Kisses

OO4

—Hijo, tú y Goh llevan dos años de relación y se tienen la confianza suficiente como para hablar sobre esos temas— Decía la madre de Ash desde.el otro lado de la llamada.

—No es fàcil mamá, es incòmodo con tan solo pensarlo— Musitaba el joven entrenador.

—Tú lo haces difícil— Afirmp Delia.

—¡Ya mamá!, te llamo para que me des algún consejo, no para que me regañes— Reprocho con desespero.

—Solo te puedo decir que deberías hablar con Goh, decirle lo que te pasa y entre los dos pueden ayudarse, no es algo del otro mundo—

—Bien, gracias por tu ayuda mamá, me ayudaste — Hablo con sarcasmo—

Y antes de que Delia pudiera reclamarle a su hijo por el tono en el que le hablaba, éste ya había colgado la llamada.

Al momento de finalizar la llamada con su madre, Goh ingresó al cuarto que ambos compartían.

—Hola, ¿Cómo te fue hoy?— Preguntó el azabache, que se encontraba acostado en la

—Bien, ya sabes, exámenes tras exámenes, lo normal— Una leve risa se escapó de los labiod del ojiazul. Pero rápidamente su rostro cambio. —Ehm...Ash, necesitó hablar contigo—

—¿Qué pasa?— Levanto la mirada para poder prestarle atención.

Goh lo miro fijamente mientras recordaba la conversación que tuvo con sus amigos en la escuela.

Flashback

—No sé como hablar de ese tema con él, es incómodo con tan solo pensarlo—

—¿No se tenen la suficiente confianza?— Pregunto el chico de cabellos blancos.

—Si, la confianza entre nosotros es buena pero...no sé, ¿Algún consejo?— Goh miró a sus dos amigos.

—Yo tengo una idea— Dijo la única chica del grupo. Claro que al instante tuvo la atención de sus dos amigos. —Ehm...bueno, puedes llevarlo a una caminata o a comer y allí puedes hablar del tema. Estando los dos solos será más fácil hablar de eso, digo, es una idea—

Goh se quedó analizando un poco la idea de Cloe; vaya que no era mala idea, aparte que hace tiempo que ellos no tenían una....una cita, por que eso es lo que era. Y sabía dónde podría ser el lugar perfecto.

Fin de flashback

—¡GOH!— El gritó de Ash lo sacó de sus pensamientos.

—Lo siento, me quedé pensando, ¿En qué estaba?— Sonrió con nervios.

—Lo bueno es que el distraido soy yo, eh— Eso lo dijo en plan de molestar al menor. —Estabas por decirme algo—

—Oh si, yo...yo te tengo una propuesta—

—¿Una propuesta? A ver, te escuchó—

—Ehm...yo...pues...— Diablos, los nervios le estaban ganando.

¿Por qué se le hacía tan difícil solo decir "Quiero invitarte a una cita"?

—Relájate, con calma, y dime lo que quieres decirne—

Tomo aire, y calmo sus nervios.

—¡Quiero invitarte a una cita!—