RenGiyuu Week 2021

2. Getting Together

Esa mañana se despierta después de tener un sueño demasiado inusual. Levanta las sábanas, comprobando qué fue demasiado erótico.

Se lleva las manos, deseando qué se lo trague la tierra. Se levanta de su cama y camina hacia la regadera, esperando que todo se calme.

Los fragmentos del sueño se han quedado grabados. Los ojos azules qué muestran misterio, su cabello oscuro; en el sueño recuerda que tocó su piel y nunca lo ha hecho.

Sale de la regadera, se viste y se prepara para ir a la preparatoria Kimetsu. Toma un desayuno con su familia, estando ausente en su plática.

—Kyojuro, llegarás tarde —le llama su mamá.

El mencionado mira el reloj y se da cuenta que se ha quedado tan disperso en sus pensamientos, que no se dio cuenta.

Se levanta corriendo, tropezando con algunos muebles. Toma su bicicleta y se encamina hacia la escuela.

En el camino se da cuenta de que las hojas de los árboles están anunciando el final del verano, la brisa es más suave y se siente ligeramente el frío.

Luego, sus pensamientos se vuelven a enfocar en ese sueño. No entiende porque sueña con su compañero de clases, ¿qué significa eso? Y más porque fue un sueño muy erótico.

Estando en la escuela, acomoda la bicicleta y se dirige hacia la entrada. Ahí lo ve. Es el encargado de revisar qué los alumnos traigan bien su uniforme, una tarea muy difícil porque muchos se ponen muy groseros con los alumnos.

Su corazón se acelera demasiado, siente que el tiempo se detiene y disfruta ver como el viento remueve su cabello qué alcanza a tocar sus hombros.

Pero cuando sus ojos se encuentran con los de él, su corazón se detiene y el aire se le escapa de sus pulmones. ¿Qué es lo que le pasa?

Antes de poder saludarlo, siente un enorme golpe en su espalda.

—¡Buenos días, Rengoku! —exclama el recién llegado mientras deja caer su brazo sobre los hombros.

Reconoce quién es el que le ha dado ese golpe. Lo mira como si quisiera matarlo.

—¿Qué ocurre? —frunce el ceño el albino.

—Nada —Kyojuro se separa del otro y camina hacia la escuela.

Uzui Tengen se sorprende del mal humor de su amigo y decide seguirlo para detenerlo.

Llegando al salón, solo se acomoda sobre su pupitre cubriéndose con sus brazos. Todos se preguntan qué le ha pasado al chico más energético y alegre, es demasiado extraño verlo tan apagado.

—No suele ser así, ¿qué le ha pasado? —pregunta Iguro.

—No lo sé, lo vi parado en la entrada y cuando lo saludé, se enojó —contesta Uzui.

Ni él mismo entiende toda esa confusión. Todo por culpa de un sueño. El timbre suena para que las clases comiencen y antes de que el profesor llegue, nota cómo entra Giyuu Tomioka caminando a lado de Shinobu Kocho, quien está picándole las costillas para que el otro le diga algo.

Siente de nuevo esa sensación, su corazón latir con fuerza, calidez en su pecho, mariposas en el estómago.

No se había dado cuenta, pero el color de los ojos son muy bellos, un azul profundo y aunque siempre está inexpresivo, le gusta mirar su rostro.

—Kocho, detente —gruñe el azabache.

—Es que estoy hablando contigo y me ignoras —contesta la chica colocando las manos sobre las caderas.