Jon Snow era un bastardo nacido en el Norte, hijo de Lord Eddard Stark con un pasado oscuro y cuestionable que fue llevado a King's Landing por órdenes del Rey Aerys Targaryen tras largos años de haber residido en Essos. En medio de la corte del Sur...
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El sonido de las ruedas de la carreta contra el suelo sonaba constantemente durante el día. A menudo que se acercaban al Norte, el aire se hacía más frío por lo que ya no podía usar sus vestidos dornienses. A pesar de ser Targaryen, ella siempre se sintió una Martell completa como su madre. Recordaba con amargura como su abuelo había decidido que iría a conocer al joven Stark para un posible matrimonio. Era una manera sencilla de enviarla lejos a ella y a su madre. En su corazón prefería ir a Dorne que vivir en el Norte donde su familia Targaryen era odiada y despreciada. Se llenó de preguntas y algo de temor ante la idea de llegar a ser la esposa de Robb Stark pues se decía que los norteños eran salvajes y ella nunca había convivido con uno antes.
Vio a su madre, recostada en el asiento de la carroza mientras veía por la ventana el paisaje verdoso con el cielo blanco. Elia Martell llevaba una trenza larga dejando su rostro estoico al aire libre. A pesar de sus años, no parecía tener arrugas y su piel seguía siendo igual de inmaculada pero sus ojos negros desbordaban tristeza y se veían ligeramente brillosos. Rhaenys sabía en que estaba pensando su madre.
—No quiero ir al Norte —dijo Rhaenys tratando de llamar la atención de su madre—. El viaje es muy largo y no creo que valga la pena.
Elia parpadeó un par de veces para luego mirarla con una pequeña sonrisa y acariciar el cabello de su hija.
—Te crie para ser una mujer inteligente y sé que ya conoces las intenciones de tu abuelo al enviarnos al Norte —mencionó su madre—. No estoy de acuerdo con la idea de que puedas casarte con un norteño pero es la mejor opción para ti. No quiero que tu abuelo siga humillándote así que espero que Robb Stark pida tu mano y puedas ser feliz.
—No quiero vivir en el Norte, madre. Prefiero vivir en Dorne —le contestó.
—Sé que sería lo más fácil pero las mujeres como nosotras no tenemos tantas posibilidades —dijo Elia manteniendo su serenidad—. Daenerys fue a Dorne para poder casarse, Aegon probablemente se case con Margaery Tyrell y tu con Robb Stark. Es algo que ya está decidido. Conocí a Eddard Stark y si su hijo es como él, entonces tendrás un buen esposo.
Rhaenys suspiró exasperada.
—Los norteños nos odian por lo que hizo mi padre. No quiero ser humillada por ellos —mencionó Rhaenys—. Y también puedo ver que tan incómodo será para ti vivir conmigo en el Norte con el recuerdo de esa mujer.
Elia borró cualquier cariño que tenía en su mirada para reemplazarla por tristeza y nostalgia.
—Lyanna Stark es una mujer muerta al igual que tu padre, no es bueno traer los recuerdos del pasado al presente —dijo para tomar una respiración profunda—. El día que me dijeron que Rhaegar nos había abandonado por ir a secuestrarla y violarla, no podía creer lo que me decían. Mi esposo me había abandonado y al parecer era un criminal pero nunca pude creerlo, aún sigo sin creerlo.
