Episodio 22.5: La noche de bodas

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Inoko se dio un gran chapuzón en la bañera de su hogar. Necesitaba aquello, nada cómo relajarse después de haber tenido un largo día llevando axfiantes ropas y teniendo que tratar con varias personas, inclusive desconocidos para ella.

Eso sin contar el ritual extraño que le dejo mal sabor de boca. No toleraba el sake y nunca lo haría.

-Kamaboko Inoko- Sonreía mientras sus mejillas se teñían de rosado- No suena tan asombroso pero... de alguna forma se siente bien.

A pesar de todo, había logrado salirse con su gusto y ahora su amado peliburdeos era completamente suyo. Ya nadie podría separarlos y estaría a su lado para siempre.

Claro, habían quedado en que dejaría su cargo como exterminadora de demonios ¿Y qué? Era lo de menos, igual Shinobu le había dicho que se tomase un descanso y sabía que podía confiar en las habilidades de su esposo para derrotar a su padre.

-Tanjiro- Se tocaba los labios intentando recordar el momento en la mañana cuando pudieron besarse antes de la ceremonia- Muero por besarle... y también que me dé mimitos...

-Inoko- Tocaban la puerta del baño- Voy a entrar ¿Puedo?

-Claro, Baba- Asentía mientras se hundía un poco más en la bañera.

-Te traigo tus ropas, asegúrate de secarte bien ¿Vale?- Le dejaba una yukata limpia junto a las toallas- E Inoko no te olvides de lo que hablamos la otra vez.

***

Unos días antes de la boda, con su abuela practicaban todo lo que tenía que hacer en la ceremonia. Sabiendo que su nieta tenía una mala memoria, debía repetirle una y otra vez las palabras hasta que se le quedasen grabadas.

-Bien, ahora Inoko- Le explicaba la anciana- Después de la ceremonia y la fiesta, compartirás cuarto con tu esposo y pasarás la noche con él desde ese día.

-¿Mm?- Estaba confundida- Pero Baba, Tanjiro y yo antes no estábamos casados y muchas veces dormimos juntos.

-Oh, mi pequeña. Esto es muy diferente- Le debía explicar de ello en algún momento- ¿Recuerdas cómo es que los jabalíes tienen crías?

-Sí, Shinobu me contó que se llama procrear o algo así- Sabía en realidad muy poco del tema y solo tenía un vaga idea de los visto en las montañas.

-Bueno, tú en algún momento junto a Tanjiro-san, tendrán una experiencia similar- Le contaba y recalcaba- A veces pasa en la misma noche de la bodas, y para ese entonces debes invitarlo cortésmente a que tome la iniciativa. Él lo hará todo, así que no debes preocuparte de nada luego.

-¿Invitarlo?- Alzaba la ceja confundida- Baba, no entiendo.

-Descuida, vamos a practicar- Le mostraba como debía sentarse- Debes ponerte frente a él y luego dar una reverencia. Para después decir...

Estuvieron repasando aquello los días siguientes.

***

-Ya sé, Baba- Estiraba los brazos mientras bostezaba- Pero ¿Enserio es necesario? Tengo mucho sueño.

-Claro que es necesario. Tanjiro-san seguro lo está esperando- Era muy tradicionalista- Debes hacer feliz a tu marido, no importa lo difícil que parezca en el momento. Tu deber como esposa es complacerlo.

-Uhumm- Se quedó un rato más en el baño tomando una ligera siesta de cinco minutos. No tenía ganas de emprender una batalla con su pareja y mucho menos dejar que ganase a propósito. En realidad solo quería tener un cariñoso momento a solas con él y dormirse.

Ni le encontraba sentido a la procreación, aún así seguiría el protocolo que le habían enseñado para dicha actividad.

Una vez lista con apenas la tela suave de algodón cubriendole y el cabello aún húmedo, fue hasta la alcoba que compartiría con el peliburdeos durante sus semanas de descanso.

Adicto a su dulce y ácido aroma-R18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora