CAPÍTULO 134

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Pasaron varias horas y cayó la noche. Hermione seguía dentro de la tienda durmiendo y ni Harry ni yo quisimos despertarla porque sabíamos lo cansada que estaba. Hacía ya un rato que teníamos iluminadas las varitas para ver un poco más en la oscuridad.

Entonces, vi que no muy lejos de nosotros aparecía un destello de luz que se convirtió en un patronus con una forma de cierva.

̶ Harry ̶ llamé al azabache que estaba de espaldas al patronus ̶ gírate y mira detrás de ti.

Harry hizo lo que le dije y se dio la vuelta viendo a la cierva, después se levantó e imité su acción.

̶ ¿De quién es ese patronus? ̶ preguntó extrañado.

̶ No lo sé ̶ contesté ̶ pero vamos a averiguarlo.

Empecé a seguir al patronus, que había empezado a moverse alejándose de nosotros. Harry me siguió y caminamos hasta un lago que estaba congelado por las bajas temperaturas. La cierva se volvió un destello y atravesó el hielo.

Nos acercamos hasta el punto por el que se había sumergido y pudimos ver cómo el destello ya no estaba, pero en su lugar había una espada.

̶ La espada de Gryffindor ̶ dije sorprendida y a la vez contenta ̶ ¿cómo la cogemos?

̶ Diffindo ̶ pronunció Harry rompiendo el hielo ̶ yo iré a por la espada y tú quédate vigilando.

̶ Está bien, ten cuidado ̶ le pedí y Harry asintió.

El azabache empezó a quitarse la ropa y se metió al agua de un salto mojándome parcialmente.

̶ Podrías haber tenido más cuidado de no salpicar, Potter ̶ me quejé quitándome un poco de agua de la cara aun sabiendo que no me iba a oír.

Vi cómo Harry se sumergía más y más hasta casi rozar la espada, pero entonces empezó a retorcerse y sentía a mis oídos pitar. Sin pensármelo dos veces salté al agua para salvar a Harry, nadé y el ruido se hacía cada vez más insoportable.

Harry se estaba quedando sin aire y vi que todo era culpa del maldito guardapelo. Cogí a Harry del brazo, pero no me daba tiempo a coger la espada y luego sacarnos a ambos. Entonces, sentí cómo alguien también se zambullía en el agua. No vi quién era y salí directamente para sacar a mi amigo del agua.

Una vez fuera, cogí mi varita para hacer el encantamiento de aire caliente para secar a Harry y calentarlo un poco. Me giré y la persona que se había metido en el agua estaba saliendo con la espada en la mano. Lo apunté con mi varita sin saber quién era, pero al girarse mi cara cambió completamente.

̶ ¡Ron! ̶ exclamé feliz dejando a Harry tumbado en el hielo y yendo a abrazar al pelirrojo ̶ estás aquí ¿verdad? No eres una ilusión.

̶ No rubia, estoy aquí ̶ aseguró Ron abrazándome de vuelta ̶ te he echado de menos.

̶ Yo también ̶ afirmé separándome ̶ ¿cómo nos has encontrado?

̶ Es una larga historia ̶ dijo Ron rascándose la nuca.

̶ ¿El patronus era tuyo? ̶ preguntó Harry levantándose.

̶ No, pensaba que era tuyo ̶ contestó Ron mirando al azabache ̶ sabía que el de Aria no era porque el suyo es una nutria.

̶ El mío tampoco es ̶ aclaró Harry ̶ el mío es un ciervo macho.

̶ Ah claro, con cuernos ̶ dijo Ron simulando unos cuernos en la cabeza con sus manos y reí levemente.

̶ ¿Qué haces aquí? ̶ preguntó Harry serio.

̶ Harry... ̶ le advertí para que no empezara otra pelea.

No me importa la sangre (Hermione y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora