7. Zhan-ge, vuelve conmigo

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Dado que el clima era tan frio, ambos prefirieron ir a tomar un café para por fin soltar todas las palabras que venían acumulado desde hace tiempo; sin embargo, Yibo, no presiono ni se mostró molesto como el último día que vio a Zhan con la evidencia en su piel de una furtiva noche, al contrario parecía paciente y algo preocupado por su cara llorosa que pronto comenzaba a hincharse por el llanto, aquello le hacia mantener la mano en su espalda dando ligeros toques con el fin de consolarlo, pero se trataba del arte dónde era más inexperto. Aún así, al cabo de un rato, una pequeña risa se escuchó del mayor.

"Wang Yibo, ¿Qué estás haciendo?" Preguntó Zhan al ver sus raros intentos de consuelo. "Pareces un gato tratando de dar cariño" Por su parte Yibo desvió la mirada, algo apenado de sí mismo. 

Al tratarse de consolar era la peor persona a la que acudir, simplemente no sabía que decir o que hacer. 

"¿Te sientes mejor?" Preguntó el menor observando los ojos de Xiao Zhan con detenimiento, evaluando el rostro con el que soñó la mayoría de noches, preguntandose dónde estaba y porqué había desaparecido.

"Si, gracias por traerme aquí" respondió Zhan, sonriendo un poco. "¿Por qué decidiste venir a Canadá? Me sorprendí cuando ví una noticia sobre tus vacaciones. No es fácil que las compañías lo permitan" Comento, recordando las veces que quiso pedir algún receso pero sus contratos lo impedían todo. En cierta parte era un alivio ya no tener que cumplir tantas restricciones, en ese tiempo sintió que era más gobernado por esas compañías que por sí mismo.

"Condiciones, cuando regrese no me darán ni un respiro" Respondió Yibo con una medio sonrisa, pero está pronto desapareció. "Solo son pocos días, me iré el domingo".

Y hoy era jueves. Zhan sintió cierto vacío en su estómago, lo había visto repentinamente y de la misma forma iba a desaparecer en unos cuantos días, cuando lo que más quería era verlo de seguido ahora que se habían reencontrado. Pero, ¿Qué podía hacer?, ¿Decirle a Yibo que se quedará? Absolutamente no. No era bueno. ¿Regresar a China con él? Mucho menos, estaba en un punto de su vida donde no quería escuchar críticas y mucho menos tener cámaras en su rostro.

Se metió tanto en sus pensamientos que solo sintió cuando Yibo tomo su mentón para voltearlo, como si toda la calma que había tenido hace unos segundos estuviera a punto de esfumarse, el desespero finalmente parecía plasmado en sus finas facciones.

"Zhan-ge, vuelve conmigo" Menciono el menor, con unos ojos anhelantes que causaron un apretón en su pecho. "Yo te protegeré, podemos hacer  lo posible para que pases desapercibido...si eso es lo que deseas".

El corazón de Xiao Zhan tembló ante la oferta, solo tomaría la decisión de regresar a China para estar con Yibo, ya que realmente no necesitaba más nada de ese país. Su familia le había dado la espalda en los días dónde la gente lo critico por el beso y también por cancelar todo lo que estaba por hacer, cuando se suponía que en ese tiempo debian ser su mayor refugio, pero al contrario, resultaron ser el peor lugar al que acudir, ya que prefirieron unirse al odio de la gente y lastimarlo. 

"Justo eso, Yibo. ¿Vivir escondido te parece bien?" Preguntó con una expresión conflictiva. "Lo único que hice fue amar y la gente me odio, incluso mi familia sintió vergüenza de mi. Ahora,  ¿quieres que vuelva contigo? Sabes que los secretos de algún modo salen a la luz, si me descubren...no creo que lo soporte otra vez".

Su voz trataba de mantenerse firme, pero era notable la inestabilidad y lo sofocada que estaba su garganta, luchaba contra las ganas de llorar que volvían a resurgir. Pero lo retuvo con tal de no volver a llorar frente a Yibo, quien parecía tener una tormenta en su rostro mientras lo veía fijamente.

"No quiero volver a estar sin ti, por mas que intente no puedo olvidarte" Menciono con firmeza, casi como si estuviera molesto. Pero la cara de Xiao Zhan fue un conjunto de emociones, Yibo lo estaba haciendo más difícil de lo que pensó, ahora dejaba ver sus sentimientos con mucha más facilidad que antes y eso abatía su corazón. 

Vuelve a miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora