La dama ensangrentada

Sueño y secretos

Capa gris ya sola en su habitación se deja llevar por su cansancio y poco a poco va cayendo en un profundo sueño, esta vez sueña con el bosque, con las criaturas que habitan en él, como ettins, criaturas de dos cabezas con un tamaño gigantesco que habitan en las cuevas; o fieros rakshasas, seres demoníacos que se alimentan de hombres y causan el caos haya por donde vayan, con cabeza de tigre y cuerpo de hombre; también con trolls, sombras y zombis. Se despierta sobresaltada, como si hubiese tenido que huir de todos esos seres, como si todavía pudiese sentir la presencia de estos en su habitación. Un recuerdo la invade, piensa en aquella noche en la que se encontraba encadenada a un árbol en ese mismo bosque con el que ha soñado, y el sentimiento de alivio por haber sobrevivido a aquella noche la calma, aunque no puede evitar pensar que a lo mejor había más chicas encadenadas que, cuando el carromato fue a buscarlas, no lograron sobrevivir y solo encontrarían unas cuerdas ensangrentadas y rotas.

Se dirige a la gran sala donde están algunas de las chicas, hay mesas llenas de manjares. Capa gris se dirige a una de las mesas y come en silencio mientras llena su mente de pensamientos irrelevantes. De repente su cabeza solo puede pensar en una cosa, en el sueño que ha tenido, por mucho que intenta no darle importancia algo le dice que debe indagar en ese tema, pero no encuentra una solución a su problema, hasta que se acuerda de Iris. Debe ir a verla, y tan pronto como puede se termina la comida y se dirige a los aposentos donde se encontró a la anciana. Mientras va subiendo por la torre hasta encontrar la puerta que da a la habitación de Iris, oye unas voces que provienen de más abajo, sabe que no debe, pero su curiosidad le hace bajar sigilosamente unos cuantos peldaños hasta que puede escuchar con claridad las voces, una de ellas parece ser la de Jimtey.

- Ya, eso ya lo sé, pero... ¿tú crees que alguna sobrevivirá? – pregunta Jimtey.

- Si es digna de casarse contigo sí, si la mujer que has de tener se encuentra entre esas chicas entonces lo sabremos después de las pruebas.

- No lo tengo tan claro... ¿y si ninguna sobrevive?

- Pues se cogerá a más chicas, aunque te aseguro que de aquí saldrá tu mujer. Siempre acaba sobreviviendo alguna... en mi caso sobrevivieron dos... menudo espectáculo... - se empieza a reír el hombre, parece ser uno de los hermanos de Jimtey.

- ¿Y tú qué opinas de ellas? – le pregunta Jimtey en un tono cabreado y hace que el hombre deje de reírse.

- La chica de la capa gris... - capa gris se tapa la boca e intenta no moverse – me agrada que haya desafiado a nuestro padre, pero me parece peligrosa...

- ¿Entonces crees que debería morir? – pregunta Jimtey

- Eso lo decidirá el destino mi joven hermano.

Las voces cesan y capa gris decide subir sigilosa y ágilmente. Consigue llegar hasta la habitación de la anciana y se mete en ella, pero allí no se encuentra la anciana. Dudosa se asoma por la puerta para ver si sigue oyendo las voces de Jimtey y su hermano, pero no percibe nada, así que decide salir de la torre. Una vez fuera se encuentra con una cica con el pelo negro y largo y la capa roja, capa gris se acerca a ella.

- ¿Cómo llevas lo de las pruebas a muerte? – le pregunta capa gris a capa roja.

- ¿Que cómo lo llevo? ¿Tan ingenua eres? – le responde con desprecio capa roja - ¿Acaso crees que lleva bien alguien lo de esas malditas pruebas?

- Ya... lo siento tienes razón.

- Pensaba que eras más inteligente chica, después de lo que hiciste con el conde... - capa roja parece calmarse – La verdad es que no estoy pensando en las pruebas, tengo otras cosas en mi cabeza – dice mientras mira la gran muralla que separa las torres del resto del mundo.