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Clary estaba sentada en su cama, rodeada de un montón de documentos sobre el incendio en la casa Hale. Derek odiaba a su familia, por alguna razón que ella desconocía. No era solamente el hecho de ser cazadores, había una desconfianza más allá de eso.
Volvió a su laptop para buscar algunos artículos y ahí lo encontró. Un periódico con un titular que decía:
Misterioso incendio en la mansión de la familia Hale.
Empezó a leerlo con suma curiosidad cuando encontró algo, medianamente interesante.
Entre los escombros fue encontrado un joven de aproximadamente 20 años, encontrado un parentesco con los Hale. Fue identificado como Peter Hale, y llevado al hospital de recuperación Beacons Crossing Home por severas quemaduras de tercer grado en la mitad de su rostro.
Clary sacó un post it de uno de sus cuadernos, escribió el nombre del hospital junto al de Peter y lo pego detrás de la puerta de su armario. Tendría que ir a visitar ese lugar.
Guardó todos los papeles debajo de su cama y luego se acostó en ella. Sentía que cosas malas estaban por pasar, se ponía ansiosa y con pánico. Supuso que solo era la ansiedad por la estadía de Kate en su nuevo hogar.
Un toque en su puerta la hizo levantarse de la cama, encontrándose a su hermana con una almohada en el brazo y una sonrisa.
—Hoy dormiremos juntas —aviso Allison, metiéndose a su habitación —Así podremos celebrar nuestro cumpleaños a primera hora.
Clary sonrió con genuina felicidad y se acostó al lado de su hermana —Te quiero Ally.
—Te quiero Clary, siempre lo haré.
Se quedaron un momento en silencio hasta que Allison volvió a hablar.
—¿Maratón de supernatural?
—Claro, por qué no.
[...]
A la mañana siguiente Allison fue la que se levantó primero, puesto que debía volver a su habitación para coger el regalo que le daría a su melliza.
Al volver a la habitación dejó el regalo a un lado de la cama antes de lanzarse encima de la Argent rubia. Escuchó un quejido de su parte cuando lo hizo.
—Feliz cumpleaños, rubia oxigenada —rió Allison con cariño y le dio un beso en la mejilla.
—Si quieres que te desee un feliz cumpleaños también, debes quitarte de encima —murmulló ahogadamente sobre la almohada. Una vez sin el peso de Allison sobre ella, la abrazó de lado —Feliz cumpleaños, Ally.
Después de eso, sin que Allison se lo esperara, la empujó fuera de la cama. Se rió fuerte cuando escuchó el quejido de su hermana.
