Akabane Karma era conocido por estar en la clase E y su peculiar personalidad. Sin embargo desde que repentinamente ella llego, esa perspectiva de el empezó a cambiar.
"Estás sacando un yo completamente diferente." Su personalidad única lo definía a...
Increíblemente era consiente que estaba en un sueño. Todo era totalmente blanco, ni siquiera estaba segura si tenia paredes o puertas. Simplemente era un lugar de su cabeza...en blanco.
Y como siempre decidió reflexionar. Pensó, pensó y pensó.
Recordó enamoramientos pasajeros como duraderos.
E inevitablemente lo recordó a él. ¿Cómo no hacerlo?, ese joven le cayó como el respiró que necesitaba de los días agitados de la secundaria.
Podía conversar de cualquier tema con el y nunca era éticamente correcto. Siempre hablaban de tonterías de adolescentes, anécdotas de la escuela, series, películas, etc.
El siempre la defendía de abusadores y siempre trataba de incluirla en sus planes. Aunque ella constantemente permanecía ocupada por sus estudios y clases particulares, siempre tenía tiempo para él.
Tenían una bonita amistad.
Pero entonces, su subconsciente hablo:
¿Quien dice que no puede ser amor?
Amor...una palabra muy fuerte con un gran significado. ¿Estaba realmente segura que podría ser amor?
So this is love
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Al despertar estaba totalmente sonrojada. Su respiración era agitada, sus manos temblaban ligeramente y al girar su dorso vio la figura de su acompañante. Traía un short color blanco y una camisa del mismo color holgada. Su cabello estaba despeinado, y sacaba un poco de baba por su boca.
Se ruborizo fuertemente al recordar lo que soñó. Específicamente lo que pensó. ¿Podría ser que él y ella..?
Rápidamente salió de la cama y fue en dirección al baño.
Se golpeó las mejillas suavemente al mismo tiempo que trataba de converserce que eso no podía ser. Porque él estaba interesado en una chica de su clase, se lo había dicho hace tiempo.
Suspiró aliviada. Y quizás decepcionada. Al verse en el espejo aprovecho para arreglarse el cabello, lavarse la cara y finalmente salir. Cuando llegó a la habitación vio como antes la figura masculina del joven ya no estaba, totalmente desconcertada fue a buscarlo por la cocina pero unas manos en su cintura la hicieron brincar levemente del susto.
— Boo~
Rió divertida girando su cuello para mirarlo de reojo.
— Buenos días Karma.
— Buenos días —bostezo.
Hay alto en ti.
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