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—¡Cierra!¡Cierra! —les gritó Scott, desesperado.
—¿Te parece que tengo una llave? —inquirió Stiles, era claro que todos estaban muy asustados.
¿Y cómo no? Acababan a ver a Derek siendo empalado por las garras del alfa, técnicamente lo vieron morir.
—¡Trae algo!
—¿Qué?
—¡Lo que sea!
Stiles se detuvo y subió para ver la ventana, parecía buscar algo.
Los otros dos miraron en esa dirección y vieron las pinzas tiradas en el exterior.
Clary empezó a negar con la cabeza.
—No —negó Scott.
—Sí.
—Stiles, no salgas —suplicó el hombre lobo.
—No lo hará —Stiles la miró confundido, cuando la rubia lo empujó y salió en dirección a las pinzas.
Clary miró a su alrededor, buscando una señal del alfa.
Bajó las escaleras con cuidado y la mirada al frente, se agachó un momento para tomar las pinzas cuando los chicos empezaron a golpear la puerta.
—¡Regresa, Clary!¡Regresa!
La joven hizo contacto visual con la monstruosa criatura, y le asustó el hecho de que empezó a correr hacia ella.
Tomó las pinzas con fuerza y corrió hacia la puerta, cuando entró se apresuró a poner la herramienta entre las dos puertas, se asustó aún más cuando no vio al alfa tratando de empujar la puerta.
—¿Dónde carajos está? —murmuró la chica, buscándolo con la mirada.
—¿A dónde fue? —se preguntó Scott mientras Stiles apuntaba con la linterna desde la ventana.
Los tres se alejaron de la puerta con precaución.
—No resistirá ¿verdad? —cuestionó Scott.
—No lo hará —respondió Clary —Yo sugiero que corramos —propuso, mirando hacia lo que ahora parecían pasillos infinitos que se alargaban a cada paso que daban.
Parecía una maldita película de terror, y empezó a parecerlo más cuando el aullido del alfa retumbó en sus oídos.
Los tres corrieron hacia un salón de clases y se encerraron allí.
—¡El escritorio! —indicó Stiles, a lo que Scott comenzó a empujarlo —¡Alto, alto! Esto no lo mantendrá afuera.
—Lo sé —asintió Scott.
—Es tu jefe —recalcó Stiles, removiéndose de manera nerviosa y mirando a la puerta de reojo.
