Pasadas las presentaciones, el grupo decidió que eliminar al jefe de la banda de goblins sería la mejor opción, pues no solo desmoronarían la organización de tan crueles criaturas, también salvarían la vida de una persona de interés para su misión. Por ahora, la forma más fácil de llegar a la guarida del jefe era a través de un endeble puente de madera que apenas se sostenía sobre un rio subterráneo.
Estaba levantado por largas vigas de madera, con tablas crudas haciendo de piso, como si lo hubiesen construido con las piezas saqueadas de carrozas, casas y empalizadas. Incluso el débil viento que soplaba húmedo sobre la cueva hacía temblar el escuálido puente.
Oscar echó una mirada al puente antes de cruzarlo y pateó una roca hacia el risco sobre el que iban a cruzar. La piedra tardó más de lo que le hubiese gustado al halfling, y finalmente cayó sonando un *splash* que hizo eco en las paredes de la cueva. Oscar pensó en lo que pasaría si por alguna razón cayese al agua, se rascó su pequeña cabeza de forma nerviosa y se dirigió al grupo, "oigan, sí recuerdan que algunos de nosotros no podemos ver en la oscuridad, ¿no?"
Chayanne lo pensó un momento y soltó una solución improvisada, "hmm, ¿qué tal si los amarramos por una cuerda? Yo los llevaré."
A Oscar no le gustó nada la idea y negó con sus manos y cabeza, "no, no, esa... no es la solución que esperaba..."dijo, terminando con una media risa nerviosa.
"Bah," se quejó un impaciente Toyo, "tenemos que seguir adelante y por ahora es la mejor opción." El bárbaro empezó a amarrar a Oscar, quién aceptó a regañadientes mientras pateaba el suelo un tanto frustrado, luego a amarró a Camus, quién solo dio un largo suspiro, y terminó con un fuerte nudo al redor de su propia cintura, luego se dirigió a Dalmand, "tú quédate atrás de nosotros, en caso de que tengamos que retroceder."
Dalmand se alzó de hombros y asintió.
Y mientras el grupo daba unos primeros pasos cuidadosos sobre el débil puente, no se percataron de que había un pequeño goblin acostado en el medio del camino, ocultado entre un pequeño bache entre las tablas: era un vigía durmiendo durante sus horas de trabajo.
Por un momento, la pequeña criatura no sabía si aún seguía en su sueño o si estaba del todo despierto, pero le bastó con escuchar el ruido de una flecha rozar una de sus pequeñas orejas e impactar una de las tablas del puente haciendo un *TOCK* seco al clavarse para quitar sus dudas. Del susto, el goblin abrió del todo sus ojos, despertando de un salto para correr al otro lado del puente mientras gritaba a todo pulmón, buscando alertar el resto de su banda de los intrusos.
-Ah, Aioria me ha compartido sus dibujos para ilustrar la bitácora-
Retrato del goblin viendo que se ha pasado su hora de despertar.
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Crónicas lóbicas.
AdventureLos eventos que relataré a continuación cuentan mis desventuras con un grupo de mercenarios. Espero entiendan que ciertas parte de esta bitácora son improvisadas, imaginadas y a veces exageradas, porque a veces es difícil tomar notas mientras estás...