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Con sigilo lograron salir del palacio, no habían necesitado hablar del asunto para que el señor Piccolo se diera cuenta del estado de la chica, tenía que sacarla de ahí como sea. Con su autoridad logró engañar a los cuidadores del establo para que se alejaran del lugar, apenas monto a Pan a uno de los caballos aparecieron los guardias de Mark dispuestos a detenerlos.


Piccolo: ¡Pan vete! ¡Huye! ¡Sal de aquí!


Le ordenó sacando su espada


Pan: Pero ¿Señor Piccolo?


Dudó Pan temerosa de lo que le pudiera pasarle a su maestro


Piccolo: ¡Obedece!


Entonces la chica entre lágrimas partió. Trataron de ir tras de ella, pero su maestro se puso en el camino de los soldados.


Piccolo: Para ir por ella tendrán que matarme primero.


La joven princesa pudo escuchar el choque de espadas mientras se alejaba, pero aún no estaba libre de la persecución, pues su tía que no había olvidado como montar a caballo salió tras de ella a toda velocidad, el tiempo que estuvo Pan encerrada le habían enseñado a tener miedo y esa mujer parecía el mismo demonio que venia por ella. La desesperación por huir la hicieron adentrarse a la zona boscosa de Júpiter, casi suplicaba al veloz potro ir más rápido.


Pan: Ella quiere a mi hijo, quiere a mi hijo


Se repetía entre lágrimas y miraba como esa endiablada casi la alcanzaba, entonces cerro los ojos y elevo una plegaria al cielo, tal y como se lo había enseñado su mamá. Jamás sabría en que grado Dios escucho sus oraciones he intervino, pues ella no vio lo que su tía sí. Como ángel de luz la imagen de Videl se materializo frente a los ojos de Violeta y claramente de su caballo el cual dio un relincho frenando y colocándose en dos patas.


Violeta: ¡No! ¡Estoy alucinando!


Temerosa de la mirada acusadora de su hermana jalo las riendas para dirigir al animal hacia otro lado, pero no importaba a donde fuera la imagen de Videl aparecía frente a ella una y otra vez, hasta que perdió totalmente el control y así como un día provoco la caída de la reina Bulma de su caballo, ella corrió con el mismo destino, más no con la misma suerte, pues lo ultimo que oyó fue el crujido de los huesos de su cuello al caer al suelo. Y ahí termina su historia sobre la tierra, pero no era el final, ya que Baba Yaga iría por su alma para llevársela a los fuegos del infierno.


Violeta: ¡No! ¡No! ¡¡¡Noooooo!!!


Baba Yaga: Habiendo dejado la tierra de los vivos ya no puedes darme lo que quiero, más tu lugar no es cielo, pues habiendo tenido la oportunidad de reivindicarte por tus pecados preferiste seguir dejando mal en este mundo, ahora de la celda donde te voy a llevar no volverás a salir nunca más.


Los soldados del rey no encontraron a Pan, en su lugar solo hallaron el cadáver de quien en vida fue la hija del rey Mark, princesa de Júpiter.


Soldado 1: ¡Alabado sea Dios, es la princesa!


Soldado 2: Esta muerta


Soldado 3: Tiene el cuello roto


Soldado 2: Debemos dar aviso al rey


En ese momento Mark ajeno a lo sucedido con su primogénita recibía otra noticia.


Mark: ¡¿Las tropas de Vegitta?!


Soldado: Si señor, vienen hacia acá


Mark: Ese maldito de Vegeta


Soldado: No majestad, el rey Vegeta no está liderizando al enemigo, en su lugar viene el joven príncipe.


Mark: ¿Vegeta mando a ese niño a pelear conmigo? Jajaja


La risa de Mark se escucho fuerte en toda la sala del trono


Mark: Reúne tus tropas, sin Vegeta, acabar con ellos será fácil, como presente le enviare la cabeza de su querido hijito.


Sin embargo, la pelea no sería fácil como lo predijo el rey de Júpiter, las tropas no iban desanimadas, así como un día lucharon por un joven príncipe Vegeta ese día lucharon por el príncipe Trunks. Y antes de que sol anunciara el medio día el príncipe de Vegitta había hecho suya la victoria. Ya sin nadie que se lo impida fue en busca de su familia, lo que no espero fue encontrar a Mark postrado ante el cadáver de la mujer que fue responsable de aquel odio que se tenían entre familias.


Trunks: Tus fuerzas han caído Mark, más no es mi deseo causarte más daño, esto termino aquí, solo quiero a mi mujer y a mi hijo.


El hombre sin ponerse de pie solo hizo una pregunta la cual estaba repleta de odio.


Mark: ¿Mi nieta espera un hijo con tu sangre maldita?


Trunks: Solo devuélveme a Pan y me iré para nunca volver.


Mark: Ella debe estar muerta igual que Violeta y si en el vientre lleva un engendro tuyo ojalá así sea


Todos pudieron ver como el viejo rey sacaba una navaja de su bolsillo, más no imaginaron que la usaría para lastimarse a sí mismo.


Mark: Yo te maldigo


Se enterró la filosa arma en el cuello cayendo agonizante sobre el cadáver de su engendro, nada se pudo hacer por él, solo esperar que se lo llevara la muerte y así fue. Trunks recorrió cada rincón del palacio en busca de Pan, su corazón le decía que ella tenia que estar viva, no podía estar muerta como lo había sugerido el difunto rey, estaban por extender la búsqueda hacia la aldea cuando de los árboles apareció la sombra de un hombre que cargaba en brazos a una mujer. Cuando la imagen se hizo clara Trunks pudo ver a su princesa, Piccolo había ido por ella y con una sonrisa en el rostro se la entrego, la chica estaba débil, pero en sus mejillas rosadas Trunks sintió la vida cuando al besarla esta despertó. Colocándose de rodillas acaricio su largo cabello negro, ella al principio pensó que estaba soñando, no era así, realmente estaba en sus brazos, toda la pesadilla había terminado, se abrazo del cuello de su amado y lo besó.

Por el amor del príncipe (Vegebul) (Trupan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora