Capítulo III

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Después del encuentro con Minutsuki me quedé pensando sobre a qué clubes debería meterme, me llamaba la atención el hecho de que tengan natación y fotografía, pero seguía algo dudosa, pues, la otra vez por los pasillos escuché a alguien diciendo que no les gustaría que entrará a su club de béisbol. Me preguntó sí los demás pensarán igual.

Después de la primera semana de clases decidí que no entraría a ningún club, al menos no por el momento, en cambio, le comenté a Minutsuki que me gustaría ayudar con el futuro festival de invierno, así no tendré que convivir con la gente de un club por el resto del año escolar.

Era un jueves, ya habían pasado las dos primeras semanas de clase y por la tarde, terminando clase, tenía que ir al gimnasio para reunirme con otros compañeros que hayan decidido ayudar en la creación de este evento. Por lo que Minutsuki me contó, se suelen hacer distintas actividades por cada grados, por ejemplo, yo y los demás que se hayan interesado ayudar estaríamos representando a los salones de tres A y tres B. La verdad, estoy emocionada por ver con quienes iré a trabajar, no tengo muchas ideas en mente pero sí tengo las ganas de hacer algo bello.
Cuando llegué al gimnasio y abrí la puerta para ver quién más se había ofrecido a ayudar no vi a nadie. Había unas cuantas sillas, menos de 10 y una mesa rectangular.

- Oh... Parece que soy la única... Bu-bueno, Minutsuki dijo que en transcurso de los próximos días se podía unir más gente, tal vez haya una razón para que no haya nadie... -dí un corto suspiro y susurré para mí misma- esa razón soy yo...

- ¿Estrella? -oí una voz detrás de mí que hizo que me pegará un pequeño brinco del susto.

- ¡Ahhh! -grité.

- Oh, perdón sí te asuste -dijo mientras juntaba ambas manos en señal de disculpa.

- Ay, eres tú... ¿em...?

- Jhon.

- Sí, Jhon. Hola.

- ¿Estás aquí para ayudar con el festival?

- Sí, ¿tu también?

- Por supuesto, de hecho también invité a un amigo, pero al parecer no ha llegado -dijo mientras le daba una mirada al lugar- Mientras esperamos haber si llega más gente, ¿qué te parece si vamos a sentarnos? -sugirió y camino hacía la mesa para sentarse en una de las sillas- Él no debe tardar.

Con él supongo que se refiere a su amigo; como sea, yo solo copié su acción y me senté en un asiento frente a él. En el instante en el que me senté oí la puerta abrirse de golpe y una respiración que se notaba fuerte y agitada.

- Per... ¡Perdonen la tardanza! -dijo intentando recuperar aire. Volteé mi mirar para ver al muchacho. Rayos, no él. Cuando lo vi, regrese mi mirar hacía la mesa para que no viera mi cara.

- ¿Estabas corriendo? Sabes que Minutsuki te regaña sí lo haces.

- Uff, lo se. Por suerte estaba ocupada como para verme. -mencionó mientras se acercaba a la mesa. Cuando iba a tomar asiento se percató de mi presencia.

- ¿Qué haces aquí? -me preguntó en seco.

- ¿No es obvio? Estoy aquí para ayudar con el festival, duh.

- Ajá... -le dió una vuelta a la mesa para llegar hasta el lugar de Jhon y sentarse a un lado de él- ¿Aún es tarde para retractarse? -le dijo al oído.

- ¡Julio! -lo regaño Jhon.

- ¡Hey! ¿Sabes qué te escuchó, verdad? No sabes disimular, sí no quieres trabajar conmigo puedes irte, después de todo, estoy segura que no hubieras hecho un buen trabajo. -dije con seguridad. Lo estaba retando con la mirada.

- ¿Sabes qué? No te pregunté. Además, estoy aquí por Jhon, no por alguien como tú.

- ¡¿Alguien cómo yo?! -alcé la voz con furia.

- ¡Bueno! -Jhon interrumpió- ¡Estamos aquí para trabajar! ¿No?

- Sí. -mencionó el de cabello negro entre dientes.

- Entonces, hay que hacerlo. Tenemos tiempo de sobra, pero no hay que desperdiciarlo.

Dicho esto, comenzamos a trabajar, o algo así. Jhon me comenzó a contar que no era la primera vez que se ofrecía a ayudar en algún evento de la escuela y que esta vez obligó a Julio a participar con él, bueno, en realidad no lo obligó, fue un trato que hicieron a cambio de que Jhon le comprará soda de uva cada vez que Julio lo necesitará. Ellos si que son raros.
Él me preguntó si tenía alguna idea en mente, pero la verdad es que ni si quiera sabía que se podía hacer, estaba ahí con la esperanza de que alguien me explicará y juntos llegar a una propuesta afordable, afortunadamente, Jhon es muy paciente y se tomó el tiempo para explicarme e incluso me mencionó algunas cosas que había visto en años pasados, parece que suelen escoger actividades divertidas y simples. Mientras Jhon y yo charlábamos, Julio comenzó a mecerse en su silla, después hizo sonidos con su boca hasta que Jhon lo calló, cuando se cansó de estar sentado, se levantó y se la paso caminando por el gimnasio, parece que se había aburrido de nosotros.

- Julio -musitó y suspiró con pesadez. Seguido de esto alzo la voz con un poco de ánimo- ¡Tengo una idea!

- ¿De qué se trata?

- ¿Por qué no vienen a mi casa el sábado? Para planear mejor las cosas, además, así puedo evitar que Julio se la pase de holgazán.

- ¡Oye! No lo soy.

- Claro -le respondió Jhon con sarcasmo.- Y tampoco eres distraído.

- No. No lo soy.

- ¡Oh por dios! ¿Se acaba de meter una paloma al gimnasio? -dije señalando un lugar al azar del lugar

- ¿En serio? -habló con entusiasmo mientras se giraba al lugar donde mi dedo apuntaba. Su entusiasmo desapareció cuando escuchó la risa de Jhon.

- ¡Ja, ja, ja, ja, ja! No puedo creer que hayas volteado a ver

- Ni puidi crier qui hayas caidi -imitó a Jhon

- Ay... como sea -detuvo su risa y tomó aire- Y bien? -cambió el tema- ¿Qué opinan? ¿Nos juntamos en mi casa?

- Supongo que sí, yo no tengo problema. -le respondí

- Si, si, en tu casa, lo que digas. Ya que terminamos, me voy. -volteó a verme, dijo adiós y se fue del lugar.

- Estrella, ¿me podrías pasar tu número?

- ¿Mi-mi número? -dije con extrañez

- Sí, para enviarte la ubicación y la hora de encuentro.

- ¡Oh! Claro, claro -afirmé y él me paso su celular para que grabará mi número.

Seguido de eso, recogimos nuestras cosas y cada quien se fue por su rumbo. Caminé un poco hasta llegar a un puesto de comida rápida, compré un poco de esta pues ya traía algo de hambre y luego me encaminé hacía una parada de autobús para llegar a mi departamento para por fin descansar después de este largo día.

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Estrella y su melancolía [Re-edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora