010 | Maldita Sociópata.

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Caminabas detras de Dabi, en esas escaleras que parecían interminables. 

La tensión era tan fuerte que podrías hasta olfatearla, la ansiedad se esparcía por todo tu cuerpo te estremecias levemente y cargabas con culpa, mucha culpa. 

El ambiente te daba horribles presentimientos.

las cosas mas pequeñas llegaban a molestarte, tanto como las botas de el chico chillando cada paso que daba junto a como por cada escalón le daba un leve golpe con su dedo índice a la pared. 

No estaban ni cerca de la noche, dos o tres de la tarde sin embargo entre las estrechas paredes de esas escaleras se sentía como si fuese casi de madrugada. 

Iba cantando una canción, aquella misma que cantaba la vez que te mantuvo atada a la silla en el laboratorio de el anciano.

Reconocías su ritmo, a pesar de haber pasado años, durante su ausencia siempre estuviste tarareando  las palabras que alguna vez salieron de su boca. 

Finalmente, llegando al fin de esos escalones entró a una habitación llena de cajas, algunas selladas, otras tiradas en el suelo. 

En las cajas habían píldoras, drogas tal vez. 

El chico se sentó despreocupado en el suelo, paseando su mano derecha por su azabache cabello. 

Era tan negro como las cenizas, pero brillantes como su propio fuego. 

Se habria sentado en direccion a una pared, dándote la oportunidad de contemplar su perfil radicalmente perfecto. 

Volteo, y te observo perforándote con las bellezas que tenia como ojos. 

—¿Te quedaras ahí?—le dio palmadas al suelo, señalando a que te sentaras junto a él. 

Caminaste y te agachaste, sin sentarte en el suelo pero apoyándote en las botas negras que llevabas puestas en ese momento. 

Se observaron por algunos segundos, hasta que volteaste en otra dirección después de ver directamente a esos perversos ojos con tu rostro tornándose en un pálido rojo, en especial en el lugar de tus mejillas.

Las cubriste con tus manos, viendo directamente a la pared a donde él habría puesto la mirada hace un momento. 

—Quieres... ¿Hablar sobre lo de Takami?— Preguntaste en una voz muy baja, dejando de observar a la pared con pintura desgastada y volteando al suelo. 

Al no recibir respuesta retiraste tus manos de tu rostro, con uno de tus dedos arrastrándose por el suelo. 

—Era la unica opcion que tenia... ¿Sabes? Él mismo se ofreció... —Comenzaste a darle forma a lo que se encontraba como una raya cualquiera en el suelo. —Y... Pensé que sería una buena idea hasta que reaparecieras. 

—Tuviste sexo con él ¿No es así? —Dijo finalmente Dabi. 

—Uhm... Bueno sí, pero solo fue durante una noche... Una vez. No significo nada. —Habrías creado el dibujo de un conejito en el suelo con todo el polvo que habia ahi. 

—Lo nuestro fue de una vez... ¿Que hay sobre eso? 

—Lo nuestro tuvo sentimiento, te di todo lo que podría tener. 

—¿Ah si? No recuerdo que te hayas expresado ante mi. 

Dejaste el dibujo de el conejo en el suelo a un lado, lo miraste y recordaste en lo verídicas que eran sus palabras, Nunca le habías dicho sobre tu amor hacia él. 

—No digo que deberias decirlo para saberlo, solo... encuentro curioso que no hayas mencionado algo de amor antes de que me llevaran a la cárcel. 

—No pensé en hacerlo nunca, hasta este momento no me creo haber desarrollado sentimientos por ti tan... rápido. Pero, se que estan ahi... se que te me haces importante y nunca lo note hasta extrañarte. 

—Honestamente no me lo esperaba tampoco, te ves como una persona desagradable y distante, ese tipo de personas que dicen "Oh, solo soy introvertido." para justificar ser unos malditos sociópatas,que no sienten ningún tipo de compasión por nadie y verlos arder solos. 

—Podrias tener razon en ello... Pensando en como me aproveche de Takami y su generosidad... probablemente soy ese tipo de persona... deje a Takami solo, después de todo lo que ha hecho por mi bien estar, nunca la di las gracias apropiadamente y solo pienso en lo que a mi me beneficia,. Tal vez... Takami tenía razón en ello, tal vez Tú tienes razón en ello.—Acariciaste el suelo con  cuatro de tus dedos, borrando el dibujo de el pequeño conejo. 

Suspiró —Maldita Sociópata.—Dijo Dabi buscando juntar tu mano con la suya, teniendo éxito, la acercó a su rostro e hizo tu mano reposar en el. 

Se sentía tan aliviado de sentir tu toque nuevamente... 

「𝘊𝘪𝘨𝘢𝘳𝘳𝘦𝘵𝘵𝘦𝘴 𝘈𝘧𝘵𝘦𝘳 𝘚𝘦𝘹」• 𝙏𝙤𝙪𝙮𝙖 𝙏𝙤𝙙𝙤𝙧𝙤𝙠𝙞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora