Akabane Karma era conocido por estar en la clase E y su peculiar personalidad. Sin embargo desde que repentinamente ella llego, esa perspectiva de el empezó a cambiar.
"Estás sacando un yo completamente diferente." Su personalidad única lo definía a...
— Entonces, después debes presionar aquí —acomodo sus dedos alrededor del objeto y luego los presionó, así soltando el gatillo y haciendo que la bala sea desplazada hacia el muñeco de prueba de cartón—. Y listo. No es complicado —sonrío tomando entre sus manos las pequeñas manos de la contraria.
— S-Si —susurró, avergonzada.
Ambos estaban en una posición un tanto comprometedora, el estaba detrás de ella y sus brazos estaban por su cintura, básicamente estaba detrás de ella. Sentía su aroma a colonia varonil, al igual que el delicioso aroma que desprendía su ropa de verano.
— Muchas gracias por la ayuda, Yato-kun —asintió, sonriéndole amablemente. Ella estaba avergonzada por como el la estaba sosteniendo con firmeza, aunque en una parte estaba algo incómoda.
— Quizás...con una salida este más a gustó —sonrió.
— ...Bueno no tengo nada que hacer, hoy en la tarde podríamos ir por un helado —sonrío quitándose el pequeño casto que tenía en la cabeza. Estaba con unos lentes de protección y unos guantes. Su conjuntó consistía en un pantalón militar camuflado y una blusa de tirantes. Con el cabello en una cola de caballo alta, unas zapatillas deportivas negras y finalmente un pequeño broche de conejito como estampado en su pantalón, al lado de su cadera.
— Eso es suficiente para mí.
Ella sonrió, sin mostrar sus dientes.
— ¿Paso por ti a las cinco?
— En la heladería de la calle Eli.
— Hecho —sonrío complacido. Alejándose de ella.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Caminaba por la oscura noche sintiendo el frío azotar sus mejillas, y sus cabellos siendo movidos a los alrededores. Su ropa estaba desgastada y su pequeña capa de maquillaje estaba corrida, se abrazaba a si misma tratando de no caer en llanto en ese momento.
Sin poder aguantarlo una pequeña lágrima recorrió su mejilla derecha. Se limpió la cara con brusquedad y volvió a retomar su caminata más rápido.
Unos pasos acelerados se hicieron presentes y al dar la vuelta la silueta un poco distorsionada de su antes acompañante hizo que soltará un pequeño grito de temor.
— ¡__________! —grito tratando de ir tras ella.
Con el miedo corriendo en sus venas comenzó a correr ya sin importarle nada. Su pecho subía y bajaba por el cansancio, su cuello le ardía y su estómago simplemente le dolía por una patada alguna vez recibida por el. Escucho como el comenzaba correr detrás de ella y rápidamente intentó gritar pero al sentir el frío tacto de unas manos en su boca hizo que rápidamente las gotas de agua acumuladas en sus globos oculares comenzaran a cesar. Su expresión de horror no tardó en aparecer al escuchar el susurró de su abusador, junto con un tacto afilado y extremadamente frío en su cadera.
— Iremos de nuevo a la habitación... —murmuró, apretando su mandíbula—. Abrirás esa linda boquita que tienes y me harás una-
Pero de pronto, dejo de escucharlo.
Abrió los ojos con exageración al ver cómo Yato era brutalmente golpeado y tirado al suelo. Hizo una mueca de dolor al sentir un ardor en su cadera, al bajar su vista vio como su blusa de color blanco comenzaba a cambiarse a uno tono rojizo el cual comenzaba a esparcirse lentamente.
Sin darse cuenta el chico ya estaba tirado en el suelo inconsciente con una mancha roja en su pecho y con un hilo de sangre saliendo de su boca.
— ¿Estás bien? —al levantar la vista, pudo verlo con claridad. Su cabello rojo estaba un poco alborotado, y la miraba con preocupación; su pecho subía y bajaba con suavidad. Mientras extendía su mano hacía ella.
— K-Karma... —susurró con un hilo de voz—. El intento... —las lágrimas continuaban saliendo, sentía que ya incluso había perdido la cordura. Vio como el abrió sus brazos, ella capto el gesto rápidamente y se acercó a abrazarlo con rapidez. Hundió su cabeza en su pecho, comenzó a sollozar en voz baja y lo abrazo aumentando un poco la presión.
Él suspiro.
— Tranquila...
Al estar unos segundos abrazados él la cargo en el espalda con suavidad, ella lo abrazo por el cuello e acomodo su cabeza en su espalda. Karma la estaba llevando a su casa a paso lento, mientras ella sentía tranquilidad luego de lo sucedido. No tenía idea de lo que hubiera podido pasar si él no hubiera aparecido, pensar en el simple echo de haber sido tocada sin su consentimiento por ese joven hacia que su cuerpo se estremeciera del miedo rápidamente.
Y aparentemente había olvidado sus orígenes.
Papá estaría decepcionado...
Pensó recordando cómo cuando era niña practicaba defensa personal con su padre.
— Karma...
— ¿Hm?
— Tú eres un chico problemático.
— Si.
— Tú por genética debes saber pelear.
— Ya lo dijiste, soy un chico problemático.
— Enséñame.
— ¿Ah?
— No hace falta que me enseñes todo... Solo quiero recordar y aprender lo básico. No debo depender de ti, sabes que no es la primera vez que...me ayudas —murmuró acomodando su cabeza en su nuca.
Él agachó la cabeza.
— Por favor... —pidió.
Finalmente suspiro.
— De acuerdo.
Ella sonrió con ternura. Acercó sus labios a su nuca y plantó un suave beso en éste.
— Gracias... Karma. Gracias...
Honest
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.