Soy tu Diosa

VIII

Era mañana no muy normal pues ahora Kuon tenía el deber de ir de tienda en tienda junto con su madre y las amigas de ellas.

- Mamá no quiero venir aquí.

- Tonterías es la tienda donde veremos tú vestido de novia.

- ¿No lo pudimos pedir desde internet?

- Hay cariño pero así lo hicimos, solo venimos a que te lo pruebes, ven - tomo su mano y entraron -

- Buenos días señora Shinzaki..

- No tengo tiempo que perder, vengo por el vestido de novia de mí hija.

- Por aquí - dijo para que la siguieran - este es el modelo que a traído desde el extranjero la dueña del lugar Megumi Saito.

- Grandioso, es maravilloso, Kuon pruebatelo inmediatamente.

- Se a de ver hermoso señorita, sigame por aquí hacia el vestidor.

Aunque a ella no le gustaba al menos intentaría complacer a su madre con todo lo que ella le ordenará, no se opondría está vez, aunque nunca lo había echo, los últimos meses se opuso por ese sentimiento tan fuerte que guardaba en su pecho, pero le daba igual si le gustaba o no, nunca la complacía.

- Sabe señorita en mí opinión usted se vería mejor con un azul pastel.

- Da igual, no piense en eso.

…

- Vaya parece que hubiera sido ayer que me fui a medir ese vestido, fue vergonzoso que se hubieran equivocado de diseño.

En eso en la planta baja la señora Shinzaki recibía a una jóvenes que tocaron a su timbre.

- Deben ser Mayuko y Yuri, arriba está Kuon, adelante - dijo con una sonrisa de que había tramado algo -

- Si muchas gracias, compermiso - dijo la pelinegra para entrar con su amiga y dirigirse a la habitación de su amiga -

- La señorita Shinzaki está adentro, al salir serán inspeccionadas.

- Ay no Kijima ellas son invitadas no es necesario.

- Como diga señora.

- Toca la puerta - Kuon habré tienes visita -

- ¿Acaso llegaron más decoraciones de la boda? - dijo neutral para ir a abrir la puerta y quedarse sorprendida ante tal visita - Yuri, Mayuko.....

- Hola Kuon.

- Bien las dejamos a solas - dijo alejándose - hay me e roto una uña, Kijima habré la sala de vigilancia, pon la pantalla grande el monitor de la habitación de Kuon, apúrate para eso eres un esclavo, acaso no te pago.

Ambos entraron a ver la escena, pero se les arruinó cuando el señor Shinzaki entró en el cuarto con una expresión que mostraba enojo.

- Que haces aquí y porque espías a nuestra hija, se supone que la cámara debe estar en su balcón no en un rincón de su cuarto.