5. Anciano amable

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¿Qué podía inventar cuando la verdad era evidente? Siendo así, aquel día guardo silencio y miró como Yibo, a quien amaba a pesar de esos años, se iba con una mirada de decepción y rabia. Aunque la noche anterior fue dolorosa, solo esa expresión lo terminó de destrozar y se refugió en la tina, donde duro largas horas hasta que sus dedos se arrugaron y su piel quedó tan roja por el constante frote de la esponja que buscaba desaparecer las marcas que solo se irían en un par de días. 

Estaba seguro que ante los ojos del menor no era más que un hombre que daba vergüenza, prefiriendo huir como un gallina cuando muy bien pudo enfrentar a China y seguir con su carrera, e incluso con la relación que llevaban, pero prefirió irse con la excusa de no soportar más...solo para que al final consiguiera un nuevo hombre. Sabía que merecía esa actitud como castigo, ni siquiera merecía que Yibo hubiera tratado de acercarse. El único culpable de todo era el mismo y sus estúpidas decisiones. 

Esa misma tarde, tomo sus cosas y cubrió su rostro. No soportaba más ver a Ian, solo quería estar con ese chico y como sabía que no era posible, prefería estar solo a ser sometido por otro hombre. Tras tomar algo de dinero y bloquear a Ian de su celular, se fue de allí hacia algún lugar.

Antes había hecho lo mismo y sabía Dios como Ian daba con él, pero hoy,  no estaba dispuesto a dejarse encontrar. Había llevado consigo su celular, lo iba a tirar, pero no sin antes darle un ultimo mensaje a Yibo. Al tomar el autobús a un pueblo lejano, comenzó a escribir un pequeño parrafo que salió de lo abatido que se encontraba su corazón. 

Wang Yibo, sé que ahora mismo te he defraudado, así que pedir disculpas no quitara tu molestia conmigo. Solo quería hacerte saber que fuiste el único que me hizo feliz y me hizo saber que era estar enamorado. Lamento desaparecer por tanto tiempo y que al encontrarnos nuevamente vieras este desastre de persona. Por mi parte, verte fue la mejor sensación en estos tres años, te pido disculpas por no poder darte lo mismo.

Puede que no nos veamos más, pero mis sentimientos residen contigo.

Cuando pulso en enviar, observo como de inmediato el mensaje fue visto. Su corazón dolió, pero no quería ver cómo simplemente era ignorado o maldecido por Yibo. Al apagar el teléfono, lo guardo en el bolso y cerro los ojos, aguantando el doloroso nudo en su garganta hasta quedarse dormido. 

Pasaron 4 horas de trayecto hasta que el bus llegó a un pueblo que era mucho más frio que el anterior. Al caminar por las calles, Xiao Zhan no sabía que camino tomar. Era la primera vez que estaba allí y aunque había investigado un poco antes de salir, lo único que podía ver una casa tras otra. Camino con su maleta a rastras buscando a alguien que le ayudara, hasta que vio un anciano venir en su dirección, pero cuando estaba por hablarle, sintió un fuerte mareo que le hizo agarrar su cabeza y cerrar los ojos.

"Joven, ¿Se encuentra bien?" Preguntó esté tomando el antebrazo de Zhan.

"Si, estoy bi..." La palabra quedó entre sus labios y la oscuridad invadió su visión. 

[...]

Lentamente abrió los ojos, encontrándose con un techo de madera que le hizo saltar de la cama. Se preguntaba dónde estaba, el lugar era totalmente desconocido. Cuando escucho unos pasos tras la puerta sus labios tomaron un color pálido al imaginarse a Ian, pero al ver quién era, abrió los labios en un circulo recordando al anciano, soltando un suspiro de alivio. 

"Ya haz despertado, muchacho" Habló el mayor quitándose el abrigo.

"¿Me podría decir dónde estamos?"  Preguntó el pelinegro bajando las piernas para levantarse, pero el viejo de inmediato lo detuvo.

"Estamos en mi casa, no te esfuerces tanto. ¿Sabes cuanto llevas dormido?" Preguntó con una amable sonrisa que hizo a Zhan removerse con inquietud "Son las 3 de la tarde, ayer llegaste al pueblo".

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