A años de la extinción humana el planeta "Caleidoscopio" es habitada por una raza muchísimo mayor en fuerza, poder e intelecto. En dicho planeta hay poca cantidad de humanos a quienes no tratan para nada bien. El mayor gobernante de allí tiene la de...
Lo sentía, lo sentía entrar y salir, una y otra vez de mí, dolía colo el infierno y él no tenía intención alguna de parar, las lágrimas rodeaban desde mis ojos hasta mi cien, causando una humedad entre la superficie donde estaba y mi cabello. Estaba siendo muy brusco, en cualquier momento mi interior se partiría en 6, no sabía si ya estaba comenzando a sangrar, pero me ardía, cada vez que entraba era como sentir una navaja afilada en mí.
Entre sollozos y lágrimas le suplicaba me dejará, que se alejará de mí, pero él solo me golpeó sacando sangre de mi nariz, y seguía con su asquerosa acción, él, él había prometido jamás hacerme daño, y ahora no sé si vaya a matarme a base de una violación, madre, por favor ayúdame, ¡sácame de esta agonía!.
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P. Narradora.
Keith tenía las piernas tan débiles como fideos, su entrada rectal sangraba con una preocupante intensidad, en sus ojos ya no había nada, solamente una mirada vacía, una palidez notoria y las pocas ganas de vivir, quería morir justo ahí, unirse con sus padres a donde sea que se hayan ido, no soportaría más al lado de ese gobernante de cabello anaranjado. El cual estaba acomodando su mismo cabello y limpiando la sangre de sus ropas, sangre que salió del pobre peli azul.
Ordenó lo levantarán en una manta vieja y lo llevarán tras de él hasta la nave, donde ya tenían a la princesa de ese planeta, ahora reina debido a la muerte de su padre, provocada por él mismo, Pico.
Al llegar de nuevo a Caleidoscopio Keith empezó a llorar y patalear, no quería estar ahí, no quería regresar, y si tenía que morir para no hacerlo, no lo haría, claro que no, los guardias que lo sujetaban quería matarlo y callarlo, pero el hacerlo les provocaría a ellos un castigo terrible, y quizás una tortura. Pico ordenó callarlo con un golpe en la cabeza, lo suficientemente fuerte para dormirlo y no matarlo.
A la reina la mandó a examinar y experimentar con ella, preparó una habitación hecha cárcel para el menor oji negro, esta vez no se iría jamás, en cuanto lo dejaron ahí sacó aquel gastado peluche y lo lanzó a su lado. Con una sonrisa burlona y actitud déspota habló.
—Bienvenido de regreso, pequeño Diamant.—Se retiró cerrando la habitación, dejándola oscura y fría.
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✰𝘚𝘐́𝘎𝘜𝘌𝘔𝘌 𝘚𝘐 𝘛𝘌 𝘎𝘜𝘚𝘛𝘖́ 𝘔𝘐 𝘊𝘖𝘕𝘛𝘌𝘕𝘐𝘋𝘖✰
Pido perdón, no disfruto haciendo estas escenas, pero, quedan bien jaja, nos veremos pronto, porque bueno, está casi, casi, de acabar. 👀
