— Hace frío... —murmuró, abrazándose a si misma.
El clima no era el mejor. Estaba sola a altas horas de la noche pasando por una farmacia a comprar los medicamentos para su abuela, pero hubo un problema con unos coches y tuvo que retrasarse. Comenzaba a preocupada por ella, en el peor de los casos podría haber empeorado por el frío, pero pensaba positivamente que no fuera así.
En los alrededores habían personas caminando, cansados luego de una larga jornada de trabajo. Algunos incluso se arrastraban para llegar a sus casas, parecían zombies. Al levantar la vista al frente se encontró con un camino desconocido, confundida giro nuevamente su vista hacía atrás y quedo nuevamente confundida al ver que tampoco conocía el lugar de donde estaba regresando. Enfadada consigo misma empezó a volver nuevamente por el camino qué antes estaba usando para regresar a su hogar, sin embargo mientras más pasaba y veía los edificios más confundida estaba. No reconocía nada.
Otra brisa de aire frío azotó su cuerpo. Traía una blusa ajustada de tirantes color negro, con un short del mismo color. Fue una mala idea salir con eso, pero creía que mínimo le demoraría 10 minutos ir hacia la farmacia y regresar.
— Demonios... —gruño, mirando a diferentes direcciones. Intentando reconocer alguna calle, sin embargó alguien la interrumpió.
— ¿Oh? —soltó, sorprendido—. ¿__________?
Al escuchar la burlona voz del chico sonrió ampliamente y giró sus talones para encontrarse con la mirada penetrante del pelirrojo.
— ¡Karma! —exclamo aliviada.
— ¿Estás acosándome? —bromeó, sonriendo con los ojos cerrados.
Ella lo miro mal.
— No.
— Oh —se entristeció. Negando con la cabeza—. Es una pena, no me hubiera importado si fueras tú —rió, abriendo los ojos.
— Me perdí —cambio de tema mirando al suelo—. ¿Me ayudas? —sonrío nerviosa, acercándose a él.
Karma suspiro.
— De acuerdo.
Tomo su mano derecha, la entrelazó con la suya y finalmente ambos comenzaron a caminar. Un pequeño rubor apareció en las mejillas de la joven, su perfume varonil inundó sus fosas nasales y rápidamente cayó rendida ante él.
— ¿Qué estabas haciendo? —preguntó, luego de un rato. Ella lo miró.
— Comprando medicinas para mi abuela.
Él río, confundida ella lo observó.
— ¿Te perdiste comprando medicinas?
— N-No —negó, avergonzada—. Solo que hubo un problema entre unos coches y me distraje...
— ¿Solo eso?
— "¿Solo eso?" —repitió—. ¡¿Cómo lo dices tan normal?!
— Solo fue un problema entre unos coches, pudiste haberlos evitado —se encogió de hombros.
— Estaban haciendo mucho escándalo, y además no había otro lugar por donde ir lo suficientemente rápido a mi casa... —suspiró cansada—. Aparté, estaba preocupada por mi abuela. Lo siento si te quito tiempo...
— Nah —sonrió—. No tenía nada que hacer de todos modos, prefiero salir un rato y estar con una chica linda.
— Oh... —ella se sonrojo al escuchar la última palabra de su oración. Su rostro ardía, sentía su cara muy caliente; de verdad el podía hacerla avergonzarse constantemente aunque no estuviera en su metabolismo.
Era extraño, como un cumplido tan simple podía avergonzarla tanto.
—¿Que paso? Te quedaste callada de repente —la miro de reojo. Divertido.
— N-Nada —suspiró—. Solo pensaba, ¿qué hacías tú por aquí?
— Vivo por aquí, tonta —rió.
— Cielos —lo miró—. Ahora que lo pienso, nunca he ido a tu casa —rodó los ojos, recordando un acontecimiento—. Sin embargo tu si haz ido a la mía.
— ¿Quieres ir? —pregunto. Ignorando lo último que dijo—. Puedes venir si quieres.
— ...De recuerdo —acepto. Él sonrió, mordiéndose el labio—. Pero aún no se dónde es.
— Vaya pensé que en realidad si estaba siendo acosado por una chica linda. Que decepción —bufo. Desordenándose el cabello.
— ¡Oye! —exclamo avergonzada.
— Pero igual puedo pasarte la dirección y...
— ¿Y? —lo ánimo a seguir
— Serías la primera chica que llevo —sonrió burlesco—. Siéntete importante, no he llevado a nadie más.
— Que ego más alto... —murmuró negando la cabeza, arrugando la nariz.
— Llegamos —se detuvo. Ella soltó su mano.
— ¿Tan pronto? —dijo impresionada, viendo su casa enfrente de ella.
— ¿Querías seguir con nuestra cita? —sonrió, mirándola.
— No fue una cita.
Él rió.
— Podemos tener una mejor si tan solo aceptarás que te intereso.
— No me interesas —respondió—. No molestes.
— Eso lo veremos —puso sus manos en sus bolsillos—. No sabes que podría pasar mañana.
— No me interesas —repitió, arrugando su nariz.
— Que linda —sonrió. Ella se ruborizó un poco—. Pero creo que deberías entrar, tu abuela debe estar esperándote.
— ¡Cierto! —exclamo tomando su llave para próximamente abrir la puerta de su casa. Antes de entrar y cerrarla, hablo nuevamente, llamado la atención del contrario—. Muchas gracias Karma...de verdad.
Él pelirrojo curvo una sincera sonrisa en sus labios, sin mostrar sus dientes respondió:
— No hay problema.
Sentir el tacto de sus labios en su mejilla lo estremeció. Poder absorber de cerca su aroma lo embriago.
— Buenas noches —sonrío, entrando a su hogar y cerrando la puerta.
Si tan solo se hubiera quedado unos segundos más, hubiera podido apreciar el abundante sonrojo en las mejillas del contrario.
— Buenas noches... —susurró, mirando lo poco que se podía ver de las estrellas.
No podemos estar separados. Somos piezas que encajamos a la perfección y somos inservibles al no estar juntos.
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Strawberry and Cherry! -AK.
RomanceAkabane Karma era conocido por estar en la clase E y su peculiar personalidad. Sin embargo desde que repentinamente ella llego, esa perspectiva de el empezó a cambiar. "Estás sacando un yo completamente diferente." Su personalidad única lo definía a...