Episodio 10.5: Maldita audición

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Zenitsu apreciaba a Tanjiro, a pesar de sus lloriqueos o personalidad problemática, el peliburdeos nunca le había hecho a un lado y hasta se preocupó de su bienestar en las misiones. Era alguien amable y en quien siempre se podía confiar.

Pero a veces lo odiaba, todo por su agudo sentido de la audición.

-Inoko, te quiero mucho- Era de madrugada y el de cicatriz besaba a su novia, que como acostumbraba, terminaba escabullendose a su cama cada noche, para dormir a su lado en la enfermería principal.

Otra vez, le costaría descansar las 8 horas que le correspondían ¿Por qué a su compañero no se le ocurría ir al cuarto de la azabache? ¿Qué no se daba cuenta que no estaban solos los dos allí?

Y es que esos dos no solo se daban un simple beso antes de dormir, no, uno no era suficiente.

Dos, cuatro, diez, ya perdía la cuenta de cuántos "muack" escuchaba esa madrugada.

Estaba feliz que su amigo pudiese tener pareja, pero ¿de verás tenía que ser tan cariñoso y meloso?

-No...-Escuchaba como Inoko se quejaba- No me llenes de baba, no me gusta Monjiro~ Mmm~

-Lo siento, Ino-chan, no lo haré de nuevo- Kamado tenía una voz algo ronca y áspera en esos instantes- Es que no puedo resistirme, me encantas tanto... Inoko...

-Pero no soy comida, idiota- De vuelta los sonidos de besos cortos- Mm, Kentaro, más, me gustan más así...

Jamás se lo hubiese imaginado, creía que la salvaje era la depravada, pero por como escuchaba el tono de voz del de pendientes, podía notar lo caliente que estaba y que quería avanzar más allá.

Si no fuese por lo inocente y despistada de la menor, seguro se hubiese sobrepasado ya hace tiempo y seguro se añadiría a su repertorio de sonidos, el chirrido de la cama agitandose.

Ya estaba harto, iba a gritarle a la parejita para que parasen con su sesión de besos, por lo que se dio la vuelta y al hacerlo se percató mejor de la escena, que a pesar de la oscuridad, justo la luz de luna atravesaba la ventana e iluminaba ese espacio de la enfermería.

Como pensaba, Tanjiro estaba rodeando de besos a su novia en todo el rostro, dando cortos y dulces piquitos. Mientras sus manos parecían dar suaves masajes a los hombros de la joven para ir bajando a al espalda.

Desde la posición en la que estaba podía ver la espalda de Hashibira y como no los cubría ninguna sábana, se estaba ganando con aquella sensual parte de su cuerpo.

Se moría de envidia ¿Cómo fue que el de ojos carmesí había acabado con una chica así? ¿Y cómo era capaz de tener tanto autocontrol con ese redondeado trasero y caderas despampanantes que se cargaba la salvaje esa?

Si él fuera su pareja, ya desde el primer instante hubiese aprovechado en toquetear esa zona y la habría hecho suya sin pensárselo dos veces.

-Ahh... Gompachiro... Mmm- Jadeaba la azabache tras las caricias consecutivas en su columna vertebral.

-¿Si Ino-chan?- Evitando tocar sus posaderas, trasladaba el contacto a sus piernas- ¿Quieres que pare?

-Mm, no...te quiero- Suspiraba mientras rodeaba el cuello del mayor con sus brazos- Tocame más... Ahh... Las manos de Tanjiro se sienten bien... mmh... Quiero más besos... Es una orden... Ahwn...

-Entendido, mi princesita- Le besaba con mucho gusto sin dejar a un lado los ligeros toques amorosos.

Maldecía el rubio, escuchar esos gemidos agudos se lo habían puesto duro y más al ver cómo entre jadeos, la chica inconscientemente movía su trasero de lado a lado.

No es que le gustase la chica jabalí, después de todas las veces que le había golpeado, insultado y molestado, no era tan masoquista como para enamorarse de ella.

Pero si tenía que admitir algo, es que le parecía jodidamente sexy y hermosa, Tanjiro se había ganado la lotería con ella y seguro que disfrutaría como nadie el derecho de poseerla.

Zenitsu no quería pero su entrepierna le dolía tanto que pedía ser estimulada. Solo había un ligero problema y no, no era que pudiesen descubrirle la pareja, porque estaban tan sumidos en su mundo que ni cuenta se darían.

El problema era que sus extremidades después de ser víctimas del veneno de un demonio araña, aún no habían vuelto a su forma habitual y con esas manitas tan pequeñas no alcanzaba a poder darle atención a su miembro.

Y no es que él fuese como el peliburdeos quien podía aguantarse sus erecciones y manejarlas con el poder de la meditación y fuerza de voluntad. No, si el rubio se ponía cachondo tenía que atender su problemilla si o si.

Como pudo, tomó una de sus almohadas y las llevo hasta su pelvis, para empezar a frotar su miembro con aquel cojín. Era lo único que le quedaba para apaciguar su calentura.

La vista que tenía delante suyo era demasiado y a pesar de que la chica jabalí llevaba pijama, aquel pantalón que traía le quedaba ajustado, dejando apreciar las líneas de la ropa interior que sólo marcaban más sus grandes glúteos.

El rubio siguió empujando la almohada que tenía simulando embestidas mientras veía el movimiento ondeante de esa cintura y escuchaba los jadeos excitantes de la pareja besándose. Soltó un gemido ahogado cuando terminó descargando su semilla.

...

-Grghh-Como solía pasar cada noche, Inoko terminaba quedándose dormida entre los mimos- Grghh...

-Aww, es tan linda hasta cuando ronca- Decía embobado su prometido que le cubría con la sábana que la joven había tirado hace un rato- Dulces sueños, mi princesa.

Kamado entonces se levantó, iba a lavarse el rostro para despejarse un poco ya que una parte de su cuerpo quería despertar. Cuando un olor le sobresaltó.

-Zenitsu ¿Estás despierto?- Esperaba que su compañero no respondiese, no quería comprobar que había ocurrido lo que su olfato le indicaba- ¿Zenitsu?

-Oh, Tanjiro no sabes cuánto te odio- Le acusaba echándole la culpa- ¡Última vez que dejas a esa bestia entrar a nuestra habitación! ¡No me mires así asqueado! ¡Que yo no soy el pervertido que le gusta excitarse al besar y tocar a su novia cada noche!

-...- No le molestaba que el otro se tocase, siendo hombres, no podía evitarse. Lo que le enfurecía era el que lo hubiese hecho cerca de su novia- Zenitsu, dame alguna razón para no matarte. No estuviste pensando en MI Inoko ¿Cierto?

-Bueno, no exactamente... quizás solo un...- Le había llegado su hora- ¡GYAAAHHH! ¡Perdóname la vida! ¡Tanjiro~!

Maldecía su buena audición, no siempre era un don para él.

🐗🍤🐗🍤🐗🍤🐗

A veces siento que le hago sufrir mucho a Zenitsu, hehe 😅

Este extra fue algo diferente y es que en los siguientes, que quedan pocos, no necesariamente serán... Cómo decir ¿Intensos?

En sí, la parejita no ha llegado a avanzar más y bueno, es normal, considerando que Tanjiro no quiere presionar a Inoko y ella, tampoco tiene curiosidad en experimentar más.

🐗🐗🐗Nos vemos después🐗🐗🐗

Adicto a su dulce y ácido aroma-R18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora