XII

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POV JUNGKOOK

Después de cenar, salimos del restaurante y nos fuimos a casa de Jimin, así lo preferimos, dejó su maleta en la sala, prendió las luces y me invitó a pasar a su cuarto, encontré orden, pero algunas cosas no me gustaron, peluches pequeños y uno muy grande, se veía lindo, pero, por qué peluches.

-Déjame ir por el botiquín, está en el baño.

Me senté en la cama, no podía dejar de ver los pequeños detalles que tenía, me levanté y comencé a ver cada uno de ellos, estaban en unas repisas, otros encima de la cómoda, Jimin tiene un mueble amplio donde tiene la tele y un reproductor para iPod y muchos detalles.

- ¿Te gusta?

Estaba viendo un perro de peluche, creo que esa raza es collie, tenía un collar rojo, ojos azules y era blanco con negro, un cachorro, sí era lindo.

-Sí. ¿Por qué tienes tantos peluches? No te enojes, pero siempre me has preguntado si soy un crio.

Jimin comenzó a reír y me entregó el botiquín.

-No me los he comprado yo. Son regalos.

- ¿Antiguos novios?

-Sí ese fuera el caso, no soy tan cruel como para afirmarlo. No Jungkook, son regalos de mis fans. Cada uno es una muestra de cariño de ellos, la primera vez que recibí un oso de peluche, me hice la misma pregunta que siempre te hago a ti, me era increíble pensar que me dieran algo similar, pero ver la cara que ellos ponen cuando me entregan un regalo que tal vez fue su quincena, fue un café o algo que quisieran, pero que han preferido comprarme algo a mí, eso, lo hace invaluable para mí. Con el paso del tiempo me di cuenta que merecían un lugar mejor que una caja, así que mandé a hacer repisas y ahí los pongo o en este mueble, a veces los cambio de lugar porque cada uno es especial para mí.

-Entiendo. Son muy lindos todos y no todos son peluches.

-No, algunos son relojes, pero les quito las pilas, el tic tac me molesta por las noches, los domos de nieve son mis preferidos, esos los mantengo bien envueltos para que no se rompan y los traslado en mi maleta de mano envueltos entre mi ropa, esos los colecciono y los tengo en otro cuarto. ¿Quieres verlos?

-Me encantaría, pero esos me los enseñas otro día, quiero aplicarte la pomada, dejarte bien envuelto en las cobijas y esperar que te duermas, mañana Eun no te dará un respiro.

-No quiero que hablemos de Eun en nuestras citas, si comienzas una frase con "Eun dice esto" nos volveremos esclavos de lo que él diga.

-No lo haremos, pero no quiero empezar con problemas con él, juro que, si vuelvo a ver que te pone la mano encima, lo moleré a palos.

-Me encantaría verlo.

Abracé a Jimin y lo dirigí después a la cama, se cambió la ropa por el pijama, estaba embelesado al verlo. Tiene un muy buen cuerpo, delgado, marcado en ciertas partes, se ve que no sale mucho a la playa, pues su cuerpo no tiene distintas tonalidades, es bellísimo.

-No me mires así.

-Eres hermoso.

-Tienes mejor cuerpo que yo.

-...Déjame curarte antes de que te haga mío otra vez.

Se sonrojó y me pareció aún más bello. Abrí el botiquín y saqué el ungüento lumboxen, sin duda es ésta, miré a Jimin y estaba acostado en la cama de lado.

Bajé lentamente su pantalón y sé que fue por instinto, pero se giró y se tomó el pantalón.

-La medicina funciona mejor cuando la pones en la piel y no sobre la ropa.

-Lo siento, es que...

-Lo sé, tranquilo, prometo comportarme.

Hemos hecho el amor y fue alucinante para mí, sé que lo hice disfrutar, pero la confianza me la iré ganando poco a poco. Bajé más el pantalón y sus calzoncillos, vaya que tenía un fuerte golpe.

-Me dijiste que te habías caído, pero no que te habías golpeado con el riel de la ducha.

-Dije que caí saliendo de la ducha, por qué.

-Tienes marcado el riel, Jimin, no debiste siquiera ir a practicar.

- ¿Y tener que escuchar un sermón más fuerte de Eun? No gracias.

-Está bastante fuerte, se está amoratando.

Sobé el golpe, aunque me distraía al ver el borde de su cadera, que ganas de tomarlo fuerte mientras lo penetro, cuando Jimin se quejaba un poco más fuerte era cuando debía volver a la realidad y hacer a un lado mis fantasías. Sobé un poco más.

-Listo, ahora no quiero que te levantes de la cama hasta mañana, quiero que descanses, si no te sientes mejor mañana, volveré y te sobaré nuevamente.

-Estaré bien, gracias por cuidarme... ¿Te quedarás hasta que me duerma?

-Lo haré.

Jimin sonrió, se movió un poco para darme espacio y me acosté a su lado, cubriendo su espalda, acaricié su cabello, le daba besos en la cabeza, hasta que se quedó profundamente dormido. Me fui a mi casa cerca de las once de la noche, pero feliz de haber pasado un buen rato con Jimin.   

Nos leemos el próximo miércoles!!!
Ya llegamos a las primeras 100 lecturas, eso me gusta.
Gracias por leer lunitas!!!

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