Pornoerotic

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Amor Prohibido

El día comienza mal, muy mal y lo único que deseo es que no termine de la misma forma.

Cansado estoy.

Al levantarme mis padres están en peleas, como todos los días. No dejo de pensar en cumplir mis 18 años, poder trabajar ya sea en una heladería, cafetería, algo en lo que mayormente pueden aceptar a jóvenes.
Y mudarme, puedo hacerlo apenas cumpla mis 18 porque tengo plata en el banco, regalo de mi abuelo pero sólo me sirve para alquilar un departamento, luego debería de trabajar para la comida y todo lo demás.

–¡Erick! Dile, dile que yo lo vi con mis propios ojos como me engañaba con otra.

–Madre, padre, no me metan en sus asuntos. Debo irme al colegio, ya llego tarde. –informo saliendo de casa, sin mirar atrás

El camino hacia el instituto al que voy, es a pie unos 15 minutos. Por lo cual, paso por una cafetería me pido un café bien cargado, más una dona y sigo mi camino. Tranquilo, y disfrutando del lindo día, tan solamente, porque es verano.
Al hablar de lindo, hago referencia al cielo, al calor, a la pequeña brisa que corre, y todo ello, al verano. Que lo amo.
Porque luego de lindo en mi vida no hay mucho, prácticamente vivo en los parques, escuchando música, leyendo, o jugando fútbol con algunas personas que me invitan. Ya que en mi casa es puro griterío a la mañana, y después mis padres no están en todo el día, vuelven como a las 3 de la mañana, muy pocas veces antes, y se levanta a las 10 para comenzar nuevamente a pelear. No sé que esperan para separase. Y así es la rutina, entrando en un bucle. Repitiéndose y repitiéndose.

–¡Colón! Otra vez tarde, ¿usted me toma el pelo?

–No. –respondo tranquilo, no quiero alterarme.

–Usted debería de ser más responsable en la vida, su única responsabilidad es estudiar y llega tarde.

–Hey, hey, baja tres tonitos. –suelto molesto– Usted no sabe nada de mi vida, como para decirme eso. Así que antes infórmese, vieja de mierda.

–A dirección inmediatamente. –grita mirándome enfada.

–Pregúntame si me importa. –me encojo de hombros y comienzo a caminar.

–¡Haré que lo expulsen!

–Bien. Le deseo mucha suerte. –grito sonriendo.

Camino por los pasillos, subo las dos escaleras que hay, para luego ir a la última sala de ese gran pasillo, la más grande, que en la puerta se encuentra el cartel de Director: PIMENTEL.

–Lo estaba esperando, Colón. –informa al momento de abrir la puerta.

–¿Ya lo llamó?

Aquí los profesores, cuando un alumno va a dirección llaman al director y explican la situación. Ya que si tienen que ir a hablar directamente, dejar a una clase sin profesor es una locura. Todos lo sabemos.

–Sí, y demoraste en llegar.

–Venía arrastrando los pies. –comento para sentarme en el gran sofá que hay, al momento que él cierra la puerta.

–¿Qué pasó ahora? –pregunta, tomando asiento frente a mí.

–¡Esta vez no fue a propósito! –suelto ante su semblante serio– No es porque lo quería ver, bueno, siempre lo quiero ver pero hoy no fue por ello.

–¿Entonces?

–Se me ha roto el celular, le pedí amablemente a mis padres que me llamaran ellos para ir a estudiar... y no lo hicieron, se olvidaron por estar tan inmersos en sus discusionesde quien engañó primero al otro. –suelto molesto– Luego la profesora, como no es la primera vez que llego tarde no me habló de un modo correcto, y me moleste más. Listo, eso es todo.

6 Días - JOERICKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora