A años de la extinción humana el planeta "Caleidoscopio" es habitada por una raza muchísimo mayor en fuerza, poder e intelecto. En dicho planeta hay poca cantidad de humanos a quienes no tratan para nada bien. El mayor gobernante de allí tiene la de...
No había pasado menos de 2 meses, Keith estaba en una habitación hecha para él mismo, su herida estaba ahí cicatrizada pero no era mortal o peligrosa para su desarrollo futuro, Cherry iba con constancia a revisarle y darle un poco de informes a su estado, el peli azul miraba constantemente al suelo donde estaba su presencia, sentía sus manos extrañas, pues eran libres de toda opresión y orden. Cuando la princesa Cherry se quedaba con él a conversar este daba ligera información de lo que había ocurrido hace años, Dios, le estaba siendo difícil recordar.
Un recuerdo borroso es lo que habita su mente, fueron 13 largos años los que tuvo que soportar ver muerte, violaciones y torturas extremadamente horrorosas, pero incluso así no podía recordar con exactitud a sus padres y el como éstos murieron, lo último visto, fue el rostro de su padre, que aún, era borroso a sus pequeños ojos azabache. La castaña le consolaba con suavidad y dulzura, está estaba apenada por haberlo atravesado con su espada, pero de otro modo no habría podido sacarlo de ese planeta.
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Keith pasaba sus noches mirando las estrellas rosas, moradas y algunas rojas que estaban en el cielo de aquel extraño lugar, la atmósfera era ligera pero algo sofocante, se sentía un calor tropical algo insoportable para él, como si su cuerpo buscará algo frío y fresco con desesperación, llevándolo a salir a un jardín del palacio. Una noche como esa, estaba sentado sobre una roca con forma plana, a sus espaldas se acercó una mujer de cabellos azules claros y ojos de un fucsia chillón.
—Hey~, ¿qué estás haciendo en el jardín a estas horas?.—Preguntó sonriendo de forma dulce al menor.
—¡Ah!, oh Dios.—Este dió un salto de susto.— D-disculpe mi grito señorita, es solo que no la oí llegar, amm, solo vine aquí porque no podía dormir, es todo.—Respondió nervioso y asustado.
—Oooh, comprendo, bueno, llevo buscándote unas horas, la señorita se enojaría si lo llegase a perder de vista.—Esta se sentó junto a él.— ¿Qué hacías en ese planeta?, junto al rey Pico.—Le miró curiosa.
—Es...extraña y corta la historia, porque no lo recuerdo bien.—Keith respondió tímido.— A veces creo que es mejor no recordarlo, porque así lo odiaría, y no quiero odiarlo.
—Pero, él te torturó, te raptó y casi te asesina a golpes y de desnutrición, ¿no?.—La peli azul estaba dudosa.
—No lo sé, solamente me concentraba en existir, cumplir sus órdenes y expectativas, pero, nunca fue suficiente, siempre estaba mal hecho, faltaba esto, aquello, y lo que ya había hecho pasaba a menor importancia...—Respondía con un tono bajo de voz.— Incluso es extraño, no quería decepcionarlo, quizás así me dejaría en paz un rato, pero siempre exigía más...
—Comprendo, bueno, no del todo, la señorita es exigente pero no a tal grado, podría decirte que es mejor estar muerto que se rule a ese cabello de zanahoria, al menos, estás bien ahora, serás protegido de por vida, serás feliz, si es que él no declara la guerra por ti.—Dijo entre broma.
—....N-no lo creo, no creo ser tan relevante en su vida como para hacer tal cosa, además...pues.
La plática se vió interrumpida por sirenas y alarmas de ataque, algo estaba atravesando su capa atmosférica, un arma peligrosa, la joven peli azul miró a Keith con horror y un poco de gracia, pues todo indicaba que esto sería obra de Pico, pero, ¿Por qué?.
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