Antes de controlar los elementos, las personas adoraban a los dioses naturales: la luna, el sol, la tierra, las aguas, el viento y el fuego. El destino había predicho un eclipse solar para el que los habitantes se preparaban tallando esculturas y tótems, todo calculado para que el eclipse se ubique justo sobre la forma de una luna creciente que apunta hacia arriba en el tótem. Por meses prepararon sus cultivos para ofrendar alimentos, a la vez que organizaban fiestas, tales preparaciones no eran en vano, este eclipse simbolizaba el inicio de una nueva época. Los eclipses son el reinicio del día y el tiempo.
La gran mayoría de habitantes de Treeden, el más grande continente de la tierra, eran devotos y no dudaban en ofrendar a los dioses sus alimentos. El día del eclipse inició con música y celebraciones religiosas en los diferentes pueblos del continente. El territorio que actualmente se conoce como Zemlya, se ubica más hacia el centro del continente, cuando aún no había un gran lago allí.
En el centro, un pequeño pueblo aledaño a las tierras de la capital, Zima Lucía, levantaba su tótem posición de recibir al sol. Faltaban aún dos horas para el tan esperado evento, en ello, una mujer de cabellera larga y rojiza de ojos verdes y mirada serena se encontraba en trabajo de parto sintiendo ya sus primeras contracciones, no le sería posible ver el eclipse. Con el pasar de los minutos el ambiente se sentía pesado y abundaba una energía que hacía que los habitantes se llenaran de vida. En el centro de la plaza ya una multitud se comenzaba a vislumbrar, multitud que llevaba múltiples ofrendas a diferentes dioses. Ya a tan solo una hora del eclipse, los altares se veían completos y dignos de un ser divino, entonces, el sacerdote dio inicio a la celebración con cantos y alabanzas, donde pedía a los dioses el bienestar y la prosperidad de su pueblo a cambio de las ofrendas, frutos del trabajo arduo de los habitantes durante los meses anteriores. Cuando el sol comenzó a cubrirse, el día se comenzó a observar opaco y frío, mientras tanto, la pelirroja, Florence, sentía la proximidad del nacimiento, las fuertes contracciones se sentían cada vez más dolorosas mientras el cielo se oscurecía poco a poco.
—¡Que Terra me ampare y me proteja!—Pidió Florecen a la Diosa.
Llegado el momento del eclipse, cuando el sol se cubrió completamente y el día se hizo noche, a través de cada persona pasó una rápida corriente eléctrica que los dejó inconscientes en totalidad, excepto a la pelirroja, quien, sin ayuda de su partera, tuvo que traer al mundo a su nuevo retoño, una niña, nacida con un peso nada envidiable, pero con una característica un poco perturbadora e inusual, en sus ojos su iris de color verde esmeralda no mostraba rastro de pupila, por ello, su vista era obstruida, había nacido ciega. Tras varios minutos las personas despertaron dando la bienvenida a una nueva era, la era del rayo. En el ambiente se palpaba un electrizante viento correr, y entonces, sobre el tótem, una criatura de forma indescriptible, similar a muchas banderas colgantes unidas, aparecía, y en el centro de ella, una gran luz irradió sobre todos y un gran ojo, coronado por pestañas doradas, se abría y pronunciaba con una voz profunda que sonaba como en el interior de la cabeza de cada persona.
—Los dioses les han bendecido en gratitud por su devoción—Su voz dio una pausa—Tened paciencia, que los frutos se obtienen con los años y el esfuerzo de su gente—Sin una palabra más, el ojo se cerró y aquel ángel de luz desapareció.
Así, tras cinco años, la niña ciega, Génesis, que crecía rápidamente encontraba dificultades para moverse entre su hogar y más aún entre el pueblo, sin embargo, en el bosque, no había freno, pareciese que la niña lograra orientarse entre los árboles al sentir el suelo con sus pies descalzos. Desde dentro suyo, constantemente escuchaba una voz que le guiaba y le enseñaba la magia de la tierra y la vegetación. Terra se comunicaba con ella, el don de los dioses fue revelado cuando la niña recogió una semilla del bosque y entre sus manos brotó mostrando un par de hojas doradas, Florence sorprendida, llevó a la niña al sacerdote, quien entendió el regalo de los dioses, la magia al indefenso. Junto al pueblo, decidieron sembrar el brote en el bosque. Guiada por Terra, Génesis usó su magia para hacer crecer el brote hasta varios metros, a su alrededor, se formó una zanja amplia y las raíces del árbol dorado comenzaron a alargarse como pies buscando el fondo del agujero, pronto, desde lo más profundo comenzó a surgir agua hasta llenar el estanque mientras un niño que había nacido mudo elevaba sus brazos y teñía sus ojos de una luz blanca, pronto un vendaval se sintió entre los pueblerinos y una niña sorda comenzó a hablar en lenguas antiguas a la vez que sus ojos irradiaban luz. El pueblo quedó paralizado, al parecer, Génesis no era la única con un don, pronto, en el centro del árbol una llama ardiente se encendió, carbonizando su tronco, un niño entre la multitud alimentaba la llama con su energía y sus ojos encendidos en blanco. El árbol siguió creciendo hasta alcanzar unos veinte metros, entonces, los cuatro niños de cinco años cayeron desmayados en el suelo.
Los cuatro niños se convirtieron en la personificación de los cuatro dioses elementales: Terra, Acua, Ignis y Ventus. Con el pasar de los días, todos los infantes nacidos tras la llegada del eclipse mostraban habilidades mágicas de los diferentes elementos. Los niños maduraron siendo un puente entre los dioses y los humanos, brindando nuevos conocimientos sobre la magia a los bendecidos. Con los años, el árbol de oro creció unos 500 metros y el lago que le rodeaba alcanzó unos 300 mil kilómetros de diámetro, el lago más grande del mundo. Poco a poco, los elementos se separaron en diferentes territorios. Génesis; con el poder de Terra se quedó en las tierras de Zemlya, Zack; con el poder de Acua migró hacia tierras del este en territorio de Suçlu donde reinó próspero, Tara; con el poder de Ventus viajó hacia el sureste donde se encontró con pueblos indígenas y allí instauró pacíficamente el reino de Aktuell y Marco; con el poder de Ignis partió al sur-occidente, en tierras del imperio Ikiten donde reinó igual que todos sus congéneres. Ellos forjaron el camino del continente y marcaron su historia durante el par de siglos en los que vivieron, designaron al territorio del lago como un patrimonio de la humanidad, sin soberanía, por lo que eran tierras de nadie y todos a la vez, nadie podría ejercer su dominio sobre dicho territorio. Nombraron al árbol de oro el origen, o el árbol Alfa, las residencias de los cuatro reyes se convirtieron en el hogar de los árboles beta, extensiones del árbol Alfa. Tras su muerte, estos árboles se convirtieron en recipientes del alma de los semidioses y de ellos cayeron semillas que, con la magia de los habitantes, brotaban y se ataban a su alma, los árboles omega, los futuros mandatarios, eran dueños de un árbol conectado al alma de los beta y fueron llamados árboles padre, juntos, mantenían el equilibrio de los pueblos espiritualmente, evitando así su desgaste y deterioro. Los árboles omega y padre mostraban el equilibrio mental de su ahijado y no podían vivir sin la existencia del alma humana que les daba vida.
El tiempo brindó conocimientos desarrollados por mentes brillantes, las cuales se adentraron en el mundo de las pociones y múltiples técnicas mágicas para usar los elementos y la misma energía mágica pura como, el Hechizo de Amor. Así, poco más de un milenio pasó hasta el nacimiento de Louis y Harry, bendecidos con el poder de la tierra y el agua, respectivamente.
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Hechizo De Amor || L.S.
FanficDos hechiceros de diferentes reinos que causan una terrible guerra debido a su desenfrenado amor son separados, tras tres años vuelven a encontrarse, sin embargo, Harry ha cambiado y está dispuesto a hacer que Louis desaparezca de la faz de la tierr...