✿|𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 ⑨|✿

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Retazos.

Acarició con suavidad sus esponjosas orejitas, la chica en su regazo de removió feliz por ser acariciada, llevo su cepillo especial a su esponjosa colita y cepilló su pelaje. Sakura estaba feliz con los mimos que le hacia su amiga, era tranquilizante saber que alguien estaba ahí para ti, para darte atención y sobre todo amor...

-¿Sucede algo, Sakura? Te siento un poco mal.. -dijo preocupada, al haberse conocido desde ya hace tiempo las unía un lazo especial-

-Nada, solo estoy feliz de tenerte a mi lado.. -las mejillas de la morena se llenaron de color al escucharla-

Era linda pero nunca podría tener algo con ella, solo la consideraba como una amiga, además estaba el otro punto. Sentía que muy lejos se encontraba ese alguien que compartía un vínculo especial con ella. Suspiro y continuo dándole mimos a su linda amiga.

...

Muy dentro del mar un rubio miraba las estrellas, era de noche y el frío ya calaba en los huesos, aunque no parecía que a él le hacía efecto ese cambio de temperatura, ya que traía una camisa con un poco del pecho descubierto. Estaba mirando las estrellas cuando soltó un gruñido molesto, no dejaba de soñar con lo mismo y ya estaba arto de sentirse inquieto, por suerte le tocaba vigilar el curso del barco y que no hubiera ningún barco a la vista, así al menos podría dejar esos pensamientos aún lado. Aunque nadie pensaría que esos sueños lo llevarían a conocer a su alma gemela en unos meses, por el momento solo observarla las estrellas tintinear en el cielo.

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Sakura camino sola hacia la base de la marina en Loguetown, Tashigi estaba ocupada con unos asuntos y se quedó atrás. Caminaba tranquilamente por las calles, las personas que pasaban a su lado la saludaban amablemente, también habían algunos chicos que la saludaban de otra forma, aunque está siempre los ignoraba. Su colita se mecía de lado a lado cada vez que daba un paso, sus orejitas se movían interceptado el sonidos de algunas cosas que sentía necesarias de escuchar, como los días en que darían ofertas en su tienda de dulces favorita. Vestía una falda azul marino, su camisa blanca y un pañuelo azul eléctrico en su cuello, además de llevar con orgullo la gorra de la marina que le fue regalada por Smoker cuando era una niña. Aquella vez cuando era una niña, una niña débil y llorona que no pudo hacer nada por sus padre. Todos a su alrededor se fue moviendo de manera más lenta, sus oídos dejaron de escuchar y se detuvo en medio de la calle.

Había sido hace once años, vivía feliz con sus padres, su madre era linda y al igual que ella tenía unas lindas orejitas y una colita afelpada, aunque las suyas eran de una tonalidad rubia, en cambio su padre se veía con cualquier otro ser humano, su cabello era rosa grisáceo y sus ojos azules un tanto obscuros. Ambos la cuidaban bien, nunca se quejo. Vivían un poco lejos del pueblo, por lo cual no tenían a ningún amigo de su edad o más grande, pero eso era lo de menos, teniendo a sus padre ella era feliz. Su padre y madre cultivaba la tierra para sacar ganancias, además también para comer, aunque su madre salía a cazar de vez en cuando, siempre traía faisanes e incluso hubo una vez en que trajo unos conejos, esto gracias a sus sentidos super desarrollados.

Pero esa vida tan linda y hermosa se acabó una noche de verano. No recordaba muy bien ya que su mente se había cerrado, pero lo que si recordaba era el aroma característico de madera quemándose. Corrió deprisa a la habitación de sus padres y los movió, inútilmente intentando que estos despertarán, no obstante nunca se dio cuenta que estos tenían en su ropa manchas rojas y en sus cabeza una herida creada por un proyectil de arma de fuego. Nuevamente grito para que estos despertarán, no obstante ellos no se movieron. Alguien entro a la habitación y tomo a la menor de su melena, la levantó y se la llevó. Sakura pataleo y lloro por el dolor en sus orejitas, las cuales eran agarradas con fuerza por el extraño. Se retorció y luego el hombre la arrojó al suelo, pateo su estómago y luego todo se volvió obscuro.

Al despertar miró el lugar y luego a ella, se encontraban en la costa y estaba maniatada. Unos hombres robustos cargaban unas cajas a un barco, el cual erróneamente confundió con un barco pirata. De sus lindos ojitos bajaron lágrimas gruesas, no quería que esos malos hombre se la llevarán, quería regresar a casa con mamá y papá, pero lo que ella desconocía, o más bien, lo que ella no quería creer era que sus padres ya no estaban convida. A lo lejos algo se movió detrás de las rocas, era de noche y sus sentidos estaban al máximo, podía ver mejor que cualquier otro humano en la obscuridad, por lo cual se dio cuenta que un hombre con vestimenta blanca se ocultaba detrás de las rocas, además traía un rifle en sus manos. Con astucia el hombre lanzo una roca hacia otro lado, los hombres fueron a investigar el producto del misterios sonido. El hombre tomo con fuerza el rifle y le disparó a uno en la cabeza. Sakura cerro los ojos con temor, el sonido de rifles siendo disparados y de hojas de metas rozandose las unas a las otras sonó por todo el lugar. Después de unos minutos el sonido seso. Sintió unos fuertes brazos tomarla, tenía miedo y lloraba sin control, pero por muy extraño que fuera sentía que podía estar a salvo entre los brazos de esa persona. Nuevamente callo dormida.

Al despertar lo miro, su cabello era corto de una tonalidad blanca/plateada y su expresión daba miedo. Sakura tembló y cerro los ojos con miedo cuando el mayor quitó su gorra, aunque luego los abrió al sentir un peso adicional en su cabeza, levantó la vista y miró la gorra del Marino sobre su cabeza. Ambos se encontraban descansando a las orillas de la playa, recargados en unas rocas. La menor lo olfateo, no se sentía como alguien malo, se acercó a él y se acurrucó en su pecho, el mayor paso un brazo por los hombros de la menor y la atrajo más hacia el. A otro lado de la playa se encontraba un barco de la Marina "claramente atacado por piratas" y un poco más lejos del barco se encontraba una casa a medio calcinar. Eso era un secreto que el Marin se llevaría consigo hasta la muerte.

..

Sakura volvió en si, luego retiró su gorra, era un poco vieja pero aún así era su mayor tesoro, miró la tienda de dulces y camino hacia ella. Total, no le importaba gastar un poco de dinero, después de todo a Smoker le gustaban los dulces de limón.

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Espero que les haya gustado el capítulo, Neko se despide 👋

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