✿|Capítulo I|✿

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La música resonaba en mis auriculares, hoy debía de ir a la presentación de primer año en mi nueva escuela secundaria: Academia Fukurodani; era de las mejores de la prefectura así que era un honor que me hubiesen aceptado allí. Llegué con tiempo y ya había demasiada gente en la escuela, algunos eran de cursos superiores intentando reclutar a los jóvenes de primero en un descuido, se me acercaron a preguntarme varias veces, pero decliné todas las ofertas, ese año no quería unirme a ningún club, lo único que conseguías era perder tiempo, decepcionarte y engaños, sobre todo engaños.

Fui a secretaría, allí me darían el uniforme que usaría, los horarios, las listas de clase y con suerte un mapa porque la escuela era tan grande que te perdías al minuto de haber comenzado a caminar, un verdadero problema. Toqué la puerta, y me atendió una mujer entre los 25 y los 30 años, seguramente era el primer año que daba clase, ya que se la veía un poco nerviosa.

-Entonces, ¿eres Akaashi Keiji? -me preguntó con una sonrisa.

-Así es -no sentía la necesidad de sonreírle de vuelta, así que ahí seguía, con mi cara neutral, algo que al parecer la puso aún más nerviosa.

-Me llamo Melanie, pero me puedes decir Mel, este año seré tu tutora, espero que nos llevemos bien y trabajemos duro este año -ensanchó su sonrisa mientras cerraba los ojos-. He leído en tu informe que te acabas de mudar aquí, ¿no?

-Sí, me mudé con mi madre el mes pasado.

-Y cuéntame Akaashi, ¿por qué decidisteis mudaros aquí? He oído que Kioto es muy bonito -dijo mientras ojeaba unos papeles que tenía encima de su mesa.

-Problemas -me miró con unos ojos dudosos-. Ahora, si me disculpa, debería de irme, ¿podría darme mi horario y mi uniforme? -corté.

-Ah, cierto, se me había olvidado que habías venido a por eso, a veces me pongo a hablar y se me pasa el tiempo volando... Bueno, cambiando de tema, aquí tienes -me entregó un papel con las horas y las asignaturas que daba cada día-, pero tu uniforme está en el gimnasio. Para llegar debes de salir por el patio y girar a la derecha, habrá una pequeña pendiente, bájala y ve al segundo gimnasio, sabrás cuál es ya que hay una placa encima de las puertas.

-Gracias, me retiro -hice una media reverencia y me marché.

Seguí las indicaciones de Melanie, perdiéndome por el camino y teniendo que preguntar a varios alumnos, la orientación no era lo suyo por lo que parecía. Bajé la pendiente y busqué cuál era el segundo gimnasio, pero en su puerta había un póster sobre el club de voleyball, me sentí nostálgico. Aparté la mirada y entré al gimnasio. Había pocas personas, y al parecer estaban entrenando, me sentí fuera de lugar. Un estruendo que provenía justo detrás de mí alarmó a todos y se quedaron mirando en mi dirección, algo que me incomodó un poco.

- ¡HEY HEY HEY! Perdón por llegar tarde, me había quedado dormido.

Intenté que no se notase mucho mi presencia, aunque claro, quedándome estático como un palo no lo conseguí. El chico que acababa de montar el escandaló se giró a mí y se me quedó mirando de forma un tanto peculiar.

- ¿Has venido a apuntarte al club de voleyball? He visto que estabas mirando el cartel de afuera.

-Ah, no, disculpa si ha parecido eso, he venido porque mi tutora me ha dicho que aquí me entregarían mi uniforme, aunque creo que está aún más perdida que yo en esta escuela -respondí.

-Bueno, pues aquí no entregamos uniformes, pero ya que estás aquí no te vamos a dejar ir sin que juegues un poco con nosotros. ¿Qué me decís chicos? -se dirigió al resto de personas que había allí, estos le respondieron que les daba igual, pero que cuantos más mejor-. Ya los has oído, ¿quieres jugar un rato con nosotros? Si lo haces te enseñaré a dónde debes de ir a recoger tu uniforme.

the boy who never felt [bokuaka]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora