Capítulo III: Hechizo De Amor

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—¿Dónde estabas?—Preguntó Desmond.

—Hola, padre—Saludó Harry con una gran sonrisa—¿Cómo te encuentras?

—¿Por qué tardaste tanto tiempo?

—Papá, lo que pasó es que...

—No tengo tiempo, necesito que vayas a la plaza y entregues algo—Ordenó en ausencia de modales.

—Claro, como ordene su majestad—Hizo una reverencia torciendo los ojos—¿Qué debo entregar?

—Un paquete de pociones para los soldados.

Harry no respondió y obedeció a su padre sin oponerse, se fijó en que eran pociones explosivas en masa ¿Por qué tantas?, se preguntó extrañado. Se dirigió a la plaza mientras pensaba en los bellos ojos de Louis mientras decenas de «un saludo, su majestad» se escuchaban cuando el rizado pasaba por las calles de su reino, dejó la entrega sin darle importancia al asunto y volvió al castillo, al encontrarse allí se dirigió hacia su árbol omega para tallar pequeñas esculturas de hielo, era su pasatiempo, siempre tenían una similitud a la contextura de Louis, pero si era sincero, él era su inspiración. Aquella escena de amor, de la que fue partícipe hace no más de un par de horas, se repetía en su cabeza una y otra vez, haciendo sonreír al rizado, pero había algo que lo aterraba.

¿Qué pasaría si Louis no volvía nunca más a verlo? Aunque claramente notaba que el castaño estaba enamorado, al igual que él, no sabía por qué se le cruzaban estos pensamientos, la idea lo hacía tener una leve sensación de náuseas y sentir que podría desmayarse, la inseguridad lo consumía por completo y su respiración se aceleraba a cada segundo más y más...Louis le había contagiado un poco de su personalidad pensó, rió incrédulo y solo trató de omitir aquellos pensamientos intrusivos.

Louis durmió poco durante la noche, dedicándose a hallar una razón por la cual, una situación tan común en la vida cotidiana lo derrumbaba, tal vez la inexperiencia o la falta de confianza en sí mismo, el pensar en que se sintiera presionado o en que lo hubiera incomodado—pues solo eran muy buenos amigos—estaba consumiendo su conciencia, sin pensar siquiera en que Harry se sentía igual.

Al día siguiente Louis volvía a paso lento hacia al bosque iba tan nervioso que sin darse cuenta cayó por un barranco, golpeándose con decenas de ramas y hojas mientras resbalaba hacia una zona desconocida del bosque.

Cuando Harry llegó al claro en el bosque percibió con una presión en su pecho al espíritu de la soledad acompañándolo, se adentró en la oscura caverna, su presencia se tradujo en un flujo abundante de agua que brotó de la pared nuevamente, el castaño no estaba en ninguna parte y su pecho sintió una gran presión que derrumbó sobre el suelo mientras comenzaba a llorar con desespero. Allí permaneció cerca de 40 minutos, su llanto había parado, pero la angustia, el terror y la desesperanza recorrían su cuerpo de forma que el correr de los minutos engrandecía sus pesares.

De repente, cientas de flores y hojas iluminaron la caverna, del techo comenzaron a caer pétalos y por las paredes se iluminaron los retorcidos caminos de enredaderas. Tras de sí, escuchó un par de pasos y al darse la vuelta logró observar a Louis, completamente cubierto de barro y suciedad, Harry sintió que el alma volvía su cuerpo y una repentina tranquilidad hizo que su respiración volviera a la normalidad.

El rizado esperó a que Louis se pusiera frente a él para preguntar—¿Qué te sucedió?

Louis sonrió nervioso y con una mano en su cabeza confesó—El muy torpe de Louis Tomlinson cayó por un barranco y tuvo que ingeniarse una manera de subir sin hacer que la tierra temblara, solo eso.

Harry soltó una carcajada—Maldito, me tenías con el corazón en la boca, pensé que no vendrías—Dijo con inseguridad.

—¿Por qué no volvería? Yo pensé que tú no lo harías—Confesó mientras relamía sus labios con nerviosismo.

Hechizo De Amor || L.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora