Akabane Karma era conocido por estar en la clase E y su peculiar personalidad. Sin embargo desde que repentinamente ella llego, esa perspectiva de el empezó a cambiar.
"Estás sacando un yo completamente diferente." Su personalidad única lo definía a...
— ¿Uhm? —se detuvo, girando sus talones para dar con la persona que la llamo—. Karma...
— ¿Como estás?
— Bien —contestó—. ¿Tú cómo estás? —pregunto esperándolo desde una esquina. Él se acercó a ella y luego ambos comenzaron a caminar.
Él pelirrojo suspiro.
— Normal —la miró—. ¿Cómo estás con tu hermano?
Ella quitó la mirada del frente, para luego bajarla con cuidado.
— Maso menos... —murmuró cabizbaja.
— ¿Sigue enojado? —ironizó, aburrido.
— Al parecer... —suspiró—. Pero debería disculparm- ¡A-Ah! —se sobresalto al sentir un agarré en su cintura. Las manos juguetonas del contrario acariciaban sus caderas con cuidado, su aliento estaba clavado en su nuca y él literalmente estaba abrazándola por detrás. Un gesto cariñoso para una pareja—, ¿q-qué estás...? —susurró sonrojada al sentir nuevamente el aliento cálido del contrario pasar por detrás de su cuello.
Lo estaba haciendo a propósito.
— No deberías disculparte. El es inmaduro, no quiere aceptar sus errores. No debes pedirle perdón por algo que no es tu culpa —susurró en su oído, sonriendo de lado al notar el abundante sonrojo de la contraria en sus mejillas.
— N-No quiero... —trago en seco—. No quiero estar de malas con el...
— Solo ignóralo.
— Pero...
— Si el problema es que viven en la misma casa —la interrumpió—. Puedes quedarte conmigo.
Su respiración se detuvo de repente.
— ¿Qué...?
— Ten la confianza de venir y quedarte a dormir cuando quieras —se separó de ella con lentitud. Sonrío ladino, y comenzó a caminar, dejando atrás a una castaña confundida y, muy ligeramente ruborizada.
— ¡O-Oye! —exclamó—. ¡Espera! —trato de llamarlo, pero cuando vio que él continuaba caminando bufo sobre sus labios—. ¡Karma!
Pero ellos no eran pareja.
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— ¿Oh? —ladeo la cabeza su profesor—. Karma-kun, ¿otra vez tarde?
— Lo siento Koro-sensei, estaba ocupado con algo —respondió para luego sentarse en su asiento.
El pulpo emitió una risa juguetona, mientras sus alumnos lo miraban con curiosidad. De pronto su rostro sonriente se torno serio.
— ¿Estabas ocupado con algo... —susurró neutro—, o con alguien? —sonrió nuevamente, cambiando su tono de piel a un color rosado con un pequeño sonrojo.
— No es bueno espiar a sus alumnos.
— ¡Lo aceptaste! —sonrió victorioso acercándose a él.
— ¿C-Con alguien? —susurró Manami.
— ¿Quien es esa linda chica del campus principal? —se puso detrás de el, haciéndole un masaje en los hombros—. Karma-kun —soltó con un tono acaramelado.
— Nadie que le importe —menciono levantando los hombros.
— ¡La estás negando! —grito dramático, alejándose de el. Haciendo que sus compañeros se sobresalten.
— No la estoy negando —puso los ojos en blanco—. Solo somos amigos.
— ¡¿Amigos con beneficios?!
— Somos amigos —susurró con una gotita de agua cayendo de su sien.
— Koro-sensei... —llamo Nagisa—. ¿No deberíamos seguir con la clase? —susurró mirándolo de la misma forma que Karma.
— ¡Necesito saber el estado romántico de mis estudiant- —se detuvo al darse cuenta que, casi, iba ser expuesto por si mismo. Fingió toser dos veces y luego finalmente hablo, con un tono formal—. Necesito saber porque mis estudiantes están comenzando a llegar tarde a su centro de estudios, elemental para su futuro.
«¡Que mentiroso!», pensaron todos viéndolo mal.
Karma suspiro.
— Es solo una amiga cercana, Koro-sensei.
— Entiendo... —suspiró—. ¿Pero podría ser un interés romántico? —preguntó, nuevamente intrigado.
— Quien sabe —sonrío.
Estoy a tus pies
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