Episodio 8.5: Dentro de las sábanas

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🐗🐗🐗Holis🐗🐗🐗

¿Lindo domingo? ❤

Ahora que reviso la historia publicada, me di cuenta que este extra no lo censure del todo, aparece de hecho al inicio del episodio 8 y es que si lo quitaba perdía un poco el sentido algunas acciones del episodio 😅

Aún así, en este apartado procedere a narrar más detallado y desde la perspectiva de Inoko lo que pasó esa misma noche 👉👈 

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¿Se había atrevido a insultarle comparándola con un niño pequeño? ¿A ella? ¿Y encima le había amenazado?

Oh, Gompachiro lo pagaría, pagaría muy caro esa ofensa.

Pero por otro lado, le asustaba desafiarlo, cuando aquel gentil chico que tanto le gustaba fruncia el seño o dejaba de tener esa mirada o sonrisa encantadora, se paralizaba por dentro. No lo quería admitir, pero le aterraba.

Solo soltó unos cuantos gruñidos mientras se metía al futón que le correspondía en ese cuarto.

¿Podía dormir? Por supuesto que no, aquella jodida venda le cortaba la circulación y sufría con una tela tan rígida encima de su sensible piel.

Aprovechando su flexibilidad logró alcanzar el nudo detrás de su espalda y pudo desatarse esa cinta, liberando sus pobres pechos aprisionados que tenían marcados los detalles de la tela.

Le ardían un poco, trato de frotar su piel lo suficiente intentando que esas marcas se desvanecieran, sin ningún éxito. Recordó entonces lo que había pasado en el bosque con su novio esa misma tarde.

Se había sentido muy bien cuando acarició su busto y atendió sus pezones. Fue una experiencia algo extraña pero... Agradable en el fondo, siempre que esas manos llenas de callos rozaban su piel le gustaba, aunque odiase que tanto personas o demonios le pusieran un dedo encima, si se trataba del peliburdeos, le dejaría recorrer todo su cuerpo y ni problema se haría.

-Mm, calor...- A pesar de no llevar nada arriba se sentía asfixiada e incómoda, por lo que procedió a quitarse la falda de pelaje que llevaba.

Seguía sintiéndose acalorada y el rojo en sus mejillas no se desteñía. Así que retiró toda prenda hasta quedar en calzones.

-Maldición, me hice pis- Gruñó al sentir un líquido extraño escurrir de sus piernas. La menor entonces se levantó y buscó un pocillo para salir hacia el jardín, con el objetivo de recoger agua de una fuente y así poder lavarse.

-Qué asco- Al limpiarse notó una sustancia transparente y pegajosa brotar de su intimidad. Restregaba con sus dedos intentando quitarlo, más el fluido no paraba de escurrir y de hecho, al tocar más sentía unos extraños cosquilleos- ¡Mmnh!

Ignoró aquella sensación molesta para solo limpiar con agua del pocillo aquel lugar y atarse de nuevo sus calzones a su cintura. Volvió a la habitación y se recostó en un su futón, intentando conciliar el sueño.

Pero le costaba dormir, mucho más al tener aquel gran biombo frente suyo que no le permitía contemplar a su novio descansar.

¿Seguiría enfadado con ella? ¿Eso significaba que ya no volvería a hablarle ni darle besos? ¿Acaso dejaría de ser su esposo tras la discusión? ¿Era su culpa?

Imaginarse no tener al de piel canela a su lado era horrible. Se empezaba a arrepentir de haberle dicho que lo odiaba, cuando era todo lo contrario, Tanjiro era muy especial para ella y se había vuelto dependiente a él.

Tanto que ahora empezaba a llorar y gimotear como una niña apartada de su madre. Ella no quería que ocurriera aquello cuando lo siguió para ir a matar demonios, si tan sólo le hubiera contando sobre sus motivos reales, quizás no se hubiese alterado tanto y no acabarían peleando.

Desesperada, buscando consuelo en los brazos del otro, pateó el biombo hacia un costado y se metió al futón del mayor que parecía dormir.

-Lo siento, Kentaro... no te odio, no te odio...- Decía llorando en voz baja y aferrandose al cazador.

-Mmn- El de la cicatriz se movía un poco incómodo y somnoliento.

-Monjiro...- Se abrazó con más fuerza al chico y entre lágrimas terminó quedándose dormida en sus brazos.

Minutos después, sentía algo sacudirla ligeramente.

-Inoko, vamos, despierta. No puedes estar aquí- Su novio al parecer se había percatado de su presencia- Vuelve a tu cama y ponte algo más o vas a a resfriarte.

-Mmn ¿Tanjiro?- Quería hacer las pases con él, por lo que se sinceró y suplicó entre sollozos- Lo siento, no era cierto... No te odio, no puedo odiarte, Tanjiro. No te enfades conmigo, por favor... Da miedo.

-Lo lamento, Ino-chan- Había posado un beso en su frente tras secarle las lágrimas- Yo tampoco lo decía enserio cuando mencione todas esas cosas de ti, yo te adoro tal cual eres y aunque no me hagas caso, nunca podría olvidarte o dejarte.

Lo quería y lo necesitaba, necesitaba sentir su cariño, le disgustaba pelear con él.

-Bésame- Pidió enredando sus brazos en el cuello del más alto- Beso, Tanjiro~ por favor~

Su prometido cumplió su capricho y la besó en la oscuridad del cuarto, podía sentir como aquellas cálidas y agradables manos recorrían su espalda lentamente. Intentó corresponder el gesto también haciéndole mimos, acariciando sus cabellos rojizos que tenía al alcance.

Aquel beso se tornó diferente a los usuales que solía recibir y es que sintió como la lengua de Kamado recorría su boca, llenandola de babas. Iba a reclamarle por hacer eso que consideraba asqueroso, cuando percibió una sensación áspera en su trasero.

Las manos del otro habían llegado a sus glúteos y sentía como apretaban una de sus nalgas entre los toqueteos que le brindada. Gimió varias veces a pesar de tener los labios ocupados, experimentar tan diferentes roces en su piel le hacían volver a sentir acalorada como hace un rato.

La sensación le gustaba hasta que el mágico momento se arruinó cuando notó algo duro y grueso empujarle entre sus piernas. 

-Ahh~ Tan-jiroo~-Se separó por fin del beso húmedo, recuperando el aliento- Mnm~ Tu rodilla molesta.

-¿Mi rodilla?- Notaba como el rostro del cazador se sonrojaba mientras se apartaba de inmediato- No, no es lo que crees. Ino-chan, yo solo...

¿Y ahora qué le ocurría? ¿Por qué se detuvo si le gustaba aquello? Lo besó y tomó sus muñecas guiandolas a su cintura, justo en esos momentos la brisa que se filtraba tras la puerta,  invadía toda la habitación y lo menos que deseaba era tener a su calentador personal separado de ella.

-¿Por qué paras?- Le reclamaba- Cuando Tanjiro me mima siempre se siente muy bien, quiereme más. Hace frío~

La mejor solución para el frío era dormir junto a otros, rozando piel contra piel. Su experiencia en la montaña le aseguraba ello, por eso muy pocas veces se resfrío al contar con una manada de jabalíes a su disposición cada invierno.

Su pareja le sonrió y nuevamente le besó mientras con sus manos callosas rozaba con dulzura sus caderas. Inoko quería poder tomarlas de nuevo y conducirlas a su pecho carente de atención, cuando en eso, varios cojines de algodón terminaron aterrizando en los dos.

-Me alegra que se reconcilien, pero...- Zenitsu los había interrumpido- ¡Busquense otro sitio si van a hacer sus porquerías! ¡¿O acaso quieren despertar a Nezuko-chan?!

Maldito Jinjitsu, iba a golpearlo más tarde por arruinarle su sesión de mimos. Se había quedado con ganas de más y por su culpa, Tanjiro hasta se había ido de la habitación dejandola sola y solo con su haori encima.

Se abrazó a aquel pedazo de tela que siempre llevaba encima el de la cicatriz, olía a caoba y miel.

Luego, fue tras él.

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Y sí, esa fue la perspectiva de Inoko, la niña está creciendo y ni cuenta se da la nena 😅 Ay, solo diré que será todo un caso cuando tenga que aprender de dónde vienen los bebés.

Sintonicenos en el siguiente extra ❤

🐗🐗🐗Bye-Bye🐗🐗🐗

Adicto a su dulce y ácido aroma-R18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora