XXII

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POV JUNGKOOK

Cuando llego a casa de Jimin, sigue durmiendo, saco las llaves de su bolsillo y abro la puerta, meto las maletas y quito alguna ropa que había en la cama, salgo por él y lo dejo en la cama, le cambio la ropa por algo más ligero, un pantalón corto y una camiseta sin mangas, el día es caluroso, me acuesto con él y empiezo a buscar por internet ideas para decorar el salón, será bueno alguna temática, mmm no sé si a Jimin le guste algo en particular.

Dos horas después Jimin comienza a despertar, solo lo miro, se remueve un poco, abre los ojos y se los talla.

- ¿Jungkook?

-Aquí estoy mi amor.

Me mira y sus ojos se vuelven a cristalizar, me acerco más a él y lo abrazo, así acostados como estamos, se aferra a mí.

-...Sí quieres dejarme...

-No.

-...Sí quieres alejarte de mí...

-No.

-Lo entenderé, solo... solo dímelo antes, no hagas que esta pesadilla se vuelva realidad.

Le levanto su cara y lo beso, me devuelve el beso, pero está llorando, sus labios le tiemblan, en este capítulo de nuestras vidas, él ha sido el que más ha sufrido, pues a él se le ha engañado y la manera en que se lo dijeron fue la peor, aún me pregunto quién diablos fue.

Introduzco mi lengua en su boca, tocando la suya, intentando demostrarle que estoy aquí y para él.

-No te dejaré, no te librarás de mí tan fácilmente.

Vuelvo a besarlo de forma demandante, sus manos comienzan a quitar mi cinturón, hasta que logra abrir el cierre y el botón, toma mi miembro y lo estimula, dejo de besarlo al jadear, echar mi cabeza para atrás y disfrutar.

Me quito el pantalón y la playera, él se quita el short y el bóxer, en un movimiento rápido se pone sobre mí, se quita la camiseta y marca mi cuello con varios chupetones, es doloroso, realmente está dejando marcas con un solo propósito, quisiera alejarlo porque me duele el cómo lo hace, pero entiendo que está marcando su territorio.

Me incorporo alejándolo un poco, me mira con sorpresa, pero vuelve a empujarme para que quede acostado y vuelve a marcarme.

Giro para que sea yo el que domine, pero el Jimin que tengo frente a mí, hoy no quiere ser del todo dominado, su respiración es agitada, abre la boca y pasa su lengua por sus labios y después la saca.

Sonrío, un Jimin descarado no es usual o al menos no en la cama, me acerco a él y le pongo mi miembro en la boca, lo chupa de una manera alucinante, acomodo una de sus piernas flexionándola para meter mi dedo en su entrada, ambos marcamos el ritmo que necesitamos.

Juega con su lengua y su mano envolviendo mi miembro, estimulándolo, sube y baja su mano sin dejar de chupar, sin dejar de humedecer, me quito de encima suyo y lo volteo, le doy un azote fuerte en una de sus nalgas y me meto en él.

-Mpm

Sigue apretado, pero no lo lastimo del todo, inicio con embistes fuertes y marcados, su manera de mirarme de soslayo me indican de lo rudo que estoy siendo y de lo mucho que está disfrutando sus ojos se cierran de placer, su boca se abre tratando de quizás alejarme, de decirme que estoy siendo muy agresivo, pero sus jadeos, y el cómo sus ojos se retuercen de placer es lo único que me importa.

Golpea la cama un par de veces con la mano izquierda y le levanto las caderas, para que su miembro tenga libertad a su mano extendida y después haciéndola puño, me indican que ha terminado, mi miembro es presionado y me corro dentro de él.

Ambos jadeamos, le beso la espalda y su mejilla, sus manos las tiene a la altura de su cara, le tomo la derecha y la aprieto. Se incorpora un poco y mira nuestras manos.

- ¿Qué es eso?

-Son anillos de pareja, te puse el tuyo mientras dormías.

Suelto su mano y ve la suya, un bonito anillo adorna su mano. Sonríe y me acuesto boca arriba y después me giro a verlo ahora.

- ¿Te gusta?

-Sí, mucho.

¿O te gusta más este?

Me giro y tomo un anillo de compromiso y se lo pongo frente a él.

Me observa asombrado, está acostado boca arriba observándome.

- ¿Te casas conmigo?

Me mira sin saber que decir. Sus ojos vuelven a aguarse.

-No llores amor.

Me pongo sobre él y dejo el anillo al aire, él pone su mano frente a mí para que le ponga el anillo.

- ¿Entonces sí? ¿Nos casamos?

-Sí.

Nos abrazamos y me vuelvo a introducir en él, volvemos a hacer el amor, solo que esta vez no soy nada agresivo.

Yo también le digo que si!
Mini maratón 1/5

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