Han pasado dos semanas desde que me reuní con Alexander en su oficina. Ese día regresé a casa y antes de dormir revisé mis redes sociales, en WhatsApp tenía 35 mensajes de Charlotte, mi mejor amiga. Varios 'Hi' 'Hellou' 'Hey' (Hola) tratando de llamar mi atención, sigo bajando encontrando una captura de pantalla la cual abro. Soy yo, con Michael y Daft Punk. Al parecer subieron la foto en la cuenta oficial de Daft Punk con la descripción 'Loading new single' (Cargando nuevo sencillo). Sonrió y sigo bajando una Charlotte con el texto 'That bitch' (Eso perra). Me encanta mi nuevo trabajo fue lo único que pude pensar antes de dormir esa noche.
Ahora estoy en el modo no me gusta por lo temprano que tengo que levantarme, especialmente hoy que Alexander me pidió llegar antes de tiempo ya que según él, habrá una junta y será un día importante. Llevo 15 minutos tratando de elegir qué ponerme, tomo una blusa negra de manga larga y cuello alto que se adhiere a mi cuerpo, unos pantalones de vestir rojos semi ajustados que llegan arriba de los tobillos. Quiero ir más presentable de lo normal así que tomo unas zapatillas de punta no tan altas plateadas, un chaleco rojo que hace juego con los pantalones y un collar dorado. Mi cabello está suelto en ondas suaves, hoy es de esos días en los que me siento bonita.
Bajo a la cocina y veo a mi Nana.
– Buenos días – canturreo y le doy un beso en la mejilla – ¿Crees que es mucho? – doy una vuelta para ella.
– Para nada, estás preciosa – extiende un plato. Que rico panqueques. Me gusta comer en el desayunador de la cocina cuando nadie más me acompaña, hablar con nana y Mariana, la chica que la ayuda en la cocina, veo a mas personas que trabajan en casa cuando entran. Y por supuesto, dar vueltas en la silla alta giratoria.
– ¿Y Alonso? – si, todos los días pregunto por el.
– Salió muy temprano al aeropuerto – Veo la fecha, hoy viene papá. Una sonrisa se dibuja en mi, nos acostumbramos a su ausencia pero lo extraño siempre. Siempre trae algo para mi.
– ¿Sabes como siguió Wilson? – pregunto porque ayer estaba quejándose del dolor de cabeza y se le veía mal. Como si lo llamara con la mente él aparece en la cocina, tan elegante como siempre, así es el, pero en esta ocasión bolsas bajo sus ojos y un rostro pálido lo acompañan.
– Sigues enfermo – afirmo mientras me levanto y me acerco a el, por inercia mi mano va a su frente – Tiene fiebre, llama al doctor – Nana corre, extiende una silla y él se sienta – No vas a llevarme hoy, vas a descansar, pediré un Uber.
– No, no, estoy bien. Tu padre viene hoy y no quiero que...
– Mi padre va a entender – y si, es de las personas más comprensivas y amables que puedas conocer, me encanta que sea así. Saludando a todos por la casa dándoles la mano, la mayoría del personal si no es que todos, son personas migrantes que vienen a este país buscando una vida mejor para ellos y su familia. No son explotados. Papá es complaciente y considerado con ellos. Su dinero no solo es para ingresos personales, esta vinculado a varias sociedades no lucrativas, pero esa es otra historia.
– Puedo decirle a otra persona que te lleve – la preocupación de Nana es evidente.
– Ellos ya tienen sus roles, no los molestes más, no pasará nada, te enviaré mi ubicación en todo momento – su rostro se relaja y procedo a pedir mi Uber, el más cercano tarda 20 minutos en llegar, calculo y me doy cuenta que no llegaré temprano, estaré allí justo a tiempo. Termino de desayunar y subo por mis cosas Alexander pidió que llevara mi portátil.
– Déjalo pasar – Nana cuelga el intercomunicador – Tu Uber ya está aquí, tu ubicación de una vez – ella es muy protectora y se preocupa, hago lo que pide y me despido.