mocosa.—quitándose su mascarilla lentamente con su mano izquierda, mientras la derecha se encontraba en el aire.

tu respiración se calmo, dejando abajo todo objeto cercano a ti de lado. Ese apodo... ese maldito apodo que lo comenzó todo.

lagrimas bajaban, y tu sonrisa simplemente se hacía más grande.

—Eh.. Eh... ¿Porque lloras? ¿Tán triste se te hace verme?—A pesar de estar en la vivienda de el pro héroe que se le hacia el más detestable de todos, además de su padre, nada le podría importar más que tú.

y claro, Nagant al escuchar todos aquellos gritos no tardo en ir a ver que estaba pasando. —Te encuentras bien Da...? —Al ver la escena Nagant se escondió detrás del marco de la puerta.

Le diste tu mano a Dabi, al ver que él te ofrecía la suya.

La calidez se esparció por tu cuerpo, te sentías como en un libro, reencontrándote con tu amado, ¿Un amor ideal tal vez?

—Ryu, volví a casa para la comida... ¿Te encuentras aquí?—La puerta principal de el apartamento se abrió.

Distraídos en su realidad, Dabi y tú se observaron mutuamente, absorbidos por la emocion, lagrimas, y sonrisas, sin darse cuenta que el dueño de la vivienda estaba en casa.

—¡¿Ryu?!

—Takami...—tartamudeaste levemente, saliendo de tu fantasía junto a tu amado.