Capítulo 6

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Camina mientras nos seguimos besando, acelera un poco m el beso, tampoco sabía que se podían sentir sensaciones más intensas, me acostó sobre el sillón, el quedando encima mío sin aplastarme, se apoyaba en un brazo y comenzó a jugar con su mano libre con el termino de mi remera comenzando a elevarla lentamente, coloco la punta de sus dedos sobre mi piel haciendo sentir escalofríos, me hizo volver a la tierra, me puse nerviosa, subió despacio su mano recorriendo mi abdomen acariciando suavemente estremeciéndome, iban directo hacia mis pecho, lo detuve colocando mi mano sobre la suya,  se separó solo un poco de mi.
—lo siento—susurro, tragando saliva—no pude evitarlo, me deje llevar—dice acomodando su pelo hacia atrás apenado, y alejándose ahora totalmente de mi, dándome un espacio, se sentó a mi lado.
—No, está bien, es algo de a dos y yo también accedí—admití la mitad de la culpa, después de todo lo había provocado yo—pero más allá no puedo ir—digo acomodándome la remera. Avergonzada.
—Si, por supuesto—se levanta del sillón—bueno nos vemos el lunes en clases ¿verdad?—asiento resignada, hoy era viernes y faltaba bastante para el lunes, pero tampoco me daba otra opción.—¿O te gustaría hacer algo mañana?—levanto la mirada sorprendida—¿Cine? ¿O algo así?—dice, yo le sonrió.
—¿Una cita?—digo dudosa, me mira sorprendido y algo sonrojado corre la vista
—Si, si como digas—se cruza de brazos—cine mejor, pero ninguna mierda romántica que me duermo—me mira y sé que no miente.
—Cine me parece perfecto—acepto feliz—tengo tiempo sin ir—me encogo de hombros—creo que salió una de acción—trato de rememorar, las publicidades que había visto—.
—ok mañana te paso a buscar, ¿tipo cinco?—dice.
—Bien, a las cinco entonces nos vemos— asiente, y se va dejándome sola, pero cómo hacía tiempo no me sentía, voy a dormir feliz.

Había dejado todo mi cuarto desordenado, era la primera vez que lo dejaba así, yo era una persona bastante especial con la limpieza y el orden, pero no me sentía lo suficiente segura de que ponerme para mi primera cita, estaba nerviosa, al final opté por una falda de jeans negra, medias finas negra, una remera blanca al cuerpo con escote en v, un collar delicado con un dije de corazón y una campera de jean azul claro grande, unas botas negras con plataforma, me ate todo mi pelo rebelde en una cola, dejando mi flequillo y mechones, me maquille sutilmente, el delineado me cambiaba la mirada totalmente pero me gustaba, mire en el espejo de cuerpo entero, el resultado, y me quedaba bien, y ya eran las cinco.
—acabe justo—dije en un suspiro, tocaron el timbre, bastante puntual, coloqué en mi mochila mi billetera, mi celular, tome mis llave y abrí la puerta.
¡Mierda que lindo!
Tenía puesto una remera grande negra, sobresalía un collar plateado, un jeans negro, y unas botas negras, pero lucia malditamente bien.
—¿Lista?—pregunta mirándome de arriba, abajo.
—claro—asiento, cierro la puerta, guardo la llave y me doy vuelta, estaba montado en su moto, y me miró. Mierda me tendré que cambiar.
—Toma—me tira su campera que llevaba en la mano sobre mi cabeza, y la toma.
—Gracias—digo apenada—lo siento, olvidé completamente la moto—camino hacia la moto.
—no importa, vale la pena. Te ves linda—me detengo para mirarlo sonrojada, tenía que acostumbrarme a su nuevo yo coqueteando todo el rato.
—Gracias, tampoco te ves mal—le digo sonriendo—ahora cerra los ojos—le obligo prácticamente, este me hace caso, apoyo mi mano sobre su hombro, coloco un pie en el apoyo para subir, y subí rápidamente antes que se vea algo más, me siento y me tapo con la campera de Baji, la falda obviamente se me subió bastante.
—Listo— le digo cuando termine de acomodar la campera.
—Al fin—se gira para verme—la verdad te ves muy guapa—pasa una mano sobre mi mejilla, se gira de nuevo al frente, y enciende la moto, lo agarro rápidamente abrazándolo fuerte.

Las escenas de la peli eran bastante fuerte, sexo por doquier, me incomodaba un poco, no por las escenas, si no por el hecho de que estuviera a mi lado Baji viendo las mismas escenas, después de lo que había pasado anoche.
Me sobresalté Baji había comenzando a dibujar delicadamente sobre mi mano dibujos imaginarios con la punta de su dedo, que estaba apoyada sobre el apoyabrazos con mi palma hacia arriba, lo mire, nuestras miradas chocaron, se acercó lentamente agachándose para estar a mi altura y dejó un pequeño beso sobre mis labios. Se alejó solo un poco y me miró, esta vez cerró el pequeño espacio que había entre nosotros, y esta vez me beso. Con un beso real, desencadenando una tormenta hormonal en mi organismo.
Me separé de él después de un largo beso—¿Porqué?—pregunto sonrojada.
—Me apeteció—hablo este tranquilamente, yo sigo sonrojada—igual veo que también te gusto, no me alejaste—se burla, le golpeo en el brazo juguetona, se ríe, y miro nuevamente a la pantalla.
Pendejo engreído sabía que me gustaba, y se aprovechaba, pero no me iba a quedar atrás, quería lograr que seamos algo más, más adelante.
—Al fin terminó—dice parándose y tomando mi mano entrelazando nuestros dedos—estaba mala—admite comenzando a caminar, dirigiéndome para salir de la sala del cine. Asiento.
—Es verdad, pocas veces ahora sacan buenas pelis, es mejor ver series en casa—digo sin pensar.
—Si es una invitación, acepto—dice en doble sentido riendo, le empujó levemente jodiendo—no tenemos mucho tiempo para los exámenes finales—le recuerdo.
—a no me hagas acordar esa tortura ahora solo quiero disfrutar —dice negando con la cabeza yo me rio de él queriendo evitar a toda costa el tema, por ahora lo dejaba pasar, me lleva aún de la mano fuera del cine—¿Vamos a comer algo? Tengo hambre—dice
—Si, igual yo, no comí nada al mediodía y las palomita me llenaron pero solo por un rato—me rio, prácticamente me los había comido todos yo.
—Si—se ríe también—devoramos los pochoclos—lo dice mas por mi.
—Cállate—digo riendo.
—se notaba que tenías hambre—suelta mi mano y me abraza de lado acercándome más a él.
—No, claro que no, solo estaba algo nervioso—admito sin pensarlo bien.
—Así que nerviosa eh—con su mano libre toma mi mentón haciendo que me gire y levante mi mirada  para verlo.—¿Por mi?—me mira fijo—¿Acaso te gusto?—sonríe con determinación.
—¿Que?—sigo su juego al fin y al cabo me tenía rodeada, literalmente—claro que no, ¿Acaso no te has visto?— colocó mi mano en mi cintura, aún mirándolo.
—Si, y por eso te digo. Soy extremadamente guapo— no pude evitar, y me largo a reír.
—Ya no puedo con este juego—admito, hago puntita de pie y le doy un pequeño beso sobre los labios, admitiendo abiertamente que me gustaba tal cual él había dicho. Comencé a caminar, me alcanzó enseguida Baji nuevamente tomando mi mano.
—Viste te parezco guapo—dice con una sonrisa.
—Está bien lo acepto—le digo guiñando un ojo. Caminamos en un cómodo silencio buscando un lugar para comer.
—Vamos a starbuks?—
—Si, tengo tiempo de no ir, se me antoja algo muy muy dulce— le digo haciéndose agua mi boca.
—¿Tanto como yo?—se ríe, al igual que yo.
—¿Vos? ¿Dulce? Por favor—
—No lo digas así, rompes mi corazón—habla exagerado tomándose el pecho.—estoy tratando de cambiar, ¿no lo tomas en cuenta?—dice "dolido" con una pequeña sonrisa asomando por la comisura del labio.
—Menos mal que estás tratando—me burlo, y paso adelante después de que él me abre la puerta del local—Gracias—nos colocamos en la fila para pedir.
—Ves si soy muy romántico yo—lo miro confundida.
—¿Por?—habló aún sin entender.
—¿Cómo que por? Siempre te abro la puerta ¿Crees que lo hago con todo el mundo? Claro que no— admite y abro los ojos sorprendida, no lo esperaba.
—Gracias por eso entonces—me acercó y le doy un beso en la mejilla—se toma donde deposite el beso.
—valió la pena, pero después quiero que me agradezcas con un verdadero beso—me dice al oído, me sonrojo.
—Así no funciona—lo regaño—y no prometo nada, te lo tienes que ganar.
—Aceptó el reto.—acepta, ya era nuestro turno, hace su pedido, y le digo que me pida él también, la verdad no sabía lo que quería, y tenía un gusto bastante variado, así que no me molestaría ninguna cosa que me elija.
Nos sentamos en el segundo piso, en la barra que daba a la calle, se veía una buena vista desde acá.
Me había pedido un capuchino de chocolate con crema y cacao encima, y unas rosquillas con chocolate oreo.
¿Quería algo muy, muy dulce? Pues lo obtenía.
Entre risas, coqueteo y charlas, nos terminamos todo sin dejar rastros.
Salimos del local, ya había oscurecido, y era una hermosa noche rodeado de estrellas, la luna se veía extremadamente hermosa, grande e iluminaba toda la ciudad. Inhale ese aire puro que corría suavemente acariciando mis mejillas, y exhale.
—Fue un buen día, gracias.— hablo sinceramente, mientras recorríamos la ciudad tranquilamente.
—Si, para ser mi primera cita, no estuvo mal—dijo mirando al cielo, no quería que lo viera .
—¿Tu primera cita? ¿Enserio?—habló sorprendida.
—Si, ¿acaso no es tu primera cita?—frunce su ceño, me rio levemente. ¿Eso lo ponía celoso?
—Obvio que no, tuve varias antes que vos—probé bromeando para ver su reacción. Me soltó la mano, se frenó, y me miró con una ceja levantada.
—¿Hablas enserio?—asiento.
—¿Con quien?—se cruzó de brazos, esta reacción no lo esperaba.
—No los conoces, yo era de otra ciudad— me encogí de hombros.
—aah—se queja—no es justo, así no puedo  romperles las caras— abro los ojos sorprendida.
—¿Que? No vas a golpear a nadie, solo estaba bromeando Baji—lo miro seria.—también es mi primera cita—admito avergonzada.
—Menos mal—se nota en su voz la tranquilidad, se acerca nuevamente a mi y me abraza.—Quiero ser tu primera vez en todo—me susurra al oído. Aspiro su olor.
—Yo también quiero que tu primera vez en todo sea solo conmigo—me atrevo a decir suavemente entre sus brazos, no me veía a la cara, ni lo que me había hecho sentir sus palabras sinceras.
Me alejo solo un poco de el, así podía verle la cara, me sonreía dulcemente, coloco su mano derecha sobre mi mentón elevando mi cabeza, y su otra mano la coloco en mi cintura. Yo aún seguía mis manos sobre su pecho.
—¿Puedo besarte?—pregunto, la brisa hizo que las hojas volaran nuestro alrededor.
—Recién ahora preguntas—le digo sonriendo, nunca antes pregunto.
—Tienes toda la razón—admite y al mismo tiempo cerramos el pequeño espacio que nos separaba, volviéndonos a besar. Cuando nos separamos, nos tomamos las manos y comenzamos a caminar, encontramos una feria.
—Vamos—le llegó tirando de la mano, el solo se dejó llevar. Jugamos a todos los juegos, siempre perdía.—Quiero ese peluche—hago un puchero, era la cuarta vez que jugaba pero no podía ganar, era muy mala.
—Juegue por su novia y regálele lo que ella quiere—habla el señor del juego.
—No, no somos novios—aclaró rápidamente, soltándome de su mano.
—Quiero jugar—habla serio, dejando la plata sobre el mostrador, toma el arma de juguete, y empieza a disparar a todo muñeco que se mueve, a todos y cada uno le dispara, me sentía una inútil sin puntería. Termino el tiempo.
—El premio—le entrega el peluche—gracias por participar—nos dice y nos alejamos del puesto.
—Toma—me lo extiende, lo tomo con mis ojos brillando, era muy lindo. Era oso panda mediano.
—Me encanta, gracias por esforzarte por mi—hablo sinceramente con una sonrisa.
—Si, no hay de que— pasa una mano por su pelo, pero no me toma la mano.
Recorrimos toda la feria probando varios juegos, comiendo uno que otro dulce, la habíamos pasado bien, nos habíamos divertido un montón, solo una cosa me molestaba pero no me animaba a decirle, no me había tomado más la mano, probablemente había sido mi culpa cuando le solté bruscamente frente al señor.
—Fue divertido—dice riendo Baji, asiento también sonriendo—van a ver fuegos artificiales, ¿Vamos a verlos?—
—Obvio que si, desde que escuché que iban a ver muero por ir a verlos—le sonrió. Caminamos con todo el mar de gente hacia el lugar donde se iba a ver mejor los fuegos artificiales.
—Seguime—dice desviándose del camino, le obedezco tomando su remera para no separarnos. Caminamos unos cuantos minutos hasta que de apoco comenzó a minorar las personas, fuimos por un sendero en una colina, en silencio, era bastante apartado de donde iban a tirar los fuegos artificiales pero no dije nada, él conocía el lugar por lo que se veía, llegamos finalmente arriba, un poco agitada.
—¿Te cansaste?—se burla.
—No digas nada—le digo tratando de recuperar el aire, matándolo con la mirada.
—Lo siento, no sabía que estabas mal físicamente—se sigue burlando. No lo evito y le golpeo el brazo, sigue riendo.—lo siento enserio—dice esta vez más calmado—Vale la pena, lo prometo—comenzó a caminar y lo seguí, de apoco se comenzaron a ver las luces de la ciudad, era una plaza ubicada en la cima de una colina, con una hermosa vista, ahora lo entendía.
—Valió totalmente la pena—le digo admirando el paisaje, comenzó a subirse a un juego para escalar.
—Agárrate de mi mano—dice estirando su mano, la tomo sin dudar— te voy a llevar al cielo—dice riendo tirando de mi, de apoco avanzando a la parte más alta del juego, y nos sentamos, me estremecí, hacia mucho más frío aquí arriba. Se quitó su campera y me la puso encima.
—¿Estás loco? Te vas a enfermar—estaba solo en remera, se la devolví.
—Pero tenes frio— dice con obviedad
—Bueno abrázame entonces—le digo sonrojándome, asiente sonriendo y me abraza.
Y explotó el primer fuego artificial iluminando nuestro rostro.
—Sabes—dice perdido mirando hacia el horizonte—acá venia siempre cuando éramos pequeño con Mikey—dice con una sonrisa pero sus ojos se veían triste, no me miraba.
—¿Se conocen hace mucho?—pregunto curiosa— asiente.
—Si desde que somos niños, vivíamos en el mismo barrio, jugamos juntos e íbamos a la misma clases de artes marciales—recodaba.
—¿Hacías artes marciales?—pregunto sorprendida, asiente.
—Pero Mikey era un genio—
—Enséñame—le digo decidida.
—Puedo intentarlo—dice, y explota otro fuego artificial, tener esta conversación conociendo un poco más de él, y con una hermosa vista de la ciudad iluminada por lo fuegos iba a quedar grabada en mi corazón por siempre.
—Gracias—digo con más significado de fondo de lo que él cree—Eran muy cercano ¿Verdad?— quería saber más de él.
—Si prácticamente vivíamos juntos, jugando todo el tiempo, siempre veníamos a esta plaza—ríe—nunca fue muy alto, y cuando éramos niños menos, pero aún así se las ingeniaba para subir acá— toca los fierros donde estábamos sentados— a mi me daba miedo al principio pero el me animo a subir y después se lo agradecí, éramos mejores amigos, y siempre voy a querer lo mejor para el— baja su cabeza claramente dolido, no lo iba a obligar a decirme nada, si lo sentía me iba a contar, tal cual yo lo sentí en su momento. Me mira y su ojos estaban brillosos, lo quería decir pero sabía que le dolía.
—No te obligues a decírmelo—le tranquilizó — cuando te sientas preparado y si te sentís preparado, no hay apuro—le doy media sonrisa y miro nuevamente al frente.
—También tenía otro amigo, también éramos muy cercano su nombre es Kazutora— me cuenta al pasar unos minutos en silencio, ya estaban por terminar los fuegos artificiales.—Admirábamos mucho a Mikey—
—Ah, si lo nombraste cuando nos contaste la historia del comienzo de la Toman, fue por que a él lo golpeaban ¿ no?—asiente.
—Exactamente él, después de que venciéramos a los black dragon, y se formó oficialmente la toman, paso un tiempo y estábamos felices, nos cuidábamos mutuamente, y Mikey siempre, siempre estaba para nosotros, cómo nosotros estábamos para el—sin darse cuenta me abraza más fuerte, haciéndome doler un poco el brazo, pero no le digo nada.—Se acercaba el cumpleaños de Mikey, y Kazutora le quería dar un regalo porque gracias a él ya no era golpeado diariamente, y quería regalarle una moto—se ríe pero sin una nota de alegria—por supuesto no teníamos ni un peso encima. Y me dijo que quería robar una moto que era la ideal para el, que esa moto tenía que ser de él, obviamente le dije que no, estaba mal, pero me dijo tantas cosas que lamentablemente accedí—cierra los ojos por un rato tratando de calmarse, yo lo abrazo esta vez, y me aprieta contra el, ahora no podía verle la cara, pero seguramente eso era lo que él quería— entramos al local, yo aún no estaba seguro, y dudaba un montón, pero ya estábamos ahí, no había vuelta atrás o eso creía, cortamos la cadena mientras que yo trataba de sacar la moto, Kazutora fue a abrir el portón para poder salir—su respiración se corto, cortando la mía—vi de repente a alguien más grande, me asusté un montón, me quede inmóvil hasta que este hablo, ¿Keisuke eres tu? Pregunto, yo me sorprendí un montón, ¿Shinichiro?, dije no lo podía creer, ¿Que haces aquí? Le pregunté confundido no entendía porque él estaba acá, ¿acaso él también iba a robar la moto?. ¿Eh? Este es mi local—sigue la historia perdiendo de apoco la voz, le dolía tanto que entendía su dolor—¿Es tuyo? Le pregunté, sabía que tenía un local pero no pensé que era justo este local, no me percaté de Kazutora hasta que lo vi elevando en el aire una llave francesa, ¡No Kazutora! Le grité desesperado, él estaba igual de desesperado que yo y no me escucho, se giró Shinichiro, y sin darle tiempo a él o a mi, le pego en la cíen, cayendo completamente inmóvil en el suelo—se escucha como solloza, su pecho subía y bajaba rápidamente, estaba agitado, yo lo apretaba contra mi, haciéndole ver que estaba con el, habían acabado los fuegos artificiales, ahora solo nos iluminaba la luna— Shinichiro era el hermano mayor de Mikey,  algo dentro de mi se rompió en ese momento— apoyo su frente en mi hombro llorando— nuestra amistad con Mikey se quebró bastante, y lo entendía le arrebatamos a su querido hermano, al que tanto admiraba, pero no podía dejar solo a Kazutora, él también era mi mejor amigo, ademas vi como Kazutora dependía de un hilo su estabilidad mental con lo que había sucedido, después del juicio lo mandaron al reformatorio, y siempre lo voy a ver, aún que no siempre se ve bien—termina, quedando en silencio un rato en la misma posición reponiéndose, y yo absorbiendo toda la información, acariciaba suavemente su espalda.
—Lo siento, cague nuestra cita—dice alejándose de mi para poder verme.
—No está bien, y gracias por contarme—acaricio su cara, lo sentía más cerca que nunca.
—Estoy jodido, ¿aún así te gusto?— me mira fijamente.
—Claro que si, aún me gustas—admito sinceramente y lo beso tomándolo por sorpresa.
Quería ayudarle a curar de apoco ese dolor, como de apoco el me ayudaba a mi roto corazón sanar.

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