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Después de la cacería del viernes Clary casi no durmió en todo el fin de semana pensando en cual de todos los estudiantes de la preparatoria de Beacon Hills podría ser el otro hombre lobo, porque era claro que el beta de aspecto más pequeño era un adolescente.
Cuando empezó el Lunes se fue directamente a la preparatoria y vigilo a sus compañeros, no vio nada fuera de lo común. Sin embargo sintió dos pares de ojos mirándola todo el día, Scott McCall y su amigo del cual no sabía el nombre. La miraban con incertidumbre, y lo que parecía ser asombro o miedo, la verdad no estaba segura.
Al finalizar las clases, las hermanas se encontraron con Scott en la salida.
—¿Qué pasó? Me dejaste plantada en la fiesta —le preguntó Allison con algo de ironía.
—¿Hiciste eso? —cuestionó Clary. Se estaba planteando seriamente sus sospechas sobre el chico.
Scott McCall, el posible novio de su hermana ¿podría ser un hombre lobo?
Se enfrasco tanto en sus pensamientos que se sobresalto cuando escucho el sonido del auto de su padre.
—Entonces ¿tendré otra oportunidad?
Allison le sonrió asintiendo antes de ir hacia la camioneta.
Scott se tensó cuando sintió la mano de la rubia en su hombro —No lo arruines McCall.
[...]
Clary se "infiltró" por así decirlo, en la práctica de lacrosse. Hasta el momento solo había visto al engreído de Jackson tratando de humillar a Scott McCall, lo cual no logró, no hasta que tuvo que repetir un tiro que lo hizo terminar en el suelo, retorciéndose.
Esto le llamó la atención a Clary y fue corriendo hasta él, ganándose una mirada extrañada por parte del entrenador.
—McCall, cálmate —apoyó una mano en su espalda y le habló en voz baja —Scott, debes calmarte —no cambió nada, solo seguía gruñendo —Ok, levántate. Ayúdame, hay que llevarlo a los vestidores —indicó hacia Stiles.
Este obedeció y lo llevaron a dentro entre tropezones.
—¡Aléjense de mi! —gruñó dejando a la vista sus ojos dorados.
La rubia arrastró a Stiles lejos de su amigo. Corrían entre los casilleros sin encontrar una salida viable, estaban acorralados.
Lograron alcanzar un extintor, al lado de la puerta y el chico lo atacó con el vapor antes de que los dos salieran y se apoyaran en la pared, jadeando.
—Stiles... ¿Qué está pasando? —la voz cansada de Scott sonó desde dentro.
La rubia suspiró aliviada al saber que ya no había peligro.
—Trataste de matarnos —explicó Stiles quitándose los guantes —Es como te dije. Es la ira, el aumento del pulso, es el detonante.
—Pero es lacrosse, es un deporte violento —se excusó.
