unknown call

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Se le escapa una lágrima cuando la píldora se arrastra en seco a través de su garganta. Espera que surta efecto pronto y que su jaqueca desaparezca antes que su paciencia lo haga y se pegue un tiro.
Lleva días sin poder dormir adecuadamente. Si es que directamente no puede pegar un ojo por las noches, sueña. O tiene pesadillas, tal vez. Ni siquiera las recuerda, pero casi todas las noches despierta tantas veces que ni siquiera las puede contar y con angustia embargándole y afligiendo todas sus extremidades.

Sabe qué —o quién— le mantiene tan intranquilo pero no puede ni quiere hacer nada al respecto. Intenta evitar el tema tanto como puede durante el día, pero en el instante que deja de estar ocupado su propia cabeza comienza a atormentarle al punto en que ni aun durante el sueño puede escapar de lo que tanto se rehusa a enfrentar.

Ni siquiera se siente capaz de mencionárselo a Nanami, incluso cuando él saca el tema a la luz.
El hombre había vuelto días atrás al trabajo después de sus vacaciones y por supuesto que no tardó en notar lo demacrado que luce Gojo y en preguntarle qué sucede. Y no es que no confíe en él, pero la idea de molestar a Nanami con sus tormentos de hace casi diez años atrás le resulta ridículo, por no decir incómodo. No quiere molestarlo.

Y hablando del rey de Roma. Vuelve en sí cuando le oye entrar a su oficina. Viene con archivadores entre los brazos y con el rostro serio, como suele acostumbrar. Está en silencio y por alguna razón decide no interrumpirlo, se limita a mirarlo sin hacer nada más, incluso cuando Nanami deja las carpetas en el escritorio y se apoya en el mismo, justo en frente suya.

—Gojo.

Alza las cejas con falsa duda. Lo conoce lo suficiente como para saber que lo que está por salir de su boca no está relacionado con el trabajo. Conoce de hace tantos años a Nanami que hasta puede percibir en su postura cuando algo no se trata de trabajo—Nanami.

—Podemos ahorrarnos el intento de introducción sutil al tema e ir al punto, no eres estúpido y yo no tengo paciencia —o podemos evitarlo. Nanami rueda los ojos—. Cierra la boca.

—Vamos, Nanami. ¿Desde cuándo eres mi terapeuta?

—Ya quisiera serlo, diría que realmente necesitas uno —frunce los labios, suena totalmente seguro de lo que dice—. Sabes que no suelo meterme en tus asuntos, pero pareciera que te pasó un camión por encima.

Satoru se lanza hacia atrás en su silla, pone los ojos en blanco y le enseña la lengua. —Lo mismo le dije a tu hermana anoche.

El disgusto en el rostro de Nanami es tal que le hace saber que el sinsentido que soltó sirvió. O al menos eso es lo que espera. —Está bien —Nanami se levanta del escritorio y arrastra por la madera las carpetas con las que entró—. Alumnos problema, hazte cargo de contactar a sus padres.

—¿Por qué no lo haces tú?

Nanami le mira con fastidio.

—Porque no quiero —se dirige a la puerta sin decir nada más, aunque Satoru percibe la duda cuando gira el pomo de la puerta. Kento le mira de reojo, sin darse la vuelta por completo—. No creo haberte visto bien alguna vez, Gojo, pero lo que sea que te tenga tan mal como para que te veas así de feo, soluciónalo.

Y se va sin más.

Gojo tiene la boca abierta de la impresión. Suelta el aire que contuvo de golpe y se dio vuelta a buscar un espejo o lo que sea en que pudiera ver su reflejo.
Frunce los labios, Nanami tiene razón, luce horrible.

Decide ignorarlo para ponerse a trabajar. Siempre es mejor hacer lo que sea con tal de quitarse de la cabeza por un rato los pensamientos intrusivos.

Abre las carpetas, son pocas y reconoce más de un nombre en ellas por lo que no le cuesta dar con los contactos de los padres correspondientes. En algún momento se fija especialmente en el nombre de Itadori. Recuerda que ese par de gemelos son amigos de Megumi y pone mala cara cuando piensa que le podrían pegar las malas mañas al niño, aunque sabe que es más cercano con uno de los dos, y no sabe cuál es cual, así que tampoco está seguro de cuánto deba preocuparse.
Se la pasa un rato entre llamadas con distintas madres y padres, algunas son mas cortas que otras porque la mayoría acepta las noticias mientras que algunos intentaban discutir con él. De todas maneras no tarda más de una hora en ello.

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⏰ Última actualización: Feb 29 ⏰

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blameworthy ¦ satosuguDonde viven las historias. Descúbrelo ahora