Capítulo 14

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30 de noviembre de 2017.

Creo que algo de lo que me estaba dando cuenta al pasar los meses, era de cómo el tener a alguien en tu vida que ame a Dios y te ame a ti con todo de sí es de las mejores cosas que te pueden ocurrir.

Porque mereces a alguien que lo dé todo por ti, solo por ser tú, mereces a alguien que te quiera, que te sume, mereces a alguien que sea solo para ti.

A veces sentía que no me merecía mucho de lo que recibía y aunque no fuera muy expresiva siempre trataba de que él supiera lo bien que me hacía, lo agradecida que estaba cada día con Dios porque él estuviera en mi vida.

Simplemente me sentía bien.

Cumplimos siete meses de novios, dicen que el 7 es el número favorito de Dios, ¿no?

Porque ese día él descansó y pudo observar todo lo que con su poder había creado.

Ser su novia había sido toda una aventura, había ido descubriendo cosas de mí, de él, de la vida como tal y de cómo tal vez todo se hace más fácil cuando tienes a alguien a tu lado que te sostendrá al caerte.

En esos meses descubrí cosas de él que ni imaginaba —bueno sí—, por ejemplo, que era amante del sol, disfrutaba más los días de verano que el invierno, su cantante favorito en ese mismo momento era Justin Bieber y sí, a mí también me sorprendió el hecho de saberlo.

Pero me explicó el porqué. Cómo la vida de Justin es pública, todos pueden tener la facilidad de saber en qué anda, qué hace o con quién. En un momento la fama lo consumió y sacó su peor versión, esa que lo hizo entrar al mundo del alcohol, drogadicción, etc.

Pero, como todos alguna vez, tocó fondo y decidió cambiar, porque sabía que se estaba haciendo daño, buscó ayuda y pudo ser su mejor versión.

Una mejor versión que ama Jesús, predica sobre él, él se convirtió en una nueva versión en sus relaciones, y ahora, ahora tiene a una chica como esposa que lo ama, lo ayuda, lo complementa.

Me contó que le gusta su música porque aunque sea coloquial te edifica, y eso es algo bueno, ¿no?

Ama el sol y todo lo referente a él, porque admira cómo el sol brilla, ya que brilla con luz propia, se mantiene contra viento y marea, y al final de la lluvia siempre sale. Me contó que le gustaría tener siempre en su corazón esa fuerza de voluntad de ser así y nunca desfallecer, como el sol.

En nuestro 4° mes, si lo recuerdo bien.

Estábamos viendo al sol ocultarse, ese día simplemente quisimos disfrutar de la naturaleza y, en el momento que menos lo esperé, me dijo que yo era su sol y que así como el sol, brillo con luz propia y le hago bien.

«Nunca olvidaré ese momento en el que me comparó con una de sus cosas favoritas»

Como sabrán no me iba a quedar callada, y le dije que era mi luna.

¿Por qué la luna?

En el jardín de mi casa tenía la bendición de que las veces que lo había querido había podido disfrutar de un cielo estrellado, de una luna menguante, de un eclipse, había podido apreciarla en todas sus fases y amaba la paz que ella le daba a mi corazón.

Me encantaba verla y con ella sentarme a hablar, o simplemente a callar, y se sentía tan bien.

Con la luna me sentía en paz y completa, eso me hacía sentir él.

—¿Hola? —mi hermanita habló y me espabile.

—¿Qué pasa?

—Ramón está aquí

Esa Chica Normal. [Novela Cristiana]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora