Los tíos de Jin Ling

Capítulo 1: Introducción

–¡Una gran noticia! ¡Wei WuXian ha muerto!

Ha pasado menos de un día desde el asedio en el monte LuanZang, y las noticias se extienden por el mundo del cultivo como si les brotaran alas, superando incluso la velocidad de la guerra.

Durante un tiempo, desde los clanes más prominentes hasta los cultivadores errantes, todos están discutiendo el asedio liderado por los Cuatro Grandes Clanes y seguido por cientos de otros más pequeños.

–¿El patriarca de YiLing ha muerto? ¿Quién podría haberlo matado?

–¿Quién aparte de su shidi, Jiang Cheng? Puso fin a su propio pariente por un bien mayor. Jiang Cheng dirigió a las cuatro sectas, Jiang de Yunmeng, Jin de Lanling, Lan de Gusu y Nie de Qinghe para destruir su "guarida": la colina LuanZang.

–Debo decir, ¡adiós!

–¡Buen viaje, de verdad! Finalmente eliminamos este flagelo.

–Si no fuera por la adopción y la enseñanza del clan Jiang de Yunmeng, no habría sido más que un vagabundo viviendo en las calles, y mucho menos causaría un caos tan audaz como los de estos días. La cabeza del clan Jiang lo crió como su propio hijo, sin embargo, los abandonó y se convirtió en el enemigo del mundo de la cultivación, lo que avergonzó a la secta Jiang, incluso la llevó a su casi exterminio. ¡Es el mejor ejemplo de morder la mano que lo alimenta!

–Jiang Cheng permitió que ese tipo viviera demasiado tiempo. Si yo fuera él, en el momento de la deserción, lo habría apuñalado. De hecho, habría examinado a fondo a los discípulos del clan de nuevo, para que no hagan esas locuras que él hizo más tarde. A quién le importan las llamadas "consideraciones" que le dio a su amigo de la infancia.

–Esos son sólo rumores. Aunque Jiang Cheng fue una de las fuerzas principales, no le dio el golpe final a Wei WuXian. Debido a que cultivaba el Camino Demoníaco, los poderes de Wei WuXian fueron contraproducentes y fue destrozado.

–¡Ja ja ja ja!... ¡Eso es karma! Los soldados fantasmas que creó son como perros desatados, mordiendo a todos con los que se encuentran. ¡Le sirve el derecho a ser masticado hasta la muerte!

–Pero si no fuera porque Jiang Cheng hizo un plan que apuntó a las debilidades de Wei WuXian, el asedio podría no haber tenido éxito. ¿Debo recordarles, amigos, el artículo que poseía Wei WuXian? ¿Olvidan el día en que tres mil cultivadores expertos fueron completamente aniquilados?

–Escuché que eran más de tres mil, posiblemente cinco mil.

–Ciertamente estaba loco.

–Es bueno que haya destruido esa arma malvada antes de morir. De lo contrario, si se dejara en este mundo dañaría a la humanidad, y sus pecados habrían sido peores.

–Oh, bueno... ¿Sabes?, en aquel entonces, Wei WuXian era uno de los cultivadores más prometedores, viniendo de un clan altamente distinguido y encontrando el éxito a una edad temprana. ¿Cómo diablos terminó donde está ahora?

–Esto prueba que sólo se puede cultivar siguiendo el camino correcto. Usar estas prácticas deshonestas solamente parecería beneficioso a primera vista. Mira, ¿qué pasó al final? Ni siquiera quedó un cadáver entero de él.

–No todo fue por su camino de cultivación. La personalidad de Wei WuXian era bastante inmoral. Las acciones de uno serán pagadas, de una forma u otra: lo que va, siempre viene.

Después de la muerte de Wei WuXian, la comidilla se basó en ese tema. Las discusiones de las personas son en su mayoría las mismas, con algunas opiniones poco convencionales que se derriban de inmediato.

Sin embargo, el elefante en la habitación permaneció en el fondo de la mente de todos.

Nadie podía convocar el alma de Wei WuXian, lo que significaba que su alma había desaparecido.

Podría haber sido destrozada por los millones de fantasmas que lo devoraron.

O bien, podría haber escapado.

Si fue lo primero, entonces todo está bien. Por otra parte, nadie dudaba del hecho de que el Patriarca de YiLing tiene el poder de mover montañas y mares vacíos. Si fuera lo último, su alma finalmente volvería a revivir en un cuerpo. Cuando llegue el día, el mundo de la cultivación, o incluso toda la tierra mortal, se enfrentará a la condena y la venganza más locas, hundiéndose en nada más que el caos y la desesperación.

Los diversos clanes colocaron ciento veinte bestias de piedra en la cima de la colina LuanZang e iniciaron frecuentes rituales de invocación de almas, seguidos de una mayor vigilancia y búsquedas de sucesos extraños en todo el mundo.

En el primer año, no pasó nada. En el segundo año, no pasó nada. En el tercer año, no pasó nada.

En el decimotercer año, tampoco pasó nada.

Cada vez más personas comenzaban a creer que, tal vez, el Patriarca de YiLing realmente pereció.

Incluso si era capaz de poner el mundo patas arriba, finalmente era su turno de ser derrocado.

Nadie permanecería en la cima por toda la eternidad: las leyendas son sólo leyendas.