Mírame

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Estoy sentado junto a mi ventana, mirando el día y las casas sobre la montaña, la gente habla, es cotidiano todo. Al frente mío hay una televisión encendida con una reunión de zoom pausada, y en mi computadora suena la melodía de Yiruma, Times Forgets. Pasa una moto, se escucha su motor a lo lejos, hace poco llovió, posiblemente la calle está húmeda, el sol se ve reflejado hacia al sur... vaya día común y cotidiano. La gente anda en su mundo, en sus quehaceres, y yo, aquí sentado, ido, pensativo y triste, intentando entender por qué he vivido así.

Hoy 22 de septiembre, mientras miro la tarde caer, las personas en su pleno auge, la gente que quiero distraída en su mundo, y yo, cada vez alejándome de ellos, un poco más. A veces intento convencerme a mi mismo de que debo continuar, de que hay cosas que puedo intentar, y aunque he prometido esperar dos meses y un día más, solo estoy cansado de la vida, esta vida vivida. Mis lagrimas logran brotar sobre mis mejillas, mi corazón se siente achicopalado, mi alma se siente frágil y apunto de desaparecer... todo choca contra mí, la injusticia que guardo en mi interior, el reflejo innato de concederme un favor, Dios, por favor, si estás ahí mírame.

Estoy llorando sólo mientras los colores se desvanecen en vivo, mientras las cosas se tornan oscuras... oh vaya, sentir esta tristeza profunda es como perder la posibilidad de sentir o diferenciar el dulce de lo salado, no entiendo el sabor de las cosas, no entiendo el sabor de la vida, estoy con un sinsabor de sentires y una condena a morir fatalmente destruido en mi interior. Hoy creo que he sido capaz de trasmitir mis sentimientos de una manera inexacta, porque hay cosas que no sé reflejar, hay situaciones que no quiero decir, hay dolores que no puedo expresar, me siento sólo, siento mis manos temblar, siento mi mente delirar y mi corazón.... morir. Siento que las consecuencias de mis aislamientos me librarán del dolor ajeno, un dolor del cual sé que si me marcho no sufrirán quienes dicen que me quieren.

He escrito una nota, hoy una vez más, sobre el dolor que vuelve y esta vez no se quiere marchar.

Y una vez más en mi vida, una vez más te digo... Mírame, aquí estoy, mírame que aun quiero intentarlo, mi alma pide auxilio y mi ser externo lo condena al exilio, necesito ayuda, por favor, necesito ayuda, no quiero irme sin sentir más cosas, sin amar tanto, no me quiero ir así, por favor, ayúdame, por favor....

Mírame.



Con dolor, confusión y voz de auxilio,

Mahath y Alejandro

No, no es un diario másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora