Dagger| ❝Sin importar lo rápido que me mueva, el tiempo seguirá pasando. Nunca se detiene. Nunca lo hará. Pero cuando estoy contigo, Cassie. Cuando estoy contigo... parece detenerse❞
[Prohibida la copia parcial o completa de esta historia]
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「❛ 𝑐𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑣𝑒𝑖𝑛𝑡𝑖𝑐𝑖𝑛𝑐𝑜 ❜」'
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Se despertó a las cuatro de la mañana cuando una extraña sensación la hizo saltar de la cama. No fue por voluntad propia. Su pecho dolía de forma descomunal, y respirar se hacía cada vez más difícil. Quizás era una crisis de ansiedad, o tal vez sólo era parte del tonto resfriado. Pero aquel fuerte dolor se hacía cada vez más y más grande, y la angustia sólo aumentaba.
Ya no podría volver a dormir.
Se levantó intentando no despertar a Barry. Quizás él dormía mucho menos que ella, y ahora que estaban a un solo metahumano de que Devoe ganara las tensiones entre todos aumentaba. Quería dejarlo descansar el mayor tiempo posible, pues si el presentimiento que estaba en su pecho se hacía realidad, no podrían hacerlo en un muy buen tiempo.
Se vistió lo más simple posible. Lo único que hizo fue agarrar la ropa que estaba tirada en el suelo, lavó su rostro y salió del departamento. Su destino eran los laboratorios, pero no quería molestar a Barry, ni a Tyrone, ni mucho menos manejar; así que única opción era caminar con los audífonos puestos, esperando que alguien intentara abordarla por sorpresa para tener con quien descargar su estrés acumulado.
Pobre alma la que se cruzara en su camino.
Para su desgracia, nada pasó.
Llegó a los laboratorios después de al menos 30 minutos de caminata. Pudo haber llegado en menos tiempo, pero se dio tiempo para concentrase en su música y no pensar en nada más. Quería mantener su mente en blanco para alejar ese maldito dolor, pero no lo logró en lo absoluto.
Los pasillos del laboratorio se veían aún más sombríos de madrugada. Pero eso la tenía sin cuidado. Por mero instinto siguió dejando qué sus pasos la guiarán hacia un lugar en específico, y su corazón bombeó aún con más fuerza al estar frente a la inofensiva pared, pero que ocultaba quién sabe cuántos secretos detrás.
