Yibo lo hizo tal cual como comentó, lo encerró en esa habitación hasta que se hicieron altas horas de la noche.
El mayor estaba desesperado por quienes lo esperaban en casa, recordaba que el anciano insistió en que no saliera por las recientes desapariciones en el pueblo, pero Dios, no tuvo ni la más remota idea de que esta persona de otro continente aparecería justo hoy para secuestrarlo, con molestia se levantó para ir a luchar contra la cerradura por quinta vez, siendo nuevamente en vano dado que solo se desbloqueaba con la huella de Yibo.
"Si no me abres en este instante, cortaré tu dedo para abrirla" Gruñó mirándolo, Yibo siguió con la vista pegada a la grande pantalla de la tv.
"Zhan-ge, si te molestas tanto envejecerás mas rápido" Contesto despreocupado, como si su intención fuera enfurecer a Xiao Zhan.
Estaba arraigado a la idea de no dejarlo ir, y sabía que era un deseo bastante egoísta, pero no creía poder volver a soportar su ausencia. Los días parecían ser más largos, las demás personas resultaban irritantes e incluso su humor estaba cambiando tanto, que no soportaba a los fanáticos. La ruptura le había afectado a tal punto que sabía cuánto lo necesitaba ahora, y aunque fuera algún tipo de dependencia, estar con él lo hacía una mejor persona. Necesitaba tener a Xiao Zhan a su lado, dándose de una manera recíproca ese amor que sentían por el otro. Pero, este parecía no estar de acuerdo y eso le provocaba un gran malestar en el pecho.
Xiao Zhan a pasos largos se dirigió a él y tomo su muñeca con la intensión de arrastrarlo del sofá para que fuera a abrirle, pero el trasero de Yibo ni siquiera se despegó un poco de la superficie acolchonada.
"¿Eso es lo máximo que tienes?" Preguntó en un aire de broma.
El mayor se avergonzó y estaba por soltarlo cuando su delgada muñeca fue envuelta y tirada tan fuerte que cayo encima del otro cuerpo junto a un jadeo. Se removió como si estuviera sentado en espinas, pero los brazos que se aferraban a su abdomen no lo dejaban escapar. Luego de un tiempo de lucha torpe se resgino, permaneciendo quiero en la piernas del mayor. No pudo evitar pensar en la ultima vez que estuvieron en esa posición, un sentimiento de angustia lo invadió, fue un día de esos donde las risas y los abrazos fue lo que mas abundó, pero también fue el día de donde salieron evidencias de que ambos estaban juntos. La única diferencia era que ahora sus labios no estaban presionados con una medio sonrisa. Al contrario, mientras se encontraba divagando en memorias, Yibo tenia todo menos una sonrisa.
Bajo sus grandes manos solo habían huesos, se preguntaba ¿Cómo Xiao Zhan pudo descuidar tanto su alimentación? De esta forma cualquier enfermedad arrasaría con su cuerpo de una forma grave. Estaba a punto de reprenderlo cuando los ojos de este cayeron sobre los suyos, pudo observar una tenue dulzura combinada con tristeza en ellos que desató una avalancha de emociones en su interior, como respuesta envolvió sus brazos alrededor del abdomen de Xiao Zhan con más fuerza, aspirando su aroma y reposando la cabeza en su hombro.
"¿Que piensas? Suéltame ahora" Pidió con los nervios de punta Xiao Zhan.
Yibo no menciono nada, solo se quedó así por un rato, como si quisiera hacer de ese momento eterno, como si deseara tener a Xiao Zhan así por siempre para protegerlo, cuidarlo y darle toda la atención que merecía. Pero su garganta dolió al saber que las condiciones no estaban a favor de ninguno y pronto vendría la separación.
Con la cara rojiza y los ojos un poco cristalizados, trago ese nudo y miro al mayor, aflojando un poco su agarre.
"Quédate un poco más...solo por hoy, por favor" suplicó, ¿Cómo podía actuar indiferente Xiao Zhan a ese rostro? Sin decir que el también estaba al punto de las lágrimas, era realmente difícil. Tras unos segundos dubitativo finalmente respondió con una diminuta sonrisa:
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Vuelve a mi
FanfictionTras fotos de un beso con Wang Yibo, la carrera de Xiao Zhan se fue a la borda. Cansado de criticas y el mundo del espectáculo, desapareció de un día a otro y huyo a un lejano país donde no fuese reconocido. Allí un falso amor toco su puerta y resul...