Besos A Distancia | Fanfic Caché | TERMINADA

Capítulo 9

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Narrador

¿Podría decirse que nuestras preocupaciones son del mismo tamaño que nuestra debilidad? ¿Qué nuestra cobardía? ¿Qué nuestros miedos más profundos?

Preocupación a que un ser querido muera, sin entender que, para morir, el único requisito que se necesita es... estar vivos.

Preocupación a perder el trabajo, sin pensar que quizás el trabajo en el que estemos no nos hace feliz, pero preferimos la "seguridad" a la incertidumbre, repitiéndonos en nuestra mente que... es mejor tenerlo y ser infeliz, a ser valiente, comenzar de nuevo y permitirnos hacer lo que en realidad nos apasiona.

Preocupación a estar solos, quizás una de las preocupaciones más comunes del ser humano es estar solos. Sobre todo, de manera amorosa. Pero, ¿Por qué? ¿Por qué está necesidad de tener a alguien a nuestro lado de esa manera? Si me lo preguntas a mí te diría que, es mucho más sano poder entender que para ser feliz, primero debes llegar al punto donde te veas al espejo y te guste lo que ves. Primero debes llegar al punto donde seas únicamente tú quién se eche porras constantemente, donde seas tú quien amanezca cada día enamorado de ti mismo, y no es por ser narcisista, es porque debemos entender que la única persona que jamás nos va a dejar solos, somos nosotros mismos.

Preocupación a morir, ¿se repite? ¿Cómo no repetirse está preocupación? La muerte es algo con lo que debemos convivir a diario, es algo que sucede cada segundo que pasa y que, aun así, nos rehusamos a afrontar, pero... ¿Por qué este miedo irracional hacia la muerte? ¿Será porque tememos no cumplir nuestros sueños? ¿Será porque tememos lo desconocido? ¿Será porque más allá de la absoluta y abrumadora oscuridad, tenemos la leve sospecha que no habrá nada más?

Quizás sea eso.

Quizás tememos a lo desconocido.

O quizás, empiezas a temerle diariamente cuando sucede algún evento de repente que te pone cara a cara con la muerte y entiendes que efectivamente, para morir, solo hay que estar vivos.

17 de octubre – Cierre de la feria – Concurso

10:32 a.m.

La paz y tranquilidad que vivía Daniela en su pequeña granja ahora estaba empañada de preocupación y angustia.

Desde que Toni y Aida Beltrán junto a sus matones fueron a su casa, ahora la joven Daniela no podía dormir, no podía comer, no podía pensar en otra cosa que no fuese el: "tienen tres días para conseguirnos la lana o si no... ya saben lo que pasará."

Tres días.

¿Cómo una familia humilde y que apenas puede conseguir para su propio día a día, puede conseguir cien mil pesos en tres días?

Eso es lo que ahora retumba en los pensamientos de Daniela, aunque sus amigos más cercanos han estado ayudándola, apenas había logrado reunir diez mil pesos, seguían faltándole noventa mil.