23. (Final)

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Jungkook.

Tzuyu no ha venido clases
los últimos días y fui a su casa.
Me dijeron que no está allí.
¿Está contigo?

Taehyung.

Sí, ella está durmiendo.

Jungkook.

¿Puedo ir?
Necesito decirle algo.

Taehyung.

¿No puedes dejarlo así?

Jungkook.

No, lo necesito.
¿Puedo o no ir?

Taehyung.

Está bien, pero no la aturdas.
Ella está un poco enferma.

Al recibir ese mensaje no respondió más, terminó por alistar su equipaje y guardar todo lo que uso, dejando limpio la que fue su habitación.

Seulgi y el señor Choi debían estar por subir al auto, cuando bajó se encontró con Joo-hyun, le dio un fuerte abrazo porque a pesar de no ser su madre se portó como una.

—Mis padres me dijeron que Sun-hee regresará con todos los honores, vendrá en vuelo privado mañana y —buscó en el bolso la dirección que guardó. —debes ir aquí.

—Gracias. —volvió a abrazarlo, besó su frente y se despidieron.

Seulgi ya aguardaba en el auto, en la parte de adelante, solo el señor Choi colocaba las maletas en el baúl. —¿Iremos al aeropuerto o todavía les queda algo que hacer?

—No, tengo que recoger las calificaciones de Jungkook. —el señor Jeon le había entregado una carta de poder vía correo. —¿Son buenas, verdad?

—En su mayoría. —Jungkook estaba tan distraído, que a veces se le dificultaba, pero los trabajos le ayudaban. —Antes me gustaría ir a la casa de Taehyung.

—¿Ese es tu amigo? ¿Te irás a despedir de la chica también?

—Ella está allí, quisiera verla antes de pasar por la universidad. —el señor Choi asintió, Jungkook le recordó la dirección, entonces su chófer condujo hasta aquella casa. —No tardaré, lo prometo. —no quería hacer esperar al piloto.

Taehyung abrió la puerta, se encontró con sus padres y los vio con esa misma expresión seria, incluso así ellos le sonrieron y Jungkook correspondió.

—¿Está arriba?

—En mi habitación, pasa. —Taehyung le abrió la puerta. Algo estaba mal, ¿por qué Taehyung no estaba en la universidad? Tzuyu estaba enferma, pero él no. —Te dije que vendría.

Chou sonrió, le sonrió a él. ¿Su rabia pasó, otra vez? Jungkook se acercó cuando Tzuyu extendió sus brazos para que la abrazara, así lo hizo, sabía que luego no podría hacerlo.

—Lo siento, de verdad.

—¿Qué? Claro que no, fue de Taehyung y mía. ¿Cómo podrías ser tú? —y cuando el cuerpo le empezó a picar notó que Tzuyu llevaba el suéter de Taehyung, el que le prestó ese día que se conocieron. ¿Por qué debía importarle? Era solo poliéster y siempre lo lastimaba.

—¿No estás enojada?

—Solo triste, pero no es tu culpa. Yo todavía te quiero. —y Jungkook no lo creía.

—Tzuyu no está entendiéndome, yo te...

—Te dije que no la aturdas, Jungkook. Tzuyu está enferma. —le recordó. Quería que se callara. —Está cansada y tú solo la estás molestando.

—No hay problema. —acarició su mejilla y se destapó para sacar el conejo rosa. —Me recuerdas a él, lo traje de casa porque te extrañaba, Jungkookie. —a Jungkook se le escaparon un par de lágrimas. —¿De verdad no quieres quedarte un poco más?

—El piloto está esperándome en el aeropuerto. 

—Claro. —se veía que había llorado todo la noche, que no conseguía dormir bien. —Pero, ¿aún hablaremos, verdad? —Jungkook asintió. —Bien, te quiero tanto. —y Tzuyu le plantó un beso en su mejilla. —Acompaña a Jungkook, Tae.

Taehyung solo atinó a obedecer, además debía ir a la universidad. Tomó su mochila y al bajar, por supuesto se encontraba Jungkook con sus empleados.

—Te llevamos. —le dijo, sin mirarlo por completo.

Cuando arribaron, el señor Choi fue a recoger los papeles y Seulgi aprovechó para ir al baño.

—¿Estará bien? La vi pálida.

—Es una chica fuerte, yo creo que sí. La cuidaré. —si no lo hiciera sería un mal hombre.

—Pasé por el lugar donde la compraste y supe que significaba. —Taehyung sintió su corazón latir con fuerza. —Me dijo que dos personas una vez se amaron tanto, que era una promesa que le hicieron a toda la galaxia, que ella los amaba y que las estrellas se alinearon para ese par, brillaron resplandecientes, hasta que un día dejaron de hacerlo. —Taehyung lo conocía. —Forzaron todo eso y evidentemente colapsó, ambos tomaron caminos diferentes y fueron felices con otras personas. Pero ¿sabes qué? Les importó tan poco lo que les dijeran cada día y decidieron ser felices, prometiéndose encontrarse en otro realidad sin importar nada. —Jungkook se desprendió de la pulsera, sus dedos aún la sostenían. —Por eso también se le da la persona con la que quieres pasar la eternidad. No importa lo que piensen los demás, tu solo la quieres cerca cada una de tus vidas. Yo no sé si esa persona es Tzuyu, claramente no soy, por eso creo que no es mía. —extendió el accesorio y Taehyung lo tomó sin más remedio.

—¿Puedo tener un abrazo? —Jungkook dijo que sí, se estaba desprendiendo de todo y de todos. —Lo siento, de verdad, no es tu culpa.

—Por favor, ya no digas nada, quédate aquí justo ahora, aunque sea por un momento. —No deseaba llorar, pero lo hizo. No deseaba aspirar su aroma, pero lo hizo. No deseaba que fuera de eso modo, así de doloroso, pero lo hizo. No deseaba, tal vez, amarlo, pero lo hizo.

—Pero tendrás una vida en Londres, ¿cierto? Sé que vivirás bien y que serás feliz. —Jungkook no supo qué decir, se separó y esta vez era un para siempre.

Unos minutos más tarde regresaron Seulgi y el señor Choi, Seulgi volvió al asiento del copiloto y el chófer esperaba que Jungkook ingresa.

—Cuídala, por favor. —sus últimas palabras antes de entrar al auto, su chófer le cerró la puerta y realizó una reverencia en despedida de Taehyung.

Cuando el señor Choi ingresó y el auto avanzó, Taehyung esperó que Jungkook volteara una vez más, podría significar algo como podría no serlo.

Pero no llegó, Jungkook no volteó, no volvió a Seúl, no regresó a Corea, no vino por él jamás.

Y tres corazones se estaban quebrando casi en sincronía, dando a entender que los tres habían sufrido en medidas distintas.

Queriendo ignorar que los últimos seis meses no sucedieron, cómo si pudieran ignorar que Jungkook llegó a sus vidas, que cuando los seis meses se completaron Jungkook se fue, porque era así como debía ser.

Después de todo fue un estudiante de intercambio, como lo dijo su padre, nunca se detendría por unos chicos de Seúl.

Si antes tuvo sus dudas, ahora solo podían ser certezas. Taehyung pasó por la casa de la señora Joo-hyun y encontró vacía la habitación que fue de Jungkook, encontró varias cajas y en una esquina aquel peluche de jirafa que le ganó, ese mismo día que lo besó por primera vez.

[Me falta el extra, no se vayan todavía. ]

Heather. ★ Taekook ★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora