Besos A Distancia | Fanfic Caché | TERMINADA

Capítulo 16

Poché

Sur de Venezuela

Ese mismo día – 07:19 p.m.

¿Qué tanto puede cambiar tu vida en un solo día?

Incluso, ¿Qué tanto puede cambiar tu vida en tan solo un minuto?

Cuando mi mamá fue diagnosticada con cáncer mi primera reacción fue la de incredulidad, no es algo tan normal el hecho de tener que lidiar con una noticia así, de esa magnitud.

Es casi como una sentencia de muerte, porque, aunque hay muchas personas que afortunadamente lo superan, la cifra de mortalidad es por mucho mayor a la alegría de buenas noticias.

«Hija, tú mamá tiene cáncer, y está muy avanzado» creo que esas fueron las palabras que dijo mi papá aquella tarde cuando me sentó en un banquito del parque cerca del hospital donde estaba recluida mi mamá.

Cuando terminé de escuchar sus palabras, algo en mí cambio. Y extrañamente, más allá de esas palabras no puedo recordar nada más que no sea la brisa en mi cara, los rayos del sol pasando a través de las hojas de árboles dejando unas sombras en el suelo que se distorsionaban. El sonido de los autos en el tráfico pesado de pleno centro de ciudad. Y... luego de eso, mi corazón.

Puedo recordar con exactitud como sentía en mis oídos los latidos de mi corazón. ¿Tiene sentido? Hasta el día de hoy no puedo explicar cómo es que pude sentir eso. Era como un golpetear constante que venía desde mi interior y que martillaba mis oídos, mis tímpanos.

Onomatopéyicamente hablando, sería algo como un: pump, pump, pump.

Retumbaba en mi tímpano, en mi cerebro... y poco a poco fue disminuyendo hasta que ese sonido se convirtió en simplemente un "bip" infinito que ensordecía mis sentidos.

Todo se me nubló.

La vida me cambió en un minuto.

Un minuto fue lo que le costó a mi papá decir que mi mamá tenía cáncer.

Un minuto que ahora se volvió infinito para mí.

— ¿Estás lista? –la voz de Laura en el umbral de la puerta de mi cuarto me saca de mis pensamientos, volteo mi cabeza y la observo. Ella enseguida se percata de la tristeza en mis ojos, me conoce demasiado bien.

— ¿Qué sucede, Pochitas? –murmura con suavidad al momento que se acerca a mí, se sienta en la cama y con su mano derecha empieza a acariciar lentamente mi rostro, yo alzo mis hombros.

— Nada –contesto.

— ¿Esas lagrimas a punto de salir de tus ojos son... nada? –siento mi labio temblar, ella suspira y me abraza...

En cuanto siento los brazos de mi amiga rodearme es como si mis penas salieran a flote. Mi corazón se pone chiquitito y mis ojos se vuelven llorosos.