Episodio 22.8: Recíproco

147 14 2
                                    

-Ino-chan, aquí tienes- Tanjiro le ayudaba a colgar la ropa recién lavada - Después de esto ¿Quisieras ir a caminar juntos por el bosque?

-¡Sii! Suena bien, quiero recolectar más bellotas para mi colección- Le gustaba mucho el área forestal- También podemos entrenar un poco, aunque ya no caze demonios, Tanjiro no puede perder su ritmo ¿cierto?

-Tienes razón, entonces está decidido, es una cita- Dejó la ropa a un lado para tomarla de la cintura y robarle un beso, teniéndola entre sus brazos unos minutos.

-Veo que ya hicieron las paces, me alegra- Hisa pasaba para saludarlos y se contento al verlos de nuevo dialogando y mimosos- Aw, no hay nada más enternecedor que ver a una joven pareja enamorada.

El de pendientes se separó algo ruborizado por ser encontrados así por la mayor, riendo y devolviéndole el saludo nervioso. A lo que la joven hizo un puchero con los labios y le dio pequeños empujones para que vuelva a abrazarle.

...

Llegada la noche y después de cenar, los esposos compartían el futón y luego de haber levantado las restricciones, Tanjiro podía mimar entre caricias y besos a su princesa como solía acostumbrar antes que estuviesen casados.

-¿Ocurre algo?- La azabache de puntas azuladas se había separado de sus labios y se le quedó mirando.

De repente le abrió la yukata desvisitiendolo en el área superior.

-¡Esto! ¿Por qué los ocultas?- Señalaba los músculos que había ganado el peliburdeos con el vigoroso entrenamiento de cazador- Si yo fuese un hombre, no andaría en camiseta y los presumiría todo el tiempo.

-Me lo imagino...- Si ya como mujer no tenía pudor, del sexo opuesto sería peor- Ino-chan, la ropa se inventó para cubrirnos del frío y la suciedad. Además, soy alguien con decoro y...

-Hehe, son duros como rocas- Lo halagaba mientras toqueteaba la masa muscular de sus brazos- Mi esposo es muy fuerte~

-Realmente te gustan los músculos ¿No es así, Ino-chan?- La otra asentía a lo que se reía y dejaba que palmase donde guste sin hacerse problemas.

Después de todo solo era un toque inocente ¿No?

-¡Maldición!- Gruñó de la nada y se levantó incómoda del lecho- Ya vuelvo, voy al baño.

-¿Ha?- Recordaba que había ido justo antes de acostarse, tal vez tomó demasiado líquido en la cena, pensó.

...

Días después Tanjiro trataba de hacer planchas empleando la técnica respiración profunda, pero le era algo complicado desde hacia un rato.

-Ino-chan, princesa- La mencionada estaba aferrada a su espalda sumándole peso- ¿Me permites entrenar?

No es que le fastidiara cargarla, de hecho, así le ayudaba mucho a ganar vigor. El tema estaba que la chica jabalí lo llenaba de besos sin parar por todas partes impidiendole seguir por la ternura que emanaba aquella conducta.

-No, toca mimos- Le arrugaba la prenda superior.

-Después- Con cuidado de no hacerla caer hizo dos planchas- Debo terminar mi rutina.

-¡MIMOS!- Golpeó su espalda con sus palmas muy molesta.

-Ya, ya, ya voy- Accedió a su capricho y ella se bajó de su encima brincando satisfecha.

Ahora estaban en el cuarto matrimonial que compartían, como ya no estaban solos en la casa, el cazador había colocado la cabeza de jabalí disecada en la puerta cerrada como señal para que nadie entrase.

Adicto a su dulce y ácido aroma-R18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora