El Final De Los Fantasmas Y Mentiras

90 2 11
                                    


1

Mi nuevo empleo, a prueba por tres meses con trabajos pequeños me mantiene ocupada, alejada del estrés de estos días y semanas tan confusas. Una oficina pequeña sin ventanas y llena de papeles que no son míos no era lo que tenía en mente; por suerte, puedo llevarme el trabajo a casa ya que gestiono con fecha límite para entregar una obra.

Tengo completamente a mi nombre una propiedad, mi primera casa, el principio; recuerdos en esas paredes. He dado muchas vueltas para no visitarlo, tengo miedo de no poder afrontarlo.

Sin embargo, tengo un aliado al que amo y con quien duermo en paz a diario; casi, a veces se ausenta por su trabajo, se siente feo cuando no está, pero al volver recuperamos el tiempo perdido de la mejor manera existente.

April pasó su verano yendo casi a diario con Harry. Tengo lo que por años soñé, una estabilidad en todos los aspectos. Tengo amigas y familia que me recuerdan todos los días lo importante que es cada vida humana.

Hay cuestiones que me dan escalofríos: tengo una hija sólo doce años menor que yo, luzco como su hermana o tal vez su niñera, los padres de la escuela de April me creen una irresponsable o incluso, una cualquiera. No tengo relación alguna con esa gente, jamás se han acercado a pedirme algo; reuniones de padres: no estoy incluida. Próximamente tendré una adolescente, con asuntos y prioridades diferentes a las que yo tuve, me aterra no poder entender o hacerlo bien, todos afirman que podré, pero no me siento lista, llegará, mas será cuando menos me lo espere.

Entregaron las cenizas de mi madre, no he tenido la oportunidad de esparcirlas en un sitio. No tengo ni idea dónde y no pasa un día sin que vea fijamente esa urna empapando mis ojos de alguna emoción que no reconozco ¿Enojo, tristeza, culpa, desilusión? O quizá todas ellas.

En ocasiones Dean ha tratado de convencerme de ir a la casa en Fairfax, cuando lo menciona mi cabeza da vueltas al igual que mis palabras dejándolo con un NO, no tan claro.

Perdí la cuenta de cuántas veces ha insistido para ir. Todas las noches intenta hablarme de ello sutilmente, pero de inmediato cambio el tema y hoy no es la excepción. Creí que lo dejaría de lado por hoy, la hora de dormir y no quiero hacerlo, estamos abrazados de lado, sintiendo en mi espalda su reconfortante calor, su pierna y brazos doblegándome. Puede que suene algo pequeño, pero cada tacto suyo de algún tipo me estremece.

Justo en el momento que siento el mismo discurso venir, lo detengo y me doy la vuelta para besarlo y callarlo. Recibe mis caricias muy bien, pero mientras me subo sobre él aun besándolo, no para de hablar.

—¡Hey, alto! ¿Qué haces? —dijo riéndose entre besos mientras retiro su camisa.

Tomé su cara entre mis manos y continué, pero siento algo de resistencia. En eso, me agarró de las muñecas deteniéndome. Me paralicé por un segundo en lo que miro su rostro sintiendo su pecho subir y bajar rápido por sus respiraciones.

—Abby, basta.

Lo dijo de una forma muy gentil y calmada, pero creo que me hirió un poco su rechazo. Bajé de él y me acosté viendo hacia la ventana dándole la espalda.

Exhaló y dio la vuelta para volver a abrazarme, lentamente introdujo su mano dentro de mi camisa colocándola bajo mis costillas para marcar un firme abrazo y pegarme a él otra vez jalándome hacia su pecho descubierto. Se me aceleró el pulso sólo con ese toque, sé lo que hace, me dice sin usar palabras que no fue su intensión ahuyentarme.

Me da besos en espalda y hombros en lo que cierro mis ojos, —Me excedí —habla en mi oído—, lamento haberte orillado a callarme, ya lo habías intentado y no quise escucharte.

A.J's Voluntad de Crecer [COMPLETA ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora