El Engendro del Mal. Demon Tony Stark.

4 O

Pasaron los años, Arno Anthony Edward Stark había heredado la empresa de su padre, Industrias Stark.

Tony siguió con su vida, siendo mejor, como Howard.

Tony tenía el éxito, la fama, lo tenía todo, y nadie podía arruinar eso.
Muchos lo intentaron, pero fallaron completamente, sólo causando su fin, sus muertes, su última cordura de sus mentes.

Ahora las Industrias Stark eran casi intocables gracias a Tony, cosa que ya no es de extrañar para la gente, aunque de todas formas les da lo mismo.

Sin embargo...... a pesar de que Tony lo tenía todo..... se sentía....
Solo...........
A pesar de tener su diversión de causar tragedias a la gente, como causar suicidos, empujar a un anciano de unas escaleras, robarle un dulce a un niño, robarle a la gente algo en los bolsillos, no se sentía tan satisfecho....

Hoy, Tony se encontraba en su oficina trabajando, haciendo papeleos, llenandolos, rechazando algunos, entre otras cosas.

En eso, Tony mira su computadora, mira en las cámaras de seguridad a Obbie y a una chica.

Obbie le estaba gritando e intimidandola.
Tony al ver esto, se levantó de su asiento, viendo una oportunidad ahí.

Obbie: Ahora escuchame bien, si vuelves a meterte en donde no te incumbe, te las verás conmigo.
¡¡¡Entendiste!!!

Justo en ese momento, un lazo extraño apareció, tomando del cuello de Obbie, empezando a ahorcarlo.
Obbie no tiene la suficiente fuerza para quitárselo, aunque de todas formas, una fuerza lo levanta y lo lanza de la ventana, cayendo muy pero muy lejos en la calle.

La chica al ver esto se asustó, empezó a retroceder, u corazón estaba latiendo fuerte de miedo, temiendo que lo que acaba de ver le pasara lo mismo a ella.

En eso, la chica choca detrás con Tony, el cual la estaba esperando.
La chica se asustó pero al ver que era su jefe, el Señor Stark, se tranquilizó un poco.

Chica: Señor Stark, algo extraño acaba de pasar.
Tony: Lo sé, pero no te preocupes por esto, vamos a mi oficina para hablar mejor, y tal vez así logras sentirte más segura.

Tony lleva a la chica al elevador, llendo al piso de arriba, a la oficina.
Ya ahí, entraron a la oficina, la chica se sentó en la silla y Tony puso llave a la puerta, para que nadie los molestara por el momento.
Tony le dió algo de agua a la chica, para luego solo estar apoyado en su mesa enfrente de ella.

Tony: Se ve que Obsidian te ha estado molestando mucho, siempre fue así.
Un completo estúpido.
Chica: Pero.... lo que acaba de pasar.....
Yo.....
Tony: No tienes que decir nada al respecto, él ya no te volverá a molestar nunca más.
Tú debes ser Pepper, Pepper Potts, ¿cierto?
Pepper: S-sí, ese es mi nombre.
Tony: Bueno Pepper, qué te parece esto, qué tal si te conviertes en mi secretaria, me hace falta una, además, necesito una mano con el trabajo y las organizaciones.
Pepper: Pero Señor Stark.....
Tony: Sé que probablemente es demasiado pronto, pero es lo mejor para ti, tú no mereces que te griten todos los días.

Tony mira a Pepper a los ojos, hipnotizando así a la peliroja, haciendo que olvide lo sucedido con Obbie, que olvide el miedo y el terror, bloqueando por completo el recuerdo.

1 minuto después, ya estaba hecho.
Pepper no recordaba lo que pasó, ni siquiera recuerda cuando Tony la llevó a su oficina.

Pepper: ¿Señor Stark? Yo....
¿Qué hago aquí? ¿Qué pasó?
Tony: Te desmayaste en el piso de abajo, Obsidian fue el causante, pero ya no te preocupes, ya me encargué de ese sujeto.
Te estaba diciendo sobre mi oferta.
Quiero que seas mi secretaria, necesito ayuda por aquí con los papeles, las organizaciones y los horarios de mi día a día.
Pepper: Señor Stark....
Tony: Merece tener un mejor puesto Señorita Potts, y una mejor compañía.

Ahora esto era a voluntad de Pepper, si aceptar tal oferta o rechazarla amablemente.