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Lo que más detestaba de tener que ver a mi novio correr, era tener que ir a otro lugar, y sobre todo cuando tenía que ir solo, estar entre el publico nunca fue una opción para mí, aunque Jimin siempre insistía en que debía de permanecer en el palco exclusivo para cuando terminase la carrera pudiera ir a verme, pero sinceramente jamás me gusto ir a ese palco, Jimin reservaba mi boleto siempre, pero me negaba a ir con él.

—¿Quieres una cerveza o mejor un aperitivo? —me pregunto mi amigo Namjoon, mire como se sentaba frente a mí, y colocaba su vaso de cerveza espumosa sobre la mesa—. Tu novio saldrá pronto a la pista.

Rodé los ojos.

—¿Por lo menos sirven hamburguesas aquí? —Namjoon me regalo un asentimiento—. Entonces que sea una hamburguesa.

—Jimin dijo que cuidarías más tu dieta —comento Namjoon haciendo que de nueva cuenta rodase los ojos—, no es para que te molestes.

—No estoy molesto, Jimin sólo dice cosas que ni siquiera puedo hacer.

—¡El Relámpago de Busan ya va a salir para la vuelta de prueba! —aquel grito de una de las personas en aquel restaurante-bar había llamado mi atención, dirigí mi mirada hacia el televisor, encontrándome con la imagen de mi novio dentro de su Ferrari, ajustándose los guantes que llevaba en sus manos.

El Relámpago de Busan... ese es Park Jimin, el alfa por el cual me había enamorado por casualidad cuando había encontrado trabajo en un autódromo como mesero en la zona VIP, nunca había tenido noción de lo que trataban las carreras de autos, el gran premio, las veinticuatro no sé qué, no nada por el estilo, todo ese mundo se encontraba fuera de mi contexto, hasta que lo conocí a él.

Hace dos años que estamos juntos en una relación, lo primero que me había llamado mucho la atención de él habían sido esos ojos tan enigmáticos y azules que tenía, su cabello casi siempre se encontraba largo y jamás lo pintaba, me gustaba que no lo hiciera, el castaño oscuro llegando a ser un negro profundo le daba un aire de superioridad, si tuviera que decir que tenía un tipo ideal en el alfa que me gustaría, Jimin sería el vivo retrato de ese alfa.

Solté un resoplido, Jimin ahora mismo no se encuentra en Seúl, sino que esta en Brasil, el gran premio de Brasil de la Formula uno, una carrera importante para él, una espera larga para mí, las horas de diferencia eran muchas, pero podía soportarlas, mientras pudiera verlo a él.

—¡Vaya! —el comentario de Namjoon me saco de mis pensamientos—. Parece ser que Jimin se llevará la copa esta vez.

—No me sorprendería —mire hacia la mesa.

Últimamente un pensamiento había estado rondando por mi cabeza, uno que quizás muchos considerarían como una locura total, pero creía tener algunas razones por las cuales tener mi pensamiento, aunque ahora mismo dudaba mucho de mis razones, porque en realidad no tengo una en particular. Mi historia con Jimin es pequeña y a la vez tan grande que ni siquiera me quiero deshacer de ella por ningún motivo, pero a pesar de los bonitos recuerdos con él, también tengo unos en los que me siento sumamente abandonado, sobre todo cuando se trata de que él se vaya a sus eventos en las carreras, sé que es muy egoísta de mi parte pensar que Jimin solamente debe estar para mí cuando yo desee y quiera, pero era inevitable para mí.

—Faltan cinco minutos para que salgan —de nuevo Namjoon logró traerme a la realidad, ni siquiera me percate de que la hamburguesa que le pedí que me trajera estaba en la mesa, justo al frente—, estas algo distraído, ¿no crees?

Apreté mis labios con leve fuerza antes de mirar detrás de mi amigo, hacia la pantalla, observando a todos aquellos vehículos alinearse y esperar por la señal que les daría la salida, la cámara enfocaba a cada uno de los participantes, setenta y una vueltas eran las que darían por aquella pista, casi dos horas de carrera, dos horas en las que se definiría al ganador, Jimin tenía posibilidad de traer el premio, pero también había otra gran posibilidad que le esperaba cuando regresase.

—Nam —hable haciendo que mi amigo elevase una ceja.

—¿Sí?

—¿Qué piensas si yo...? —detuve mis palabras, no sabía si era correcto hablar de esto con él.

Mire a mi amigo que mantenía su mirada sobre mí, esperando a que dijera algo, pero estaba dudando mucho en si hacerlo o no, y es que en verdad me sentía muy inseguro de lo que saldría por mis labios.

—¿Qué pasa, Yoongi? —me pregunto.

Tenía que decirlo, debía hacerlo, Namjoon es mi amigo desde hace casi cinco años, le tenía la suficiente confianza como para decirle mis más grandes pensamientos y temores, y él hacía lo mismo, así que no debía de tener tanta duda en mi cabeza respecto a todo esto, el aroma de la carne, el pan y las salsas de la hamburguesa hacían que mi boca salivara un poco, tenía hambre, pero ni siquiera eso me impediría querer hablar con Namjoon sobre esta idea que estaba atormentando mis pensamientos.

—¿Yoongi? —de nuevo su voz me hizo soltar un resoplido—. Ya casi sale tu novio, deberíamos de...

—Creo que quiero terminar mi relación con Jimin.

Me aplaudí internamente por haber dicho lo que tanto me estaba guardando, aunque Namjoon abrió los ojos en grande, y en la televisión se pudo ver claramente como los vehículos salían para dar inicio a la carrera. Ahora mismo el gran premio de Brasil no tenía mucha importancia, no cuando yo había dicho aquella frase.

Dangerous Love  ||JimSu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora